Hace cinco años exactamente, Alessandro Michele, hizo su debut en la Semana de la Moda de Milán presentando su primera colección para Gucci, para luego confirmarse como el director creativo de la casa de modas florentina, luego de solo estar encargado de los accesorios.
Desde ese entonces, el diseñador romano se ha convertido en uno de los líderes de cambio en la industria de la moda, con una estética romántica y nostálgica, ha presionado la aceptación de un vestuario fluido que borre los límites del género.
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Sus colecciones se han destacado por ser extravagantes y con una gran atención a los detalles, pero en sus últimas tres ha rebajado los logos, las plumas y los cristales, sobre todo empezando con su propuesta para Primavera - Verano 2020, hipersexualizada, sin estampados y adornos extra, una especie de tributo a lo que hacía Tom Ford para Gucci en los noventas.
Es notorio que Michele está apuntando a concentrarse en diseños más limpios, sin abandonar su esencia, para dar un respiro a lo que ha estado mostrando desde 2015.
En estos momentos se lleva a cabo la Semana de la Moda de Milán que muestra las colecciones de la temporada Otoño - Invierno 2020/2021. Alessandro Michele se presenta en su primer día como es acostumbrado.
Pero lo que los invitados al show no esperaban es que el director creativo de Gucci les tenía preparado un formato diferente. Al entrar, en vez de toparse con una pasarela vertical, se encontraron con el backstage, un espacio en el que los modelos estaban sentados siendo preparados para la presentación.
Fue posible ver al italiano conversando y mezclándose entre los asistentes, entre ellos grandes celebridades, como Florence Welch, de Florence + the Machine.
Luego los espectadores fueron ubicados en sus respectivos asientos y el recinto fue inundado con oscuridad. Se encendieron las luces de nuevo, esta vez en modo de penumbra, el escenario era circular y estaba delimitado por paredes en forma de vidrio, sobre el espacio iluminaba un metrónomo con luces de neón.
Un velo dejaba ver lo que sucedía dentro del cuarto, los modelos estaban siendo vestidos por los diseñadores, una forma curiosa de mostrar un show, emanando una vibra diferente sobre lo que debería ser un desfile de modas, un tema muy cuestionado en la actualidad dentro de la industria, es decir ¿qué tal útiles o atractivos son los fashion shows en estos momentos?
Mientras terminaban de ser arreglados, modelo por modelo se fue acercando a los vidrios que encerraban el espacio, hasta que todos estaban ubicados frente a la audiencia mientras el escenario giraba.
Así fue como los invitados pudieron apreciar la colección, posiblemente una continuación de lo que Michele mostró para la colección masculina de la misma temporada el mes pasado, es decir, una revisión del vestuario clásico infantil, vestidos de muñecas, uniformes escolares, minifaldas y minishorts, todo en acabados delicados, como encajes, lazos y cristales.
Pero esto no fue lo único, para darle ese toque kinky, algunos de los looks fueron acompañados de arneses y guantes de cuero.
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Asimismo, hizo referencia al hippiesmo de los sesentas, los trajes ostentosos de los setentas y el grunge de los noventas, pero sin duda un detalle especial del show fue la aparición de algunos vestidos de noche inspirados en trajes del siglo XVI.
Alessandro Michele habló de los fashion shows como rituales, por eso quiso presentar el desfile en esta ocasión de una forma solemne, casi religiosa.
https://www.youtube.com/watch?v=fDCcii9l_MQ
