El portavoz de los talibanes, Zabiullah Mujahid, aseguró que en el nuevo Gobierno afgano no tienen cabida los políticos que se dieron a la fuga y que trabajaron para las autoridades anteriores.
"Hablando de los representantes del antiguo sistema político que huyeron, ¡no los haremos regresar! Eran tan corruptos e impopulares que minarían nuestra legitimidad", dijo en una entrevista con Spiegel.
Al referirse al reconocimiento mundial de los talibanes, Mujahid advirtió que las nuevas autoridades afganas están tratando de dialogar con EEUU, Europa y el Banco Mundial para descongelar sus activos.
"Si la comunidad internacional sigue actuando así, bloqueando nuestras cuentas, congelando la ayuda o rechazando el diálogo, entonces tendremos una situación fatal para nosotros, habrá un gran problema para el mundo", subrayó.
En respuesta a la declaración del medio de que algunas personas huyeron del país por temor a los talibanes, el representante del movimiento reveló que en Afganistán se había declarado una amnistía general. Según el portavoz, cualquier persona que sea detenida en el país y resulte inocente, será liberada.
"Incluso hay gente que nos pidió que les escribiéramos una carta con amenazas, para que les resultara más fácil obtener asilo en el extranjero", agregó Mujahid.
Los combatientes del movimiento talibán retomaron el poder en Afganistán tras dos décadas de intervención militar extranjera que llegó a su término a finales de agosto.
Presidido por Mohammad Hassan Akhund, quien se desempeñó como canciller durante el primer gobierno talibán, el nuevo gabinete tiene un marcado perfil fundamentalista, contrariamente a las promesas sobre "gobierno inclusivo" que los talibanes hicieron en cuanto llegaron al poder.
Según algunos medios, al menos 14 de los 33 miembros del gobierno provisional figuran en la lista del Comité de Sanciones 1988 del Consejo de Seguridad de la ONU.