David Cheever, estudiante de posgrado de la Universidad de Colorado, declaró en 1964 que “La Sabana de Bogotá -Colombia- presenta las condiciones ideales para los cultivos de clavel a gran escala y de alta calidad, los cuales se pueden producir durante todo el año debido a sus excelentes condiciones climáticas”.
La investigación de Cheever condujo a que, desde Colombia, Edgar Wells y Miguel de Germán-Ribón, se entrevistaran con él, dando así inicio en el país al cultivo de claveles y a su floricultura de exportación en general.
Pocos años después, el 26 de enero de 1973 nació Asocolflores, con el firme propósito de fortalecer nuestra floricultura de exportación y hoy, 5 décadas después, es un ejemplo para el mundo en lo que a la construcción de una actividad agrícola productiva, inclusiva y sostenible se refiere.
Desde el momento de su creación, Asocolflores comprendió la relación que para el éxito de la actividad floricultora deben tener las exportaciones y el desarrollo rural, visto como la relación entre el crecimiento económico y social de las comunidades donde las flores están presentes, con la creación de valor para impulsar el progreso del país y sus habitantes.
Por otra parte, antes de que se reconociera en el panorama de las organizaciones la importancia de lo que actualmente se denomina resiliencia empresarial, a partir de la década de los 70, y por la vocación exportadora de la floricultura, Asocolflores encaminó sus esfuerzos a mejorar la capacidad de sus afiliados de anticipar y aceptar los cambios y alteraciones, y adaptarse a ellos, a fin de salvaguardar su éxito en el tiempo.
Así, la floricultura en Colombia ha evolucionado por 50 años desde lo que se podría llamar el “Trinomio exportaciones, desarrollo rural y resiliencia”. Esta transformaciónpermanente le ha permitido al país contar hoy con 60 especies y 1500 variedades de flores que responden a las expectativas de los trabajadores, los consumidores y los requerimientos de sostenibilidad de las más de 100 naciones a las que se exportan.
Asocolflores está celebrando 50 años:
• Comprendiendo que los logros obtenidos, que hoy le permiten a la floricultura producir 200 mil trabajos formales, directos e indirectos, y generar la tasa de empleo por hectárea más alta del sector agrícola nacional (14 frente a dos o menos de otras actividades), deben seguir incrementándose, ofreciendo cada vez más oportunidades laborales y beneficios sociales y económicos en las comunidades rurales.
• Multiplicando sus esfuerzos por la igualdad, para que ese 60% de mujeres, en su mayoría cabeza de familia, que actualmente hacen parte de los 110 mil empleados directos del sector, crezca y continue beneficiándose de sus programas de promoción laboral, formación, capacitación técnica, vivienda y recreación.
• Reconociendo que la sostenibilidad son acciones y por lo tanto debe trabajar, aún más, con sus afiliados para que los indicadores que demuestran que las empresas floricultoras han reducido el uso de plaguicidas químicos en 53%, eliminando el uso de los de mayor toxicidad, elevado en más de 50% el uso eficiente del agua lluvia, utilizado en 56% energías de fuentes renovables e incrementado en 600% el uso de bioinsumos, sigan creciendo para la conservación del medioambiente y los recursos naturales del país.
• Fortaleciendo el relacionamiento con los principales protagonistas del sector a nivel mundial, para que la participación internacional que hoy le da asiento en las juntas directivas, comités y summits de las principales asociaciones del sector a nivel mundial, brinde nuevas oportunidades, desde la innovación, en su rol transformador para encontrar novedosas maneras de crear valor frente a los retos y disrupciones, que siempre estarán presentes.
La infinidad de obstáculos superados, los innumerables logros obtenidos y la experiencia adquirida, hacen que esta celebración de 50 años sea la mejor de las brújulas para que Asocolflores siga apuntando al norte, ese norte que continúa invariable como la búsqueda del crecimiento de las exportaciones, el desarrollo de las zonas rurales y la constante resiliencia.