LeBron James construyó su histórico destino de la nada. Hoy el mundo se asombra de todo lo logrado por esta estrella del baloncesto y el reciente récord que impuso de mayor número de puntos conseguidos en una temporada. Una hazaña de otro planeta.
Su vida es algo único. Nació un 30 de diciembre de 1984 en Akron, Ohio, es hijo de un hombre con un amplio prontuario criminal y de Gloria James, que lo tuvo cuando tenía apenas 16 años. LeBron nunca conoció a su padre biológico.
“Nunca tuve relación con él. Como niño eso siempre me frustraba, estaba enojado con mi padre por no estar conmigo, ahora como un hombre maduro lo pienso y creo que no debí enojarme tanto. Yo no sabía por lo que estaba pasando mi padre en ese momento” ha declarado LeBron en varias entrevistas.
Su madre Gloria James atravesó los momentos más complejos. Llegó a mudarse hasta 11 veces en menos de tres años y le tocaba trabajar largas jornadas para mantener al pequeño LeBron. La desesperación la atrapó en múltiples ocasiones.
Muchas veces le tocaba dormir en sofás y a sus tres años, fallece la abuela y queda aún más solo con su madre y cuando ya ingresa a la escuela, pierde muchas veces las clases.
“Me aterraba pensar que mi mamá no iba a volver a casa. Me enojaba ver con cosas en la televisión y no poder tenerlas. Miraba partidos de básquet y quería ser esos atletas y ser capaz de ayudar a mi familia” reveló LeBron James.
La obsesión por el deporte que lo conectó viéndolo en pantalla, lo comenzó a practicar de la manera menos convencional, en una caja amarrada a un poste de luz. La precariedad la convirtió en una habilidad innata desde pequeño.
Uno de los padres de sus compañeros de escuela Frank Walker, se entera de las condiciones tan adversas que afronta el niño LeBron y decide ofrecerle una ayuda, que el pequeño se vaya a vivir con ellos. Esto le permitió no perder clases y concentrarse en el básquet.
Un año después su mamá logra conseguir un trabajo más estable y LeBron James vuelve a vivir con ella y el niño ya era toda una promesa del baloncesto, comenzaba a descrestar a sus profesores con una capacidad sin precedentes. Se convirtió en el jugador de preparatorio más popular en toda la historia.
Entonces se vino toda la presión del reconocimiento sobre el muchacho prodigio. Marcas como Nike y Adidas llegaron a ofrecer hasta 25 millones de dólares por patrocinarlo. Era el comienzo de lo extraordinario.
Al llegar a la BNA no hubo vuelta atrás. Comenzó a construir un imperio de logros, los cuales describe sin ningún tipo de adornos, es directo como su juego: “Lo que me trajo hasta aquí es el trabajo duro y dedicación”. El resto es historia, LeBron James, de la nada al infinito.