Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef, aseguró que 80 millones de niños menores de un año en 68 países están en peligro porque la pandemia del coronavirus ha detenido las inmunizaciones con vacunas y advirtió que el mundo no puede cambiar "un brote mortal por otro".
La directora de la agencia de la ONU para la infancia habló en una conferencia de prensa semanal sobre COVID-19, después de la intervención del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
También advirtió que uno de los servicios de salud más esenciales interrumpidos por el virus es la inmunización infantil rutinaria. "La OMS y Unicef han estado trabajando estrechamente desde el inicio de este brote para garantizar que los suministros esenciales lleguen a los trabajadores de la salud, los pacientes y los niños de todo el mundo", dijo Tedros.
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Fore añadió: "80 millones de niños menores de un año están en riesgo porque los servicios de vacunación rutinaria para niños pequeños se han visto sustancialmente interrumpidos en 68 países".
"Las campañas que pretenden vacunar a grandes partes de la población en un corto período de tiempo también han sido muy afectadas, especialmente por el sarampión y la poliomielitis", señaló la directora desde Nueva York en la video conferencia de prensa celebrada en Ginebra.
"Campañas contra el sarampión han sido suspendidas en 27 países y la vacunación contra la poliomielitis ha quedado en suspenso en 38 países. Las consecuencias para los niños pueden ser mortales", señaló.
La jefa de Unicef subrayó que hay muchas razones válidas por las que los esfuerzos de inmunización se han visto afectados, ya que los países han tenido que suspender las campañas debido a la necesidad de mantener el distanciamiento físico. No obstante, dijo: "No podemos cambiar un brote mortal por otro. No podemos permitirnos perder décadas de logros en materia de salud".
En la misma conferencia de prensa, Seth Berkley, el presidente de GAVI, la Alianza para la Vacunación, una asociación mundial entre el sector público y el privado con sede en Ginebra, aseguró que "estos datos que estamos anunciando hoy son muy alarmantes".
Berkley aseguró que "el hecho de que hemos estado lidiando con la escala del impacto de COVID-19 durante meses sin tener los programas de inmunización global es algo que no hemos visto realmente en toda la vida".
Más temprano ese día, Tedros aseguró en la reunión del consejo ejecutivo de la OMS: "Desde el comienzo de la pandemia, la OMS ha trabajado día y noche para coordinar la respuesta mundial en los tres niveles de la organización, proporcionando asesoramiento técnico, catalizando la solidaridad política, movilizando recursos, coordinando la logística y mucho más".
"Hemos desarrollado herramientas de comunicación de riesgos para padres e hijos, trabajadores de la salud, empleadores, organizaciones religiosas y más", agregó Tedros.
En la misma reunión del comité ejecutivo, Brett P. Giroir, secretario adjunto de salud de EEUU, dijo en una declaración escrita: "Aplaudimos el llamamiento a una revisión imparcial, independiente y exhaustiva, que se llevará a cabo en consulta con los Estados miembros, e instamos a que el trabajo comience ahora".
Sus comentarios se produjeron después de que todos los Estados miembros acordaran el 19 de mayo una investigación sobre la respuesta de la OMS a la COVID-19 después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con abandonar el organismo mundial de la salud y retirar permanentemente la financiación.