Carlos Vives, pa´que se acabe la vaina. El samario ya logró la inmortalidad musical. Globalizó la verdadera esencia de nuestro folclor, que va mucho más allá del vallenato y la cumbia. Tal vez nunca imaginó que él mismo, se convertiría en un clásico. Es un artista de todos los tiempos. Carlos se enamoró del vallenato y el vallenato se enamoró de él.
Las dimensiones de su legado son de una contundencia irrefutable. Su prodigiosa carrera que llega a los 30 años, debe ser motivo de orgullo de todos, abrió caminos para otros, hizo pausas para retomar con fuerza superior y brillar más. Es un guardián de la identidad del vallenato.
Carlos Vives inventó algo sobre las huellas imborrables de los juglares del vallenato y la cumbia. Introdujo sonidos que internacionalizaron nuestras raíces, hasta le ha dado espacio a la champeta y chandé. Egoísmo cero, generosidad toda. La sencillez de lo grandioso.
Lo que hizo Vives no existía. Eso que denomina ´El rock de mi pueblo´ no solo fue novedoso, sino transformador. Al principio se advertía como un experimento, pero resultó todo un suceso musical y nada volvió a ser igual. Creó algo más bello.
Un fantástico progreso de lo autóctono consiguió Carlos Vives con su música. El hombre nacido en Santa Marta, amante del fútbol, inseparable de la bicicleta, que le gusta cocinarle a sus hijos, madrugador y consumidor permanente de agua de panela con limón, es el patrón de nuestro folclor.
También es un hombre de sobrada fe. Siempre hace una oración antes de cada concierto con su inseparable equipo llamado ´La provincia´, aún conserva la cadena con una Virgen que le regaló su padre cuando cumplió 15 años, además es un lector incansable, hace ejercicio y es hincha absoluto del Unión Magdalena.
No le queda ningún récord por delante. Ganó discos de oro, platino, diamante, fue el primer artista en vender más de un millón de copias en Colombia, se alzó con el Grammy Anglo y muchos del Grammy latino, y el disco de la banda sonora de la novela sobre Escalona, es uno de los más vendidos, el cual reestrena por estos días con su particular sonido. Todo lo ha conseguido.
Costumbres, creencias, relatos, mitos, todo esto se agrupa en la obra musical propia y la que mejoró de los clásicos de juglares del vallenato y la cumbia. Una globalización perfecta desde el ámbito local.
No es fácil la supervivencia de lo pasado, muchas veces se pierde con la acumulación de los años aquello que fue importante. Carlos Vives es el directo responsable de mantener vigente la esencia de lo que somos, no olvidar de dónde venimos y lo que hicieron nuestros ancestros.
Carlos Vives es la provincia y la provincia universal es Carlos Vives. No podemos entender lo uno sin lo otro, lo que parecía no pertenecer a nadie, ahora es de todos. No hay tierra del olvido, Carlos no lo permitió