Si hay un animal doméstico controvertido y esencialmente misterioso, independiente, sobrenatural e intuitivo, es el gato. Su astucia, inteligencia, sensibilidad y percepción aguda los convierte en protectores innatos a un nivel más sutil y etérico, capaces de cuidar y prevenir a sus dueños de varias enfermedades emocionales causadas por la soledad, la frustración y la propia actitud negativa hacia ellos mismos.
Desde tiempos antiguos, este felino ha sido considerado un portal de comunicación entre los dioses y la humanidad. No cabe duda, de que son seres avanzados, sagrados y de mucho poder, venerados por varias culturas y temidos por otras.
Para el pueblo egipcio, el gato era la encarnación de las diosas Isis asociada con la fertilidad y Bastet representación de los rayos solares y la armonía universal. De igual manera, los romanos consagraron este animal a Diana la diosa de la luna como una imagen de bondad interna y guardián leal de las casas.
- Lea también: Las manos sanadoras del padre Marino Marín Marmolejo
- Además: Renacimiento: en conexión con mi Yo profundo
- Le puede interesar: Semana Santa: Jesús y los dilemas del mundo moderno
Distinto a los celtas, que los veían como cuidadores del otro mundo o inframundo destacando su estoicismo al resistir como ningún otro el dolor. De ahí, su silencio y discreción.
En la misma línea de pensamiento, los vikingos creían que el gato les había enseñado el arte de la elaboración de las carrozas para honrar a Freya diosa de la fecundidad y, por lo tanto, eran una señal de bendición sobre los recién nacidos y buen augurio para las mujeres embarazadas.
Contrario a estas creencias, las personas fanáticas durante la Edad Media estigmatizaron a los gatos pues decían que eran una representación de lo maligno, oscuro y peligroso.
Por eso, eran señalados por los ignorantes de ser animales de compañía de magos, brujas y hechiceros. Asimismo, para el budismo son un símbolo de impureza, castigo e intimidación, debido a que poseen características similares a las de la serpiente.
En realidad, el gato es un transmutador de energías, armonizador de espacios, vigilante de las sombras y portador de siete vidas. Un número sagrado que engloba la trinidad de trinidades, privilegio que le permite desenmascarar y observar el inconsciente del hombre, ya que no se relaciona con las apariencias sino con la esencia.
Creencias y mitos sobre los gatos
A través del tiempo, han surgido muchas supersticiones en torno a este símbolo misterioso que nos conectaba con lo divino de diversas formas y que, desde la tradición oral, se convirtieron en creencias populares. A continuación, les presento algunas de ellas:
1. Gato negro:
- Cruzarse con un gato negro trae buena suerte si se ve de frente. De espaldas es de mal augurio.
- En la antigua Inglaterra se consideraba un regalo de bodas apropiado para la felicidad de la novia.
- Los franceses creían que sus gatos negros eran magos. Por eso, los alimentaban y respetaban para atraer la buena fortuna.
- La suerte suele sonreírles a los que han tocado un gato negro antes de participar en juegos de azar.
- Un gato negro en casa es símbolo de prosperidad.
- En Irlanda toparse con un gato negro en luna llena vaticina la muerte y calamidades para quien lo encuentra.
2. Encontrarse a un gato: No importa el color, si se tropieza con uno de frente es buena suerte mientras que verlo de espalda, mala, Si el gato se adelanta por el camino, la suerte está de su lado.
3. El gato y el mar: La tradición popular dice que, si el gato que va a bordo de una embarcación salta o juega, es pronóstico de tempestades. Por esta razón, se le debe proteger y cuidar de manera prioritaria pues si el gato muere durante el viaje, podría ser señal de un naufragio peligroso y de infortunios para la tripulación.
4. El gato y la adivinación: Si el animal se encuentra boca arriba o corre intempestivamente, se avecina una tormenta. Por el contrario, si está sentado de espaldas al fuego, predice frío y mal tiempo. Cuando sigilosamente lava sus orejas, es una aviso de que habrá visitas.
5. Otras supersticiones:
- Tocar tres veces el lomo de un gato negro con los tres dedos centrales de la mano derecha se considera de buena suerte.
- Contar los gatos en el trayecto de un camino y si suman siete, se tendrá un día venturoso y afortunado.
- Si antes de dormir se acaricia o abraza a un gato, este ayudará a que tenga buenos sueños y alejando los malos pensamientos pues los egipcios creían que los ojos de los gatos (que cambian de forma, color y tienen pecas o manchas) guardaban el secreto del mundo de las hadas.
- En Japón el gato es una representación del emblemático neko, una conocida estatua felina que asciende y desciende una de sus patas. Esta actitud mágica, es conocida como maneku que significa “invitar a pasar o llamar”. Por otra parte, el cascabel que el gato lleva en el cuello tiene la función de ahuyentar a los malos espíritus y su propósito consiste en dar la bienvenida para atraer la buena suerte. De ahí que, estas esculturas suelen colocarse a la entrada de los negocios.
Descubrimientos y realidades del mundo de los gatos
Más allá de estas creencias que hemos recorrido, la realidad del mundo gatuno muchas veces supera la ficción. Por ejemplo, ellos pueden ver en la oscuridad seis veces más que los humanos y, además, las voces agudas de las mujeres les atraen más que las graves de los hombres.
Su capacidad de oír es cinco veces más potente que la de los humanos y pueden pasar más de 15 horas dormidos, incluso se conocen casos de longevidad más allá de los 22 años.
El gato desarrolló el maullido para comunicarse con sus amos y son capaces de imitar el llanto de un bebé para obtener comida. A pesar de que producen más de 100 sonidos diferentes, el silencio es el lenguaje real de los felinos, pues fueron los últimos animales de compañía en ser domesticados.
Por alguna razón no descubierta, las hembras son diestras y los machos son zurdos. No conocen el sabor del dulce, ya que carecen de papilas gustativas.
Es increíble, pero el cerebro de los gatos se asemeja en un 90% a nuestro cerebro mucho más que el de los delfines o los perros. Cuando silban lo hacen como las serpientes para protegerse y advertir de su peligrosidad. Este sonido fue aprendido por los felinos a través de los siglos.
Sin duda, estas mascotas se ganan el corazón de sus dueños. Por eso, el gato más rico del mundo se llama Blackie y su dueño fue el millonario Ben Rea, quien en 1968 le dejó la increíble suma de 12.5 millones de dólares.
Pero, aquí no acaba todo, en el año de 2011, el gato Tommaso quien fue rescatado de la calle por la viuda Maria Assunta, recibió 10 millones de euros como herencia. Actualmente, Tommaso está bajo el cuidado de la misma enfermera que atendió a su benefactora.
En conclusión, una decisión inteligente es tener un gato como mascota de compañía pues ellos nos enseñan el valor de la independencia que se traduce en inteligencia, coraje y autoconfianza, cualidades admiradas por siglos junto con su silenciosa sabiduría.
Los gatos no sólo poseen belleza, también son resistentes y llenos de gratitud sin sobrecargar a sus dueños. Algunos creen que son espíritus puros encarnados en la Tierra para ayudarnos a evolucionar superando las pruebas cotidianas de la vida, cuyo fruto sería el de fortalecer el alma para valorar más la felicidad.
Por eso, si se logra conocer el carácter de la mascota y armonizar con su energía, es posible que muchos de nuestros defectos de carácter y malos hábitos se mejoren y sanen. Además, si somos capaces de ganar su afecto, tendremos un amigo que nos amará de manera incondicional siempre y cuando no pretendamos convertirlo en nuestro esclavo.