En los últimos días el gobierno nacional anunció que acabaría los días sin IVA en Colombia, algo que suscitó muchas reacciones entre los colombianos y empresarios de compañías como Alkosto que alegaron el impacto que tendría esta decisión en la economía nacional, pues de acuerdo al presidente de Fenalco, Jaime Cabal, compañías como Alkosto o las cadenas de supermercados, que dejarían de vender cerca de 12 billones de pesos.
Pero, quiénes están detrás de Alkosto, una de las cadenas de tiendas más importantes en la categoría de tecnología y de las que más se vieron beneficiadas durante los días sin IVA, medida del gobierno anterior que buscaba impulsar la reactivación económica luego del covid-19.
Se trata de la familia Mejía Correa, quien no solo es propietaria de Alkosto sino también de Ktronix y Motos AKT.
Detrás de la historia de esta empresa está Santiago Mejía Olarte, un antioqueño de pura cepa que desde muy joven se interesó por el mundo de los negocios de los que aprendió trabajando en Almacén Antioquia y en una agencia de telas de Fabricato y Pronto, proceso que más adelante daría frutos en los años 30 cuando motivado por las nuevas dinámicas del mercado fundó su propia compañía.
- Lea también: Las marcas colombianas más valiosas en 2022
- Además: El Messiverso: el comercial de Adidas con el que le compite al de Nike
Fue así que en 1938, este paisa arrancó con el proyecto al que llamó Grupo Corbeta, una distribuidora y comercializadora de textiles, una industria muy importante en el desarrollo de Colombia que poco a poco y con mucho esfuerzo decidió expandir en los años 60 con un portafolio que incluyó productos de consumo que terminó convirtiendo a esta empresa en Alkosto, una de las cadenas de tiendas mayoristas más sólidas del país.
Por otro lado, este colombiano que amasó una buena fortuna gracias a su forma estratégica de pensar e invertir, también logró convertirse en uno de los mayores accionistas de Suramericana de Seguros con un 2.1%, en donde estaban los empresarios más influyentes de la década de los 70 en el país.
Por otro lado, Santiago Mejía Olarte fue un hombre que buscó fortalecer la economía de su departamento sumándose a varias asociaciones como Proantioquia y el Grupo Empresarial Antioqueño. Además de obras sociales a las que les entregó los últimos días de su vida hasta el 2004 cuando falleció.
Su hijo Manuel Santiago Mejía fue quien asumió las responsabilidades de su padre en los negocios, rol que ha desempeñado por más de tres décadas con mucha dedicación luego de formarse como economista en la Universidad de Antioquia y hacer una maestría en administración de la Universidad de South Illinois.
Sin lugar en esta familia le ha entregado al país dos generaciones de hombres que han buscado ampliar espacios en el mundo de los negocios y contribuir en la generación de empleos en sus tres compañías, posicionando su compañía haciéndola muy llamativa para que otros empresarios busquen acciones o incluso adquirirlas como sucedió hace algún tiempo con los Gilisky que se interesaron en Motos AKT, sin embargo Manuel decidió no vender y conservar las tres compañías.