La crisis del coronavirus y la titubeante respuesta del gobierno ante ella, le ha costado al presidente Donald Trump el apoyo de uno de sus grupos de electores más importantes: los adultos mayores estadounidenses.
Por años, los republicanos y Trump han confiado en los estadounidenses de mayor edad, el bloque votante más grande del país, para contrarrestar la enorme ventaja que los demócratas disfrutan en los votantes más jóvenes.
En estados críticos como Míchigan, Wisconsin, Pensilvania y Florida, todos con poblaciones predominantemente de mayor edad, la ventaja de Trump en los votantes ancianos ha sido esencial para su éxito político. En el 2016, ganó por siete puntos porcentuales entre los votantes mayores de 65 años, de acuerdo con datos de encuestas nacionales de salida en las urnas.
Sin embargo, los ancianos son también los más vulnerables a la pandemia global, y según personas que conocen las cifras, las encuestas internas de la campaña muestran que el apoyo a Trump entre votantes mayores de 65 años se ha debilitado a niveles alarmantes, mientras el presidente presiona para reabrir la economía del país a expensas de detener el virus con el que corren el mayor riesgo.
Una encuesta reciente de Morning Consult reveló que el índice de aprobación de Trump en el manejo del coronavirus era menor en los ancianos que en cualquier otro grupo, exceptuando los votantes más jóvenes. En encuestas recientes, el exvicepresidente Joe Biden, presunto candidato demócrata, mantenía una ventaja de diez puntos sobre Trump entre votantes mayores a 64 años. Una encuesta encargada por la campaña mostró una brecha similar de dos dígitos.
La caída en el apoyo llega en un momento en el que Trump ha venido mostrando cada vez más nerviosismo por sus posibilidades de reelección. Una serie de encuestas nacionales, así como internas, lo muestran perdiendo en estados importantes.
El presidente prácticamente ha abandonado el énfasis en controlar la pandemia y ahora está dedicado a forzar su agenda para restaurar el país y la economía a un lugar que beneficie a su campaña.
“Trump ha sufrido un doble golpe con los votantes mayores por la crisis del coronavirus, tanto en términos de rechazo a su actitud personal como en la desaprobación de sus prioridades políticas”, afirmó Geoff Garin, un estratega demócrata. “Si hay un cambio duradero con los votantes de mayor edad, podría costarle a Trump las elecciones”.
Este cambio demográfico es bastante reciente, y algunos funcionarios se lo atribuyen al menos en parte a las sesiones informativas de Trump sobre el coronavirus, en donde a menudo ha proporcionado informaciones contradictorias, engañosas y a veces hasta peligrosas que han causado alarma entre una población vulnerable.
En el mismo momento de la campaña hace cuatro años, Hillary Clinton, la candidata demócrata, estaba cinco puntos detrás de Trump en ese mismo grupo de votantes.
Entre los colaboradores que le han advertido al presidente sobre el debilitamiento de popularidad entre los votantes de mayor edad, se encuentra Kellyanne Conway, su directora de campaña del 2016 y asesora sénior, según personas enteradas de las discusiones.
Algunos funcionarios de la Casa Blanca, conscientes del problema, han empezado a organizar eventos e iniciativas diseñadas a destacar el trabajo que el gobierno ha realizado que sea de interés para los adultos mayores.
Por ejemplo, a principios de este mes en el decorado Salón Este de la Casa Blanca, Trump se rodeó de funcionarios de salud mientras firmaba una proclamación que declaraba a mayo como el Mes de los Estadounidenses Mayores.
“El virus constituye el mayor riesgo para los estadounidenses de mayor edad”, dijo Trump, mientras le daba crédito a su gobierno por proteger a los ancianos a través de la restricción de visitas innecesarias a los geriátricos a nivel nacional y expandiendo el acceso a la telesalud para los beneficiarios de Medicare.
En las últimas semanas, los colaboradores también han discutido investigaciones dentro de los hogares de ancianos donde ha habido gran cantidad de fallecidos por el coronavirus, y el vicepresidente Mike Pence llevó cámaras para mostrar el momento en el que personalmente entregaba equipos de protección a un geriátrico.
Sin embargo, el gobierno también ha entorpecido algunas de sus propias iniciativas para captar a los votantes más viejos. Por ejemplo, recientemente Trump rechazó la expansión del periodo de inscripción para los que recientemente se habían quedado sin seguro.
Conway se negó a hablar sobre sus conversaciones con Trump sobre la población mayor, pero señaló que el presidente había prometido no tocar los programas de protección social que los afectan. “En los cinco años desde que anunció su candidatura, el presidente Trump ha sido firme en su compromiso de no tocar la seguridad social”, afirmó Conway.
Sin embargo, Trump ha dicho en varias ocasiones que estaría abierto a reducir los programas de protección social, y sus colaboradores suelen terminar reculando sobre esas declaraciones después.
“En el momento adecuado, le daremos un vistazo a eso”, dijo Trump en enero sobre posibles recortes a Medicare, Medicaid y la seguridad social, una postura que los funcionarios de campaña de Biden han dicho que planean destacar en los próximos meses.
El equipo de Biden también señaló que una segunda encuesta de Morning Consult publicada la semana pasada había revelado que el 46 por ciento de los votantes habían afirmado confiar en que Biden protegería Medicare y a la seguridad social, comparado con un 41 por ciento que opinaba lo mismo de Trump.
Los representantes de Biden afirmaron que la percepción positiva entre los votantes mayores se ha combinado con un verdadero temor de que habrá una segunda oleada de brote de COVID-19 y de que la pandemia del coronavirus atenta contra sus vidas.
Mantener a Biden y a Trump en márgenes similares entre los votantes más viejos —o en otras palabras, simplemente reducir el margen de Trump— podría posiblemente ser suficiente para marcar una diferencia crucial en lo que se espera serán unas elecciones reñidas, dijeron representantes de Biden.
“Depende de la campaña de Trump decidir si esto es una línea de tendencia temporal con estos votantes o no”, afirmó Kevin Madden, quien fue asesor de la campaña presidencial de Mitt Romney. “Tienen que salir y recuperar la confianza de estos votantes”.
Por: Annie Karni y Maggie Haberman