El Plan de Desarrollo de Bogotá, que pasó en primer debate en el Concejo el pasado 26 de mayo, contiene previsiones para afrontar la situación de emergencia sanitaria y la crisis económica, refleja cambios necesarios en material ambiental y de movilidad sostenible que planteó la alcaldesa durante la campaña, y posiciona la economía del cuidado y la relación con la región como algunos de sus pilares.
Luego de que, el pasado 30 de abril, la Alcaldesa de Bogotá Claudia López radicara ante el Concejo de la capital, el Plan de Desarrollo Distrital para su discusión, en la noche del 26 de mayo, después de extenuantes jornadas de debate, sesiones, discusiones, acuerdos y modificaciones fue aprobado en primer debate el Plan de Desarrollo de Bogotá 2020-2024 “Un Nuevo Contrato Social y Ambiental para la Bogotá del siglo XXI”. Aún le falta pasar por debate y votación en plenaria a partir del viernes 29 de mayo, donde se definirá la posición de los 45 concejales.
Uno siempre quisiera que todas sus propuestas quedarán incluidas, pero estamos bastante satisfechos con el balance general hasta el momento. Varias iniciativas que hemos planteado años atrás, como el operador público de Transmilenio y acciones de protección para la Estructura Ecológica Principal, quedaron incluidas. El artículo 99, sobre el Corredor verde por la carrera 7ma, sin Transmilenio, fue modificado hasta dejar una redacción que da tranquilidad. Fueron incorporados alivios tributarios para los pequeños empresarios, el concepto de soberanía alimentaria en el plan de abastecimiento, se reconoce el trabajo y reconocimiento para los campesinos, una política distrital para la bicicleta y un sistema de bici pública, entre otros.
Movilidad en el Plan de desarrollo
En materia de movilidad se vienen grandes cambios. Se pasa de un modelo donde prevalecían los buses a uno intermodal. En el plan, la Administración se compromete a construir el Cable de San Cristóbal y a adelantar los estudios de dos más, uno de los cuales será en Usaquén. Los trenes de cercanías, que fueron saboteados por la anterior administración, reciben ahora total respaldo, pues se busca que los Regiotram tanto del Norte como del Sur sean una realidad.
Por supuesto, dos de los puntos que más llamaron la atención fueron la extensión a Suba y Engativá del metro pesado y el que descarta Transmilenio por la carrera séptima. En este último, participamos varios en mejorar la redacción del artículo de manera que en la práctica sea imposible que se construya en esta vía emblemática BRT pesado y, a cambio, se cuente allí con tecnología cero emisiones y un proyecto urbanístico respetuoso del patrimonio y el ambiente, así como con espacio para la bicicleta. Se atendió de esta forma la justa defensa de la séptima, que en campaña tuvo un claro respaldo en las urnas.
Otro punto que suscitó un acalorado debate es el de la creación de un operador público para el SITP, en la cual vengo insistiendo desde el 2018, que será muy útil para bajar la tarifa técnica y con ello el déficit. Le permite a la ciudad tener un plan B en caso de que las licitaciones venideras queden desiertas, los operadores dejen de operar o se presenten eventualidades de cualquier tipo. Con este operador también podremos conocer a fondo los detalles de operación y probablemente reducir, más adelante, las tarifas y hacer reinversión de utilidades. Se debe aclarar que esto no significa que se vayan a caducar los contratos actuales.
Por otra parte, la bicicleta ganó espacio en el Plan. Recogiendo las ideas de la bancada de la movilidad sostenible, planteamos una serie de propuestas que quedaron incluidas: metas de cicloparqueaderos, especificación de metas de seguridad vial para ciclistas y peatones y se introdujo uno de los anhelos que no se materializado, un sistema de bicicletas públicas. El plan en su versión original ya traía la meta de construcción de 280 k.m. nuevos de ciclo infraestructura y el mantenimiento de 190 k.m. más. También propuse la implementación de un registro bici obligatorio para enfrentar con mejores herramientas a las bandas organizadas que asaltan a los ciclistas.
