De nuevo, una menor indígena fue asesinada en el país; esta vez, en el departamento del Nariño.
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La niña se llamaba
Karen Andrea Bernal García. Tenía 11 años y pertenecía al resguardo El Sande de la comunidad Awá. Su cuerpo sin vida fue hallado con varias heridas de arma blanca y presentaba aparentes signos de abuso sexual.
Los hechos ocurrieron en el municipio de Samaniego. Karen Andrea había sido reportada como desaparecida desde la mañana del pasado martes.
Fueron sus mismos familiares los que, hacia las 2:oo de la tarde de ese mismo día, la encontraron muerta en un matorral de la vereda Andalucía, después de haberla buscado por varias horas.
La última vez que Karen Andrea fue vista fue cuando pretendía llevar unos desayunos a los trabajadores de una finca. La menor nunca llegó al lugar y desde ese momento comenzó su búsqueda.
La comunidad y las autoridades han manifestado su rechazo ante este asesinato. El gobernador de ese departamento, Mario Viteri, calificó la muerte de la niña como un "nefasto suceso" y señaló que las autoridades ya están tras la pista del asesino.
El resguardo indígena dijo que este hecho les causa "mucho dolor e indignación" y aseguró que desde su jurisdicción, el crimen "no quedará impune".
Hay más víctimas
Karen Andrea no es la única niña indígena asesinada este año en Colombia. El país todavía lamenta el fallecimiento de Julia Morales Velasco y Maricela Niaza Estua, dos menores que también fueron víctimas de la crueldad.
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Julia pertenecía a la comunidad indígena Misak. Su cuerpo desnudo fue encontrado en un potrero cercano al río Piendamó, en el municipio de Silvia, del departamento del Cauca.
La menor tenía indicios de haber sido golpeada en varias partes de su cuerpo y abusada. Hasta el momento las autoridades no han dado más información sobre los responsables de este hecho.
Maricela Niaza Estua era perteneciente a la comunidad Emberá Chamí. También fue hallada sin vida en un matorral de Mistrató, Risaralda. Tenía más de diez puñaladas en su cuerpo.
Un día después de su muerte, un sujeto se presentó ante las autoridades para confesar el atroz asesinato. Mencionó que en el hecho participaron otras dos personas y que una de ellas pagó una suma de 300 mil pesos para matarla, con el fin de amedrentar a sus papás.
Las tres personas ya se encuentran a disposición de las autoridades y en un centro carcelario. Sus alias son: ‘Chucho’, ‘Cola de rata’ y ‘Perolo’.
¿Qué es lo que pasa?
Yamile Roncancio, directora de la Fundación Feminicidios Colombia, le dijo a
KienyKe.com que el país atraviesa por una oleada de violencia en contra de la niñez que "cada vez es mucho más cruda".
Para ella, el sistema, tal y como se conoce, es violento, hace parte de una estructura desigual donde "mujeres, niños, niñas, sin importar qué comunidad, han sido históricamente reducidos en sus derechos y garantías".
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"Es realmente doloroso lo que está sucediendo con la niñez. Es aterrador registrar sus muertes. Es por eso que en la fundación estamos convencidas que debe haber un cambio real de paradigmas y el camino es la reeducación", manifestó.
Roncancio aseguró que para frenar estos asesinatos, neutralizar los tipos de violencia y las opresiones, es necesario implementar políticas públicas dirigidas a la educación, con el fin de que se "transformen nuestras realidades", en especial, la de los niños, niñas y adolescentes.