“Toman la falsedad por verdad; toman la verdad por falsedad; tales personas nunca pueden llegar a la verdad, porque tienen puntos de vista equivocados.”
(Dhammapada, verso 11).
Hay quienes se empeñan en tomar la falsedad por verdad como lo vemos a diario en las delirantes declaraciones de don Mequetrefe falsón. Al paso que va, terminará por enloquecernos. El remate ha sido su encuentro con Kristi Noem, Secretaria de Seguridad de USA nada más y nada menos. Me imagino que don Mequetrefe envalentadonón no tiene consciencia, en su enfebrecida mente, de con quien se está enfrentando. Con sus delirios de grandeza, este pequeño bicho que ni siquiera le llegaba a los tobillos a otro bicho como Chávez, pretende que se le tome como el que no es ni llegará a serlo nunca, un líder carismático, como tampoco lo fueron un Gadafi o un Sadam Hussein, capaz de torear a un Trump. Ese señor no está como para que atrevidos bichitos se arriesguen a ser aplastados así no más. La falta de sentido común y las adicciones de don Mequetrefe adictón lo han llevado a extremos que serían tolerables, si acaso, por el inepto Biden, pero de ninguna manera por el gobierno de Trump.
Acusar a la Secretaria de Seguridad de haber mentido en una entrevista en la que Kristian Noem reveló las mequetrefudas por arrogantes críticas a Trump en el encuentro que sostuvo con don Mequetrefe charlón, que debería haber durado los treinta minutos previstos y no la hora y media, para agotamiento de cualquiera, es que con un minuto de escucharlo queda uno de catre, muy a la manera chavista, heredada de Castro, por supuesto, en la que el tiempo de los otros no existe sino para dedicarlo a escucharle una retahíla de frases inconexas en un pésimo español que da grima. Llegar hasta a acusar al traductor de haberlo malinterpretado porque don Mequetrefe ignorantón no tiene un buen inglés, es ya el remate de la cobardía.
Para colmo de males y tratando de echarse pa’tras, don Mequetrefe patraseadón intentó aclarar lo dicho y se empantanó. El remate fue decir que ordenó hacer público el registro de la conversación, pero que “nadie grabó”, ni el mismísimo Pegasus al que le tiene tanto miedo, don Mequetrefe cobardón. Lo que sí quedó garbado, como le gusta a don Mequetrefe pantallerón, fue su intervención pública con una audiencia de pobres despistados como se puede observar en videos que circulan por las redes, en la que reveló su amor incondicional a los brutales criminales del Tren de Aragua que han asolado a nuestro país y que se caracterizan por una violencia extrema y una crueldad sin límites con sus víctimas, como en otras ocasiones ha afirmado, su amor incondicional, a eso me refiero, a elenos y farcianos y hasta paras y delincuentes de toda la calaña; no es de gratis que se ha servido a un grupo de terroristas desalmados como los del M19 como lo hizo don Mequetrefe guerrillerón. Escuchar de don Mequetrefe romeón sus declaraciones de amor hace que nos llevemos las manos a la cara llevados por el desconcierto y el repudio.
Afirmar que la Secretaria Noem mintió es algo muy grave y tendrá consecuencias. Ojalá esta vez no salga de nuevo Uribe a mediar en el asunto alegando que don Mequetrefe mentirosón fue estigmatizado por haber inocentemente comprado aviones, como cualquiera compra el mercado, pobrecita víctima del Pegasus y de malos traductores. A don Mequetrefe embarradón no hay quien lo saque del lodazal y menos él mismo, ni siquiera la Sarabia que buenos esfuerzos ha hecho para terminar metiendo las patas y hundiéndolo más, como bien acostumbra hacer esa fiel por interés mayor, aliada de don Mequetrefe emproblemadón. Si lo que busca es atención, la tiene por acá y por allá, no creo que exista en el mundo entero quien lo supere en estupidez y vanidad. Pobre personajillo de opereta barata. Hay que aceptar que es inútil reclamar un poco de sentido común a alguien que carece totalmente de juicio.
Por otro lado, están aquellos que si toman la verdad por verdad y no faltan quienes los tomen por locos cuando se trata de asuntos arancelarios.
“Toman la verdad por verdad; toman la falsedad por falsedad; tales personas llegan a la verdad, porque tienen puntos de vista correctos.”
(Dhammapada, verso 12).