![“Matador”, el rey en un país de caricatura “Matador”, el rey en un país de caricatura](/sites/default/files/styles/interna_contenido_s/public/wp-content/uploads/2016/07/Matador-p.jpg?itok=oAYyWRs5)
Julio César González, “Matador”, el rey de los caricaturistas colombianos, dice que vive en un paraíso porque aquí pasan cosas terribles todos los días, pero nada es grave, al otro día renace el país con las mismas vainas, a la semana se olvidan los temas que pasaron, y repetimos las mismas cosas y los mismos problemas.
-Soy una persona muy afortunada, porque me gano la vida haciendo mamarrachos y mamando gallo. Me burlo de la tragicomedia nacional y me pagan por eso. Por esas paradojas de la vida, hay gente que no lo reconoce por su talento desbordado sino por ser hijo de don Ovidio, un hombre de origen campesino que se metió en el corazón de los colombianos por la súplica abierta para que le aplicaran la eutanasia y lo dejaran morir, agobiado como estaba por un cáncer que ya le consumía la mitad de su rostro.
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“Matador” viene de la publicidad, es amable, rápido para dar consejos con generosidad o para citar a los maestros de los cuales ha aprendido. Y sin demeritar su trabajo –que resulta genial y bien pago- se la gana fácil: lee toda la mañana, almuerza, hace una pequeña siesta y luego “despierta el músculo de la imaginación” (eso dice) para entregar, al filo de las 3.30 de la tarde, las caricaturas que al día siguiente publica El Tiempo y que celebramos millones de personas en el mundo.
Los mismos con las mismas
-Los problemas de Colombia son endémicos, no cambian, solamente cambian los personajes en la escena, opina “matador”. Entonces producir una caricatura a partir del humor y contar la tragicomedia colombiana es un proceso que no exige sabios.
González considera triste que los personajes en Colombia nunca cambian, son los mismos. Quizá el más nuevo es Sergio Fajardo. Pero el poder no cambia de manos. No hay una figura descollante en la política colombiana que no sea un delfín.
¿Obsesión con Uribe?
-No. Me encontré una caricatura en la cual Uribe entraba a una casa y estaba la señora de los tintos y le decía: hijita volví, y la señora de los tientos le dice: no doctor Uribe usted nunca se ha ido.
Yo creo que por eso es el personaje que más he dibujado porque nunca se ha ido y no se va a querer ir, entonces todos los días está en el foco de atención. Los uribistas me dan palo porque lo dibujo mucho, pero cómo no dibujarlo si vive aferrado al poder.
¿Y el presidente Santos?
Yo no me invento las caricaturas, me aprovecho de los papayasos de los políticos. A Santos lo pinto con un casco que le tapa los ojos, y es un casco que le queda obviamente muy grande. La idea salió de una fotografía, en la que tiene puesto un casco y un chaleco, con el dibujo de la paloma de la paz. Entonces yo voy generando la identidad del personaje, que se va creciendo dentro de mis caricaturas, en una asociación de ideas.
“Matando el tiempo”
González acaba de publicar otro libro, “con una sarta de caricaturas de los últimos diez años”.
-Creo que la selección –que hicieron los editores- estuvo muy ponderada, muy bien hecha y los temas se ajustaron a toda esa amplia gama de asuntos que tiene Colombia, desde los trágicos hasta los cómicos.
El libro es –pienso yo- una genial compilación de lo que ha ocurrido en Colombia en la última década, vista por el más agudo y exitoso de los caricaturistas de hoy.