Este 31 de julio de 2024, Washington lanzó una severa advertencia al régimen de Nicolás Maduro, tras las polémicas elecciones presidenciales en Venezuela que resultaron en la reelección del mandatario chavista.
La Casa Blanca ha expresado que su paciencia está “agotada” y exige transparencia sobre los resultados proclamados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU., John Kirby, subrayó la frustración de la administración Biden, señalando que es imperativo que las autoridades electorales venezolanas publiquen de manera detallada los resultados de los comicios. “Se está agotando la paciencia de la comunidad internacional”, declaró Kirby. La presión de Washington se suma a la creciente oleada de cuestionamientos y protestas tanto dentro como fuera de Venezuela.
Las recientes elecciones en Venezuela, que tuvieron lugar el pasado domingo, fueron seguidas de una serie de manifestaciones que se han convertido en una crisis nacional. La oposición, encabezada por el principal rival de Maduro, Edmundo González, y la líder opositora María Corina Machado, ha denunciado un fraude electoral masivo. Según la oposición, tienen en su poder más del 80% de las actas electorales, las cuales, alegan, demuestran una ventaja de más de 30 puntos porcentuales para González, en lugar de la ajustada victoria atribuida a Maduro.
El CNE, controlado por el régimen, ha sido criticado por no proporcionar el desglose completo de los resultados, lo que ha avivado las sospechas de manipulación. A raíz de estas acusaciones, Venezuela ha visto un aumento significativo en las protestas.
Las manifestaciones han dejado al menos 12 muertos, decenas de heridos y aproximadamente 750 detenidos, incluidos varios líderes opositores. Estos arrestos han sido justificados por el gobierno como medidas contra el “terrorismo”, pero han sido condenados por organismos internacionales y por la administración estadounidense.
El rechazo a la represión de manifestantes y opositores fue contundente desde Washington. Karine Jean-Pierre, secretaria de prensa de la Casa Blanca, calificó la represión de “inaceptable” y reiteró el llamado a cesar la violencia contra los opositores.
Además, Brian Nichols, jefe de la diplomacia estadounidense para el Hemisferio Occidental, se unió a las críticas, subrayando que las acciones del régimen contra la oposición demuestran la falta de pruebas para respaldar las afirmaciones electorales de Maduro.
En respuesta a las acusaciones de fraude y represión, Nicolás Maduro ha ofrecido entregar “el 100% de las actas” de los comicios en un intento por demostrar la legitimidad de su victoria. Durante una conferencia de prensa en el Tribunal Supremo de Justicia, Maduro se comprometió a colaborar con cualquier investigación y aseguró que la “justicia se hará” contra los opositores, a quienes ha calificado de responsables de los disturbios.
Este ambiente tenso también ha puesto en el centro de la atención a líderes opositores como María Corina Machado, quien ha sido una crítica feroz del régimen.
Machado ha denunciado la represión y ha pedido a la comunidad internacional que actúe en defensa de los derechos humanos en Venezuela. Su postura ha sido respaldada por diversos actores globales, quienes exigen que el régimen de Maduro cese su ofensiva contra la oposición y permita una resolución pacífica y justa de la crisis electoral.
La advertencia de EE. UU. a Maduro refleja una creciente preocupación internacional sobre la legitimidad de los procesos electorales en Venezuela y el respeto a los derechos humanos. La presión de Washington y la respuesta internacional serán cruciales para determinar el rumbo futuro de la crisis política en Venezuela, y la comunidad global sigue de cerca los acontecimientos en esta nación sudamericana.