La transición energética es una de las banderas de la administración del Presidente Gustavo Petro, pero a 20 meses de su posesión, sigue en veremos. Lo que empezó con ímpetu y grandes anuncios parece haberse estancado en medio de las necesidades urgentes de fortalecer una matriz energética diversificada que nos permita enfrentar la crisis que hoy vive el país bajo la sombra de un nuevo apagón y los inclementes aumentos en los costos de la energía.
Mucho se ha habla de la descarbonización de nuestra economía y la puesta en marcha de grandes proyectos de energías renovables, eólicas y solares que han venido avanzando en el país con la puesta en marcha de algunos parques de energía solar.
Sin embargo, muchas de estas iniciativas hoy se encuentran congeladas, en parte por las demoras en las licencias ambientales y las consultas previas que no han permitido el desarrollo y ejecución de esas obras prioritarias para el país. Incluso hay proyectos que llevan más de 5 años en espera de poderse realizar.
Es aquí donde quiero llamar la atención, no es claro el porqué existe tanta dificultad para que los proyectos avancen a todo vapor como se requiere, si se trata de una política del Gobierno. Para nadie es un secreto que los proyectos asignados en las subastas de 2019 y 2021 para la puesta en marcha de los parques eólicos en La Guajira siguen en veremos, cuando se esperaba que iniciarían su entrada para oxigenar y desactivar la presión y el stress que hoy vive todo el sistema energético nacional.
La actual crisis que vive el sector energético por falta de decisiones a tiempo no se pueden convertir en un hecho reiterativo que ponen en juego el suministro de energía como ha venido sucediendo durante las últimas semanas en algunas regiones de Colombia. Y es que aunque nuestra matriz en su mayoría es limpia, ya que generamos el 70% a partir del agua, está sujeta a efectos de fenómenos naturales, como los vividos por el fenómeno de El “Niño” en el que la ausencia de lluvias ha influido en el nivel de los embalses con los que se genera energía.
En ese sentido, quiero hacer un llamado de responsabilidad al Gobierno para que actúe ya y destrabe lo que viene sucediendo con los proyectos de energía renovables en el país, la emergencia de estas semanas son una alerta sobre lo que puede ocurrir si no se toman las medidas a tiempo para hacerle frente y pasar del discurso a la ejecución de esas iniciativas.
Este año ha sido duro, pasaremos del Fenómeno del Niño al de la Niña, pero el año 2025 va a tener mayores retos y la sombra de un posible apagón crece. Si el gobierno nacional y los gobiernos locales no se preparan, el apagón será más que inminente y las tarifas tendrán incluso mayores aumentos.
Cierro recordando la importancia del nombramiento en propiedad de los comisionados de la CREG. Es fundamental para que se tomen las decisiones técnicas necesarias para hacerle frente a la crisis energética y los costos impagables de sus tarifas. No se puede improvisar cuando el país está al borde de la peor emergencia energética de los últimos tiempos.