En una época en que, para algunos líderes, empresas y medios de comunicación, hablar de sostenibilidad se ha convertido en una moda, en una herramienta de mercadeo y, en ocasiones, hasta en un discurso del miedo; debemos realizar un alto en el camino y analizar qué es lo que estamos comunicando frente a ella.
Aunque esta palabra reina ahora en la gran mayoría de estrategias corporativas y titulares mediáticos, siento que ha venido perdiendo materia y que debemos actuar para no permitir que se deteriore y se estanque su conversación.
En lo que al empresariado se refiere, recientemente Paul Polman, uno de los líderes más influyentes en temas de sostenibilidad, ex CEO de Unilever, declaró en su discurso de apertura del Edie 23, (evolución del Sustainability Leaders Forum, ganador de múltiples premios internacionales) que “El grave problema que afronta en la actualidad la conversación sobre la sostenibilidad es que todos hablan de hacer menos mal y se está perdiendo de vista el pensamiento regenerativo, restaurador y reparador.
También debemos considerar que casi siempre que las empresas hablan de sostenibilidad, lo hacen de forma muy general o, por el contrario, de manera muy específica, utilizando términos técnicos que la convierten en un concepto alejado de la vida cotidiana de las personas y de sus colaboradores.
Es hora de que los líderes empresariales, que trabajan día a día por alcanzar el cumplimiento de los ODS, entiendan que tienen que estar dispuestos a aprovechar todas sus capacidades para lograr un cambio exponencial en la transmisión del verdadero concepto del desarrollo sostenible.
Por otra parte, los medios de comunicación juegan aquí un papel muy importante. En el caso de la sostenibilidad en general y de los ODS en particular, es necesario que los periodistas aprendan sobre la Agenda 2030, amplíen sus conocimientos, entiendan que la cuestión va mucho más allá del medio ambiente y sepan interrelacionar temas como la desigualdad, la pobreza y el hambre, entre otros.
Nadie más que un comunicador, conocedor a fondo de la sostenibilidad, tendrá la capacidad de generar un lenguaje innovador y formativo en esta materia, algo de lo que carecen hoy la mayoría de los medios de comunicación.
A la sostenibilidad tenemos que darle caras, nombres, historias y significados. No podemos dividirla como las secciones de un noticiero en económicas, internacionales, deportes o política. Esta es una historia de personas que debe generar conexiones humanas.
Y es aquí precisamente donde invito a empresarios y comunicadores a trabajar de la mano para evitar que la conversación sobre la sostenibilidad se estanque y pierda vigor. Es hora de que aúnen esfuerzos para construir mensajes transformadores que lleguen a la ciudadanía, impulsando ese cambio que tanto necesitamos.
Debemos luchar para que el concepto de sostenibilidad, por naturaleza complejo y en constante evolución, se transmita de la manera más simple, generando el mayor impacto posible.
Las empresas, desde sus actividades sostenibles, deben desarrollar la capacidad de sanar y florecer (regenerar, restaurar y reparar), y que mejor manera de hacerlo que acercándose a los medios de comunicación, capacitándolos y mostrándoles que los ODS no son cifras frías, sino historias de vida y de seres humanos.
Por su parte, los profesionales de la comunicación saben que la mejor manera de luchar contra las falsas noticias y profesionales ficticios al interior de su actividad, es la de conservar una prensa rigurosa y transformadora al servicio de la sociedad.
Convivimos en un mundo con múltiples crisis que suceden al unísono, y que son consecuencia, en su gran mayoría, de nuestro errado relacionamiento económico, social y medioambiental. Empresas, líderes empresariales, directores de medios y periodistas deben acercarse, construir una conversación para la sostenibilidad y entender que tenemos que cambiar, y que para cambiar tenemos cosas que contar.