Colombia se encuentra asediada con el resurgimiento de la violencia y la criminalidad que ha puesto en jaque la seguridad de sus ciudadanos. Según datos de la Defensoría del Pueblo en el 2023 se presentaron 181 asesinatos de líderes sociales, y el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) informa que en lo transcurrido del 2024 ya se han registrado 87 homicidios a líderes sociales, evidencia de la persistencia de grupos armados ilegales y el narcotráfico.
La situación es preocupante de forma particular en regiones como el Cauca, Antioquia, Nariño, Valle del Cauca y Norte de Santander, donde las disputas territoriales entre disidencias de las FARC, el ELN y grupos criminales organizados se han intensificado, al generar desplazamientos masivos y una creciente sensación de inseguridad. Este panorama desafiante requiere una revisión crítica y la implementación de estrategias de seguridad robustas y adaptativas para proteger a la población y restaurar la confianza en las instituciones del Estado.
Debido a esto y con el propósito de aportar a la salida a esta crisis invito hoy a las autoridades en Colombia al análisis y puesta en práctica de las enseñanzas del libro “The rules of security: staying safe in a risky world”, este ensayo de Paul Martin, publicado en 2019 por Oxford University Press, nos ofrece una guía integral a través de principios fundamentales, para convertirlos en herramientas prácticas para mejorar la seguridad y fomentar la resiliencia en diferentes contextos, al destacar la importancia de comprender tanto los aspectos técnicos como los humanos de la seguridad.
La primera enseñanza del autor indica la necesidad de realizar una evaluación detallada de las amenazas contemporáneas, desde el terrorismo y el crimen organizado hasta los desastres naturales y los efectos de las pandemias, en donde se exploren las características de estos riesgos y cómo pueden evolucionar al ofrecer un marco para entender su naturaleza y magnitud.
Otro aspecto a tener en cuenta es el enfoque en la prevención. Paul Martin ofrece una serie de estrategias preventivas que abarcan desde la planificación y la evaluación de riesgos hasta la implementación de medidas proactivas, esto incluye el desarrollo de sistemas de alertas tempranas y la importancia de la inteligencia con la recopilación, el procesamiento y el análisis de datos. Lo que se debe traducir en poseer sistemas de inteligencia robustos con una cooperación entre diferentes entidades de seguridad.
Al igual, el autor describe cómo responder de manera eficaz a las amenazas constantes y el debilitamiento de la seguridad, y realizar una proactiva gestión de crisis, la coordinación entre agencias, y la comunicación efectiva durante emergencias. Paul Martin enfatiza la importancia de tener planes de contingencia bien diseñados y la capacidad de adaptarse de manera adecuada a situaciones cambiantes. El autor indica que no solo se debe poseer protocolos de respaldo, sino también programas de educación en seguridad para la población civil, y crear comunidades resilientes que puedan responder eficazmente a las crisis y así mejorar la seguridad local.
Otro punto crucial es incrementar la cultura de seguridad y desde luego contar con la voluntad política del Estado y el compromiso de las instituciones con responsabilidad en la seguridad pública y en la atención de las amenazas. Paul Martin destaca cómo la formación y la concienciación de todos los miembros de una organización pueden mejorar de forma considerable la seguridad en general. La importancia de liderazgos fuertes y comprometidos con la seguridad es un pilar en el avance de la seguridad. Es fundamental establecer un enfoque pragmático basado en la evidencia lo que proporcionará una guía clara y efectiva para enfrentar los desafíos de seguridad actuales y futuros.
En resumen, la relevancia de este ensayo para Colombia es evidente, ya que es un compendio valioso de conocimientos y estrategias aplicables en el contexto de violencia que nos rodea. La seguridad en Colombia no es un problema que pueda resolverse con soluciones facilistas, es vital adaptarlo a nuestra realidad y actuar con determinación y coraje, mediante un enfoque multifacético que aborde las causas profundas de la violencia, fortalezca las instituciones y fomente una cultura de paz y convivencia. La seguridad es un derecho fundamental de los colombianos, y es hora que el gobierno nacional y sus autoridades trabajen para construir un país seguro y confiable, desde luego en un escenario en donde participe y aporte la sociedad civil.