En la edición 2021 de los premios Fundación Alejandro Ángel Escobar, el investigador, profesor titular y director del Grupo de Investigaciones Ecología y Territorio de la Pontificia Universidad Javeriana, Andrés Alejandro Etter, junto a otros cinco investigadores fueron los ganadores del Premio Nacional en Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Entre ellos se encuentran, María Ángela Andrade Pérez, Paula Andrea Amaya Valderrama, Paulo Arturo Arévalo Orduz, Juliana Andrea Cortés Rincón y Kelly Alejandra Saavedra Ramírez.
En este trabajo se analizó los niveles de perdida y degradación, histórica y futura, de los ecosistemas continentales de Colombia, es decir en riesgo de colapso ecológico. Es por eso que es importante esta investigación, pues da esas soluciones que necesita el medio ambiente y la biodiversidad en el país.
“Para esto utiliza el estándar internacional de la Lista Roja de Ecosistemas (LRE), avalado y adoptado por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) en 2014”, explica una reseña de la investigación.
Como resultado de esta investigación la Editorial Javeriana público el libro Ecosistemas colombianos: Amenazas y riegos.
El trabajo fue una colaboración de la Pontificia Universidad Javeriana con Conservación Internacional y la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, junto al Instituto A. von Humboldt y Provita – Venezuela. Asimismo, tuvo la financiación de las fundaciones MOORE (Estados Unidos) y MAVA (Suiza).
Se evaluó 81 tipos de ecosistemas, entre los cuales se identificó 20 de ellos, es decir un 25%, en estado crítico (CR), los cuales han perdido más del 80% de su área, o que incluso presentan niveles de degradación de sus componentes y procesos abióticos y bióticos. Además, se evidenció que 16 ecosistemas (20%) fueron catalogados en peligro (EN), y 14 en estado vulnerable (VU).
Tan solo 31 ecosistemas (40%) fueron resaltados con baja preocupación (LC). Lo que demuestra en la investigación que casi la mitad de los ecosistemas de Colombia presentan riegos de llegar a un colapso ecológico, según lo definió la metodología LRE.