Heidy Sánchez Barreto

Abogada de la Universidad Libre, especialista en derecho ambiental y cursa maestría en derecho constitucional de la Universidad Externado de Colombia. Se reconoce como una mujer feminista y antimilitarista, que representa desde el Concejo de Bogotá a las nuevas generaciones de la Unión Patriótica, partido del cual es su presidenta a nivel distrital.

Heidy Sánchez Barreto

Un año de racionamiento, un martirio a cuentagotas

El alcalde Carlos Fernando Galán se posesionó el 1 de enero de 2024, durante su empalme, desde octubre del año 2023, había recibido de primera mano información frente a los riesgos que enfrentaba Bogotá por cuenta del Fenómeno del Niño. Así lo advertían los estudios técnicos de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá ESP (EAAB) elaborados desde el 2016, así como el IDEAM que emitió alertas desde octubre de 2023. 

A pesar de estas advertencias, la Administración distrital optó por el silencio, aun con toda esta evidencia, Galán y su equipo ocultaron la gravedad de la situación, y permitieron ahondar la crisis que se agravaba día tras día. Los sistemas que abastecen de agua la ciudad llegaron al límite y cuando la Alcaldía hizo el anuncio el 8 de abril de 2024,  el sistema Chingaza se encontraba en niveles por debajo del 20% de llenado, el sistema agregado Norte por debajo del 58% y el sistema Sur por debajo del 40%.

Bajo este panorama, se expidió la Resolución 0291 de 2024, la cual inició su implementación el 11 de abril y contenía las siguientes medidas, que de acuerdo con el discurso del alcalde serían “transitorias” y con ellas lograríamos tener a diciembre de 2024 un nivel de llenado superior al 75% en los embalses: I. Dividir la ciudad y los municipios vecinos en 9 zonas para turnos de racionamiento durante 24 horas; II. Campañas pedagógicas para bajar el consumo de 17m3/s a 15m3/s; III. Publicar el consumo del día anterior; IV. Evaluar cada 15 días los niveles de los embalses para determinar la continuidad o no de las medidas.

Hoy, al cumplir un año de la Resolución para atender la crisis, podemos ratificar que Galán engañó a la ciudad, nunca se cumplieron los objetivos anunciados, demostrando que las medidas fueron superficiales, anti-técnicas y que no pretendían resolver la crisis estructural sino proteger su imagen. Durante la ejecución de estas medidas, evidenciamos improvisación y aporofobia por parte de Galán y la gerente de la EAAB, Natasha Avendaño, que se dedicaron a construir una matriz mediática culpando a la ciudadanía por la crisis, ocultando la responsabilidad política que les asiste. El alcalde conocía los riesgos, sabía de antemano lo que podía pasar si no se actuaba a tiempo, tuvo recursos y tenía las competencias, solo le faltó voluntad y, mientras la ciudad contaba gotas, la Administración seguía contando clics. 

Cerrar la llave no es suficiente, hay que abrir el debate en torno al agua. Bogotá necesita mucho más que campañas coloridas y ruedas de prensa, necesita una gobernanza del agua que involucre a la ciudadanía, a las universidades y a las organizaciones sociales. Asimismo, se requiere proteger su Estructura Ecológica Principal, transparentar la gestión de la EAAB y abrir las puertas del Palacio de Liévano para que el debate no se ahogue entre excusas.

Las medidas tardías de Galán: mentiras y paños de agua tibia

La Administración  de Claudia López le había ocultado a la ciudadanía la crisis, desde el 19 de diciembre de 2023 había modificado la operación del sistema hídrico: incrementaron los caudales provenientes del sistema río Bogotá (planta Tibitoc) y se redujo la producción de la planta Francisco Wiesner (sistema Chingaza) debido al bajo nivel de los embalses. Este cambio, hecho sin informar a la ciudadanía, generó la alteración en la coloración del agua que encendió las alarmas. La respuesta institucional fue tardía, desinformada y caótica.

Galán continuó la estrategia, implementó un racionamiento injusto y desigual, asumió que toda la población de la ciudad era homogénea, con las mismas necesidades y las mismas demandas, por eso, le pareció fácil cerrarle la llave a la gente y, mientras en sectores de la ciudad con infraestructura sólida se superó la jornada sin suministro de 24 horas, en barrios populares los cortes llegaron a durar hasta 48 horas. Sumado, la presión del agua, al restablecerse el servicio, rompió tuberías obsoletas y causó pérdidas millonarias. Adicionalmente, las reparaciones, en muchos casos, han debido ser asumidas por la comunidad. Además, los conjuntos residenciales, para evitar el impacto de los cortes, llenaron sus tanques previamente, lo cual incrementó el consumo. 

La meta de reducción a 15 m3/s nunca se cumplió excepto en cortos los periodos de vacaciones. Ante esto, la Alcaldía elevó la meta a 16 m³/s, sin lograr su cumplimiento, demostrando una carencia de sustento técnico en sus anuncios. 

