Es la jefe de gobierno más joven de todo el planeta. En 2019 se convirtió en la Primera Ministra de Finlandia con apenas 34 años y goza de un prestigio internacional. Aceptó el desafío y jamás ha sido inferior al mismo.
Su vida se puede adaptar sin problemas al guion de una película. Creció en un hogar humilde, pero al tiempo con varios traumas sociales, su papá era alcohólico y maltrataba a su mamá, lo que desembocó en el divorcio.
Posteriormente, la joven Sanna creció en medio de dos lesbianas, pues su madre decidió rehacer su vida con otra mujer. Vivían en alquiler y a pesar de las limitaciones económicas, la hoy Primera Ministra asegura sin titubeos que nunca le faltó amor.
“El silencio fue lo más difícil, la invisibilidad creó un sentido de incompetencia; no fuimos reconocidas como una familia real ni igual que las otras. Pero no me acosaron mucho” dijo en una entrevista al diario Finés Menaiset.
Nada le fue regalado. Se hizo a pulso con una tenacidad sin límites, desde los 15 años comenzó a trabajar para ayudar en los gastos de su casa, comenzó en una panadería, después vendía revistas en el colegio y en su época universitaria, alternaba los estudios superiores con sus labores como cajera en un supermercado.
La gobernante es orgullosa permanente de su esfuerzo para llegar a donde está: “Me siento extremadamente orgullosa de Finlandia. Aquí el hijo de una familia pobre puede educarse y alcanzar sus metas en la vida. Una cajera puede incluso convertirse en primera ministra”
Su aventura política comenzó a los 20 años. En 2013 fue alcaldesa de Tempere, dos años más tarde logra una curul en el Parlamento, después Ministra de Transporte y actualmente primera ministra de Finlandia. Logró un ascenso sin precedentes gracias a su profesionalismo, liderazgo y un carisma innato. Goza de una reputación envidiable.
Sanna Marín lleva consigo una historia de superación inspiradora. Se encuentra dentro de las 25 mujeres más influyentes del mundo, defiende con temple sus ideas, ha enfrentado con rigor la guerra Rusia-Ucrania y parece aún no encontrar techo en su carrera. Su determinación para alcanzar metas, es un estímulo para millones de mujeres.
