Habitantes de las verdad Los Alpes y la Judea ubicadas en el municipio de Riofrío, reportaron la posible presencia de un oso andino o anteojos en sus predios. Los vecinos afirmaron que, aunque no se ha visto directamente, hay evidencia de que ha estado alimentándose del corazón de las plantas de plátano.
Tras este avistamiento ingenieros y técnicos de la Corporación Autonoma Regional del Valle del Cauca (CVC) realizaron una jornada en campo con el fin de establecer si realmente se trataba de un oso u otro animal.
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Durante el recorrido se pudo evidenciar presencia de huellas de un animal de tamaño considerable, con características que hacen posible que sea una hembra y su cachorro merodeando naturalmente esa zona en busca de alimento.
Los profesionales de la CVC indicaron que se presume que esta especie transita en el corredor ubicado entre las veredas y la zona de acceso al Páramo del Duende, pues es una amplia franja de conectividad entre la zona de reserva que cumple la función de amortiguación y el área protegida, y el oso andino es una especie asociada al ecosistema de páramo.
Luego de hacer los recorridos y confirmar las evidencias, la CVC iniciará el proceso de identificación de las zonas por donde presuntamente transita el oso, con el objetivo de iniciar con talleres para capacitar estas comunidades abordando temas sobre la protección de sus animales y cultivos, y también para que se proteja la vida de esta especie de fauna silvestre. Este proceso educativo se dará una vez termine el aislamiento preventivo obligatorio por el riesgo de contagio del Covid-19.
También se estudia la posibilidad de instalar cámaras trampa, con el fin de hacer un registro del animal, su estado de salud, comportamiento y condición de sus cachorros, y así poder concertar las actividades conjuntas para la protección de esta emblemática especie.
El oso andino, también llamado oso frontino, oso negro, u oso de anteojos (Tremarctos ornatus), es considerado emblemático por ser la única especie endémica para Suramérica, y está catalogado como vulnerable a la extinción de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) por las afectaciones que han sufrido los bosques donde habita, la pérdida de hábitat principalmente por deforestación, la cacería ilegal y las interacciones con las actividades humanas que generan conflictos entre los osos y la gente, lo que implica varios retos para la conservación de sus poblaciones.