Según datos de la EAAB, durante el 2024 se perdieron más de 89 millones de metros cúbicos de agua, la cifra más alta de los últimos cinco años debido a las afectaciones por el racionamiento. La empresa, también proyecta una disminución de ingresos cercana a los $90 mil millones de pesos por las restricciones y la implementación de tarifas diferenciales que han impactado negativamente al 20% de los hogares capitalinos.

Campañas pedagógicas costosas, ineficientes y superficiales

 

En lugar de asumir la responsabilidad institucional, la Administración Galán se enfocó en trasladar la culpa a la ciudadanía, lanzando una serie de campañas costosas y de bajo impacto que no han logrado los cambios en la sociedad, ni mucho menos reducir los consumos; un nuevo fracaso de esta administración. A continuación, presentamos los principales “logros” de la versión pedagógica de Galán:

  • “Pilas con El Niño, con el agua no se juega” (enero-abril 2024): Costó más de $120 millones. Sus principales logros, según el Distrito, fueron tendencias en redes y pautas en plataformas como Instagram, YouTube y Spotify.  
  • “Juntos por el agua” (desde abril de 2024): Con un presupuesto de $13 millones, ha consistido en ruedas de prensa y boletines sin evidencia de impacto real.
  • “Casa ahorradora”: es la peor campaña de todas, se imprimieron 2.600 stickers a un costo aproximado de $550 cada uno, pero solo se pegaron cerca de 400. El “gran logro” fue la entrega de 22 stickers en Usaquén y 300 sensibilizaciones en Kennedy, con relojes de arena incluidos. 
  • La playlist de Galán: Una “innovadora” iniciativa para bañarse en pareja en menos de tres minutos con canciones cortas. Una burla para quienes no tienen agua durante días.

 

Reducción de pérdidas, una deuda estructural: se rajó la Alcaldía de Galán 

En septiembre de 2024, la Personería de Bogotá instó a la EAAB a revisar su infraestructura y tecnología para reducir el índice de agua no contabilizada, que actualmente alcanza el 40%. Es decir, 4 de cada 10 metros cúbicos de agua se pierden o se roban.

En dos décadas se han invertido más de $2,5 billones en reducción de pérdidas sin resultados significativos. Una reducción del 10% permitiría recuperar 56 millones de metros cúbicos de agua y $300 mil millones en ingresos. Sin embargo, la Administración Galán ha limitado sus esfuerzos a anuncios rimbombantes, sin acciones efectivas.

Los oídos sordos de Galán 

La crisis del agua en Bogotá no cayó del cielo, aunque la Administración de Carlos Fernando Galán insista en culpar al clima. No fue solo el Fenómeno del Niño, fue, sobre todo, el resultado de una cadena de omisiones, decisiones tardías y su actitud soberbia. Desde principios de 2024 hubo advertencias claras de voces alternativas que insistieron en la necesidad de actuar antes de que el agua comenzara a escasear. El 15 de abril de 2024, la bancada en el Concejo de Bogotá del Pacto Histórico envió una carta pública al alcalde, en ella, se planteaban propuestas claras, inmediatas y con respaldo técnico, pero la respuesta fue el silencio. Se planteó re-enfocar las campañas pedagógicas en los sectores de mayor consumo, suspender actividades de gran consumo como el lavado de fachadas o el funcionamiento de clubes privados con piscinas, y reducir el consumo en edificios del Distrito. Todo fue ignorado.

Para el mediano plazo, se propuso reordenar el territorio alrededor del agua, recuperar humedales, quebradas, zonas de recarga hídrica. Asimismo, se hizo énfasis en promover sistemas de reutilización del agua y de tecnificar el abastecimiento para evitar fugas. Tampoco hubo eco. La Administración, en vez de sumar esfuerzos, prefirió aislarse en su propia versión de los hechos. El ejemplo más absurdo llegó en noviembre de 2024, cuando producto de las inundaciones en la autopista Norte, Galán anunció que instalaría en 5 meses sistemas de captación de aguas lluvias en 30.000 viviendas. Otra mentira.

Últimamente, Galán y su Administración se ha dedicado en señalar como fanatismo que atenta con el “desarrollo” a las medidas de protección ambiental, es tal el nivel de descaro, que la EAAB demandó la propuesta de lineamientos para el ordenamiento ambiental de la Sabana de Bogotá, cuyo objetivo era proteger la estructura ecológica ambiental, preservar los suelos agrícolas y ordenar el territorio alrededor del agua. Mientras en Bogotá demuestran incapacidad política y técnica para superar la crisis, se bañan de adulaciones del sector constructor, grandes beneficiarios de suspender dichos lineamientos.

