George Floyd expresó en más de 20 ocasiones a los agentes de policía de Minneapolis que no podía respirar porque Chauvin le presionaba el cuello con la rodilla, el agente Kueng desestimó sus súplicas, diciendo que: “se necesita mucho oxígeno para hablar”.
Este relato se desprende de la transcripción de la cámara de video del oficial Lane, quien presentó dichas pruebas para desestimar las acusaciones que se tienen en su contra. El abogado de Lane, Earl Gray, se encargó de mostrar al exagente como un novato que confió en la experiencia de Derek Chauvin.
En las grabaciones se observa que Lane es quien se aproxima en primer lugar a Floyd. Le pide que salga de su auto y le muestre las manos. Floyd dice "¡lo lamento!" con notable nerviosismo, explicando que "la última vez que me dispararon la situación fue igual". "¡Apoye la mano aquí! ¡Apoye la mano aquí! Dios, ponga sus malditas manos sobre la rueda", vuelve a recriminar Lane.
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Luego de esto Lane le pregunta a unos testigos si Floyd se encontraba borracho o bajo el efecto de drogas, ellos responden que tomó esa actitud porque ya le habían disparado antes. Cuando Floyd sale del auto lo intentan llevar a la patrulla, sin embargo, este se muestra asustado y explica que sufre de claustrofobia "¡voy a morir ahí adentro, me voy a morir!".
Los oficiales le ordenaron a Floyd entrar a la patrulla, pero él dijo que prefería tirarse en el suelo. Chuavin procede a inmovilizarlo poniendo su rodilla sobre el cuello del afroamericano. En este punto las súplicas de Floyd se hacen más fuertes "¡no puedo respirar!", "me van a matar" a lo que respondió Kueng “se necesita mucho oxígeno para hablar”.
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Según la transcripción, las últimas palabras de Floyd son "por favor, por favor, por favor". Lane le pregunta a Chauvin si debían ponerlo boca arriba, a lo que Chauvin responde con una negativa. Los testigos decían "¡ya dejó de respirar!", pero los agentes les ordenaban no acercarse. Después de 20 minutos la ambulancia traslada a Floyd a un hospital y una hora después es declarado muerto.
Los exagentes enfrentan penas de hasta 40 años de prisión, sobre Chauvin recaen cargos por asesinato en segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio involuntario. Lane, Kueng y Tou Thao están acusados de ayudar e instigar tanto a un asesinato en segundo grado como a un homicidio.