Debo admitirlo, soy tozudo… pero no tanto como aparento, si no ya habría sucumbido. Veamos:
Me considero de derecha y me bato por ella aunque cuestiono a sus líderes.
Soy implacable en mis juicios sobre los comunistas pero admito que pueden haber peores entre los demócratas.
Defiendo a Uribe un poco más de lo que lo critico, soy implacable con sus errores y ni aún así dejan de tacharme de furibista.
Estoy inscrito en el Centro Democrático pero me voy a retirar pronto.
Considero a Santos una calamidad para Colombia pero le tengo compasión por tener que soportarse a sí mismo.
Defiendo la obra de mis colegas pero son más mis críticas.
Aunque dicen que para mi todo es blanco o negro sé apreciar los matices de grises.
A mis alumnos les decía que no se confiaran en que lo que diga hoy lo sostenga con igual vehemencia mañana.
Soy consciente de mis contradicciones aunque me exprese como si no las tuviese.
Me gustan los sabores fuertes pero también lo desabrido.
La vida ha sido para mi tanto una tragedia como una comedia.
No soporto los vallenatos cuando los coloca el vecino pero disfruto de uno que otro cuando la ocasión es propicia para escucharlos y hasta bailarlos.
Soy abstemio siendo un alcohólico en potencia.
Me gusta leer a Proust y a Tolstói pero también ver series en Netflix.
No soporto los ladridos de los perros y hay dos en mi casa.
Opino que Zelenski es un payaso y Putín un jodido.
No tomo partido en la actual guerra pero culpo a los dos bandos por igual.
Creo que la Otan es tan peligrosa como la ONU pero no podría asegurar que el mundo sería mejor sin ellas.
Pienso que los confinamientos fueron absurdos y que hicimos el mayor oso de la historia con nuestro pasivo y dócil comportamiento.
Considero que cada cual es libre de vacunarse o no y de todas maneras ya me puse las tres dosis.
Admiro las manifestaciones de los camioneros de Canadá y desprecio las de la primera línea.
Cuando adolescente leí con entusiasmo a Lenin y ahora se me hace insoportable su prosa.
No me arrepiento de haber estudiado arquitectura aunque tenga mis mayores reservas de la manera como se enseña.
Defiendo a los pinos y los eucaliptos aunque admito que tragan mucha agua.
Como dice Cabral, me gusta la gente sencilla aunque yo soy complicado.
Sufro mucho cuando estoy sin dinero pero cuando lo tengo no lo cuido.
Me gusta la escritura y me cuesta mucho sentarme a escribir.
Me encanta la relación de pareja y vivo solo.
Mi deporte favorito es la natación y no sé nadar.
Aprendo rápido y olvido más rápido.
Podría considerarme bipolar y con todo y eso doy consejos que no me piden.
Me siento joven y ya estoy viejo.
A Biden lo considero un pobre desgraciado con demasiado poder y no me da pena decir que soy trumpista.
Quisiera que Colombia hiciera negocios con China y detesto su sistema político.
Me siento un tonto escribiendo esto y lo voy a enviar a su publicación
¿A qué viene esta perorata? Dándole vueltas a mi terca posición con la candidatura de Óscar Iván Zuluaga me he venido preguntando que tan tozudo soy. Bastante como para haber insistido en el tema cuando ya estaban las cartas echadas y no había nada que hacer.
Mi tozudez no me impide ver con simpatía a Rodrigo Lara como fórmula vicepresidencial de Fico. A propósito, Federico Gutiérrez será el primer presidente al que nos tomaremos la libertad de llamar por su apodo…ah, ahora recuerdo a un tal Juampa.