“Ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso”. Esa fue la consigna de los 200.000 trabajadores que el sábado 1 de mayo de 1886 iniciaron la huelga y se convirtió más tarde en la reivindicación laboral de estos empleados. Chicago en esa época era la segunda ciudad más grande USA y todos los días llegaban miles de personas buscando oportunidad laboral. El portafolio de trabajadores era inmenso y variado: desempleados, ganaderos quebrados, agricultores sin cultivos y veían esa hermosa ciudad, reflejada en el lago Michigan, el sitio de la esperanza y el contrato laboral justo.
Una de las fábricas, McCormick, oprimió en forma desalmada a los trabajadores en abril y mayo. Sus obreros, por reclamar condiciones decorosas en el trabajo, padecieron una sangrienta opresión durante varios días. El sábado 1 de mayo los obreros salieron a marchar y estas movilizaciones -un reto- duraron tres días hasta lograrlo. Recordemos que en el Siglo XIX la jornada se suponía tenía 8 horas, sin embargo, los patronos podían extenderla hasta 18 horas. Los dueños de esa empresa no cumplieron con el cambio en el horario acordado y se desató el inicio de la huelga.
El primero de mayo empezó la protesta y fue callada por una temible opresión policiaca que arrojo varios muertos y heridos. Aparece en la historia el “atentado de Haymarket” en donde una bomba se coloca para lesionar y lastimar la policía. Para defenderse, los uniformados matan a 38 participantes y ocasionan 200 heridos. Esto inicia el juicio injusto y la condena de 6 trabajadores. Cuatro condenados a muerte y dos a trabajos forzados de por vida. Quedó claro en los informes históricos: la culpabilidad nunca fue demostrada y allí nace el epónimo “Los Mártires de Chicago”.
Su dictamen desencadenó una gigantesca jornada de protesta mundial y los trabajadores dispersos se unieron alrededor de esta censura. Apareció entonces el 1 de mayo como el Dia Internacional del Trabajador en 1889 en el Congreso Obrero Socialista. En 1919, durante la primera conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue aprobada la jornada de 8 horas y la semana de 48 horas. Las épocas cambian: el inicio del calor era el nombre antiguo de esta fecha en donde diversas culturas celebraban el inicio del verano (Betadine y actos complementarios como el baile o maypole y la corona de flores). Su idea fue recordar y reivindicar a los mártires de Chicago. Las irregularidades en este juicio fueron numerosas, se violaron todos los reglamentos y los adecuados procesos. Se le conoció como “juicio farsa” y los juzgados fueron condenados a muerte (cinco). La jornada de 8 horas de trabajo determino una decisión colectiva y un punto de inflexión: no ceder y luchar con la fuerza de la convicción. Organizó muchas pautas en el movimiento obrero mundial y aun respiramos esa influencia.
El rápido avance industrial, la concentración de los trabajadores (hombres y mujeres) y abuso en horarios y salarios desencadeno esta manifestación en Chicago que se extendió a otras ciudades de USA y generó el Primero de Mayo como Dia Internacional del Trabajador. ¿Pero en Colombia que se observó?, Marchas pacíficas convocadas por tres centrales obreras, cero violencias y un discurso destemplado del presidente solicitando a los asistentes en la plaza apoyo para sus reformas no analizadas. La letra de los cambios hay que estudiarlas con criterio generoso, discutirlas y tratar de buscar una línea de acuerdo o de consenso y finalmente impulsarlas para sacarlas adelante. ¿Cuántos de los pocos asistentes a esta convocatoria tiene conocimiento real de estas reformas?
Diptongo: “Reunirse es el comienzo. Mantenerse juntos es un progreso. Trabajar juntos es el éxito.” Henry Ford.