Los refritos de Galán: Chingaza II y captar más agua del rio Bogotá

El alcalde insiste en presentar la ampliación del sistema Chingaza II como la gran solución estructural. Sin embargo, este megaproyecto implicaría graves consecuencias ambientales para la región de la Orinoquía, afectando ecosistemas estratégicos y comunidades rurales. Desde sectores académicos se ha advertido que no se trata de captar más agua, sino de usarla mejor. En ese sentido, es fundamental invertir en eficiencia, ahorro, recirculación y recuperación ambiental que es más sustentable, más barato y más justo que seguir ampliando la frontera de explotación hídrica, condenado a la sed de otros territorios.

Otro de los grandes anuncios realizados por Galán, fue la modificación de la Resolución No. 760 del 31 de marzo de 2011 de la CAR-Cundinamarca, que le permite al captar de la cuenca del río Bogotá, 1,56 metros cúbicos por segundo de agua adicionales durante 5 meses (abril, mayo, julio, agosto y noviembre), llegando a un caudal durante esos meses de 9,56 m3/s. Sin embargo, en esta modificación, la CAR retiró el permiso otorgado de 2 metros cúbicos por segundo que ya había dado a la EAAB para los meses de diciembre, enero y febrero, disminuyendo la posibilidad de captación de la PTAP Tibitoc en estos 3 meses del año. Es decir, la aspiración de Galán era captar de manera permanente más agua de la cuenca del río Bogotá, pero ante la CAR-C, en un hecho responsable con el ambiente, se frenó en seco el apetito voraz.

Tras un año de racionamiento, hoy esta Administración no tiene alternativas reales para superar estructuralmente la crisis, sus anuncios no son más que propuestas sin sustento técnico que tienen más detractores que argumentos que las respalden, las diferentes organizaciones internacionales siguen recibiendo gratamente recursos públicos para formular estudios de propuestas para volver más eficiente el sistema de abastecimiento, que al final, como con el metro, no se realizará lo más técnico, sino lo que los intereses económicos determinen. 

Conclusiones: ¿qué nos deja esta crisis?

La crisis del agua no es pasajera. Es el resultado de años de negligencia en la gestión del recurso, agravada por una Administración que privilegia los negocios inmobiliarios y su imagen política, demostrado una profunda incapacidad técnica y política para atender la emergencia hídrica. No se destinaron recursos nuevos para enfrentar la crisis, las campañas provienen de contratos preexistentes del 2023 y no tuvieron impacto significativo en la reducción del consumo. Las campañas mediáticas han sido meras cortinas de humo y la culpabilización de la ciudadanía es una estrategia de distracción que busca blindar políticamente a la Administración.

El año de aprendizaje ha traído consecuencias nefastas para la ciudad, cortes de agua por más de 48 horas en los barrios populares, cambio en la calidad y coloración del agua, daños en la infraestructura del sistema, pérdidas económicas para la EAAB y aumento en tarifas a los usuarios. La ciudad está cansada de la improvisación de Galán, se requiere un gobernante que comprenda la profundidad de la crisis y que nos permita cambiar la relación ciudad-naturaleza.

Propuestas para una solución real y sostenible

Expresado todo lo anterior, insistimos en la urgencia de una política integral de gestión hídrica, centrada en el acceso equitativo y la sustentabilidad del recurso, que permita cambiar la relación con la naturaleza y que priorice la vida por sobre las ganancias. Con base en estudios técnicos y científicos, identificamos los puntos críticos y presentamos las siguientes propuestas para lograr soluciones:

  • Detener la expansión urbana desordenada.
  • Límites ambientales a la construcción desaforada en la ciudad-región.
  • Inversión en la recuperación de ecosistemas hídricos urbanos y regionales.
  • Incentivos para captación y reutilización de aguas lluvias.
  • Implementación de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS).
  • Campañas de concientización efectivas, enfocadas en reducción y reúso del consumo doméstico.
  • Reducción de pérdidas en tuberías y control de conexiones ilegales.
  • Reutilización de aguas tratadas en las PTAR para usos no domésticos.
  • Sanciones efectivas a la contaminación de cuerpos de agua.
  • Regulaciones más estrictas al consumo industrial y comercial.
  • Impuestos y normativas ecológicas para el sector constructor.
  • Implementación obligatoria del código de ecourbanismo y agua.
  • Establecer una meta clara: no superar los 15 m³/s mes por hogar.
Creado Por
Heidy Sánchez Barreto
Más KienyKe
Miguel Uribe salió en defensa de su padre, ante una información que asegura que se encontraba capturado.
Este 14 de abril se conmemora un nuevo aniversario del fallecimiento del ícono del vallenato Martín Elías Díaz. Conozca sus números de la suerte.
Iván Mejía no se guardó nada y le dio con todo a Marino Hinestroza, figura de Atlético Nacional.
Hallan otras partes del cuerpo del biólogo italiano desmembrado en el norte de Colombia.
Kien Opina