Nicolás Maduro Guerra, conocido popularmente como “Nicolasito”, es el hijo del actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Con 34 años y una carrera marcada por su ascenso en el mundo político y gubernamental de Venezuela, Maduro Guerra ha captado la atención tanto de seguidores como de críticos debido a su creciente influencia en el régimen chavista.
La historia detrás del hijo de Nicolás Maduro
Nacido en 1989, Nicolás Maduro Guerra se formó académicamente en Economía Social, aunque su currículum ha sido menos prominente en comparación con otros miembros de la administración de su padre.
Su carrera política comenzó de manera discreta, pero se ha expandido considerablemente bajo el ala protectora de su progenitor, el llamado “presidente del pueblo”.
Su primera incursión en el ámbito político ocurrió en 2012, cuando, con solo 22 años, fue nombrado jefe de inspectores de la Presidencia durante el mandato de Hugo Chávez.
Sin embargo, su carrera no se limitó al ámbito gubernamental; también incursionó en la vida bohemia y en el mundo del cine, al coordinar la escuela nacional de cine por un corto período.
No obstante, la política lo llamó de nuevo, y desde el 5 de enero de 2021, Maduro Guerra se convirtió en diputado de la Asamblea Nacional por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), además de encargarse de los asuntos religiosos del partido. Su papel ha sido clave en las negociaciones en México y Barbados entre el régimen y la oposición.
Influencia y poder en el régimen chavista
El poder de Nicolás Maduro Guerra ha crecido significativamente en los últimos años, reflejando el nepotismo inherente en el régimen chavista. Según analistas y expertos en seguridad, su ascenso no es accidental, sino parte de una estrategia para consolidar el poder del régimen. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo ha sancionado por su papel en el círculo íntimo del régimen, que se benefició de la corrupción y la mala gestión económica.
Para el experto en seguridad e inteligencia Johan Obdola, Maduro Guerra es una pieza clave en la continuación del régimen, especialmente en contraste con otros miembros del chavismo que enfrentan problemas legales internacionales.
La creciente influencia de Maduro Guerra también está asociada con su involucramiento en la política económica del país y en la defensa del régimen en el ámbito internacional.
Nicolás Maduro Guerra no ha dudado en emplear una retórica fuerte para defender el régimen. En recientes declaraciones, advirtió sobre las posibles acciones en caso de perder las elecciones, afirmando que la oposición enfrentaría una dura resistencia. Su discurso ha sido firme y desafiante, con una clara postura contra las críticas internacionales y el llamado a la defensa de la voluntad popular.
En 2017, Maduro Guerra amenazó al entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con una retórica beligerante, prometiendo una llegada a la Casa Blanca "con fusiles" en caso de una intervención estadounidense. Esta postura refleja su actitud combativa y su compromiso con la defensa del régimen frente a las presiones externas.
A pesar de su creciente influencia, algunos analistas, como el profesor Carlos José Herrera, sugieren que Nicolás Maduro Guerra aún no es el reemplazo inmediato de su padre. Aunque su rol es significativo dentro del chavismo, su juventud y la estabilidad del régimen actual indican que aún hay tiempo antes de considerar su ascenso a la presidencia.