En materia ambiental
Otro cambio importante que trae el plan es establecer una nueva relación con la naturaleza, alejada por completo de la visión de la pasada administración, que privilegió intervenciones duras e incluso la urbanización y la explotación económica en estos espacios sin contemplación de su carácter y valor estratégico para enfrentar la crisis climática. Es por ello que en este plan se atendió la petición que hicimos varios concejalas y concejales de incluir medidas para proteger la Estructura Ecológica Principal, que garanticen, por ejemplo, que las intervenciones que se realicen en ellas sean acordes a los planes de manejo ambiental. Se destinó un monto de más de 400 mil millones de pesos para este fin en la reserva de los cerros, la Reserva Thomas Van der Hammen, el río Bogotá y los humedales. Una previsión que también quedó escrita es clave: cualquier intervención en estos proyectos debe respetar los espacios del agua y la biodiversidad y debe hacerse con el enfoque de ecosostenibilidad e integrando la participación de las comunidades aledañas. Se avanza así en el cumplimiento de varios compromisos ambientales de la alcaldesa con la ciudadanía.
Merece una alusión también un artículo nuevo que propuse, la inclusión de estrategias renovación urbana verde, que permitirá adelantar estudios técnicos y jurídicos necesarios para consolidar bosques urbanos, propuesta que de fondo deberá debatirse en el Plan de Ordenamiento Territorial. Esta iniciativa ha sido producto del trabajo en llave con las comunidades aledañas al parque Santa Helena, a la cual se han adherido más organizaciones.
Otros avances
La incorporación del enfoque de soberanía alimentaria para el nuevo modelo de abastecimiento sostenible e inteligente que se desarrollará en el Distrito es otra buena noticia de este Plan. Nuestro aporte fue acogido por los ponentes y aceptado por la Administración Distrital dentro del artículo 33 de la iniciativa. Este es un paso al futuro (especialmente en el escenario de esta pandemia) e implica empezar a valorar y respetar el trabajo en el campo, ayudar a que la producción de alimentos se haga de forma sustentable y con respeto por la naturaleza. Adicionalmente, logramos incorporar a los campesinos y a sus asociaciones dentro de los 8.000 actores de la cadena de abastecimiento que se fortalecerán con las acciones de esta administración. Este ha sido un aporte de varias organizaciones ciudadanas que impulsan una visión integral del abastecimiento y el reconocimiento del papel de los campesinos y campesinas.
Los pequeños empresarios, en el artículo 67 del Plan de Desarrollo aprobado en comisión, ahora cuentan con que la Administración se compromete a adelantar gestiones ante el gobierno nacional para que tengan un esquema tributario diferencial y que la etapa de desarrollo en la que se encuentra la empresa sea tenida en cuenta, y esto les permite más herramientas para la indispensable fase de recuperación después de esta crisis de Covid-19.
Cierro con esta meta, que también planteé recogiendo la solicitud de numerosas organizaciones del sector, el fortalecimiento de los 20 Consejos Locales de Deporte, Recreación, Actividad Física, Parques, Escenarios y Equipamientos Recreativos y Deportivos – DRAFE. Quedó expresada en el anexo de metas del plan.
Dejo por fuera muchos aspectos de gran interés que trabajaremos en próximas columnas, como los temas regionales, la economía del cuidado y la educación. Nos esperan dos días intensos de plenaria para asegurar estos y otros avances.
El PDD aún tiene otra dura parte del camino por recorrer, su discusión en plenaria, donde ya no podrán hacerse modificaciones en los artículos, pero sí podrían ser suprimidos. El próximo viernes iniciará esta segunda etapa del debate del plan, donde, ahora sí, participarán los 45 concejales, con lo cual antes de finalizar el mes tendremos la versión definitiva.