La empresa de fertilizantes Monómeros, ubicada en Barranquilla, está en el ojo de varios buitres que sobrevuelan la vía Cuarenta hasta el río Magdalena. ¿Pero qué es lo que está pasando y por qué hay tanto ruido con esta empresa? Si bien ha tenido tiempos difíciles, es ahora cuando hay una rapiña entre personajes inescrupulosos que literalmente la quieren devorar, lo que podría generar un despido masivo de más de 600 trabajadores directos y 1,500 trabajadores indirectos.
Esta triste historia comenzó en 2019, cuando Monómeros fue entregada por Iván Duque a su amigo Juan Guaidó. Es ahí donde aparece el buitre mayor, el venezolano Jorge Pacheco; ojo a este nombre, que es el principal protagonista de esta historia siniestra. Hay que aclarar que Pacheco estuvo en la campaña política de Iván Duque y era ficha de Juan Guaidó, como lo publicó en una nota el portal Las Dos Orillas. Por lo tanto, era el hombre ideal para toda esta tramoya. Pacheco aterriza como asesor de la junta directiva de Monómeros y, casualmente, por esos mismos días aparece Nitron, una multinacional de EE. UU. proveedora de materias primas para hacer fertilizantes, que es presidida por Javier Urrutia; ojo a este otro nombre.
Nitron entregó de buenas a primeras muchos cupos de crédito que aumentarían el pasivo de Monómeros, lo que la socavaría desde adentro. Pero hay más: también, extrañamente, se divulgaron datos financieros manipulados que solo tenía el gerente de finanzas, Billy Otero, para hacer parecer que Monómeros no tenía salvación. Esto haría que Nitron pudiera recibir pago en acciones. No es la primera vez que Nitron hace esto en Latinoamérica; ya otras empresas han padecido esta estrategia de buitres atacando en la noche, lo que presuntamente sería un asalto a Monómeros, que fue creada en 1967 mediante una alianza entre Colombia y Venezuela con el fin de desarrollar el agro y la industria colombiana.
Para el 2021, Jorge Pacheco, en ese entonces asesor de Monómeros, y Javier Urrutia, presidente de Nitron, hacen una unión perfecta. Se les ve muy cerca del exministro de Agricultura, Rodolfo Zea; el exdirector del Dapre, Víctor Muñoz; y el superintendente de Industria y Comercio, Andrés Barreto. Esto fue lo que calificó el presidente Gustavo Petro en un trino de noviembre como un intento insano del Dapre de Duque por privatizar Monómeros, que generó tantos dividendos a Juan Guaidó y por el cual ha sido denunciado por varios periodistas en Venezuela y por miembros de la dictadura de Maduro. Sin embargo, al parecer, el tiempo no alcanzó porque el plan de tomársela se filtró, llegaron las elecciones en 2022 y no se pudo llevar a cabo. Todo se derrumbó como la canción.
Gustavo Petro asume la presidencia el 7 de agosto de 2022 y, de inmediato, le devuelve Monómeros al control de Nicolás Maduro. Jorge Pacheco, que era de Duque, se voltea como la arepa venezolana y comenzar a hacer gestiones que mantengan su influencia en Monómeros. Es ahí cuando crean Nitrofer con Javier Urrutia, otro de los hombres clave en toda esta negociación. Nitrofer viene a ser la intermediaria de materia prima y la ubican en Santa Marta como filial de Nitron para competir y debilitar al máximo a Monómeros.
Pacheco se mueve y también hace contactos con uno de los delegados del Gobierno de Petro en la junta directiva de Monómeros, llamado Rodrigo Ramírez, quien el 8 de noviembre de 2024, argumentando que supuestamente no estaba de acuerdo con la venta de la empresa, renuncia. Sin embargo, según fuentes en Palacio, salió para hacer lobby con el superintendente de sociedades, la ministra de Agricultura, la directora de DAPRE, Laura Sarabia, y otro nombre que podría ser cercano a Pacheco: Andrea Petro, la hija del presidente. Todo esto con el objetivo de que Pacheco y Urrutia, a través de su empresa Nitrofer, se queden con Monómeros.
Pero, como siempre que aparece una pelota en la vía, viene un niño detrás. Aqui no apareció un niño, sino el rey de los buitres, que se llama Alex Saab, exconvicto y ministro de Nicolás Maduro, y quien estaría detrás de esta negociación, que en el papel está por 350 millones de dólares, un precio de entrada bastante elevado para que nadie más entre en la oferta. Tienen que hacerlo antes de julio próximo, cuando se vence el permiso de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de EE. UU. (OFAC), además de que saben que en el gobierno de Trump todo lo que tenga que ver con Venezuela lo va a frenar, porque se avecinan nuevas sanciones que no se sabe hasta dónde llegarán. El negocio se hace ahora o se cae, por eso es la prisa.
Otro actor sospechoso aquí es el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, quien se pronunció optimista frente a la venta de Monómeros. ¿Será porque el 21 de octubre de 2024 fue nombrado Jorge de Castro como miembro principal de la junta directiva de Nitrofer? Qué casualidad, todos los caminos conducen siempre a Nitrofer, la empresa de Jorge Pacheco y Javier Urrutia, los buitres mayores. Blanco es, gallina lo pone en un rincón. Esperemos que el presidente Gustavo Petro, que supuestamente se pronunció en contra de esta venta, que sería perjudicial para el campo colombiano, haga algo. Aunque con esta alianza que ha demostrado con el dictador Nicolás Maduro, no creo. Lo que sí queda claro es que, si este negocio se materializa, Nitron o Nitrofer, que es lo mismo, monopolizarían el mercado colombiano, poniendo en riesgo el precio de los fertilizantes y la agricultura del país a través de prácticas anticompetitivas.
