Que las cuentas falsas en redes inventen una pelea en Millonarios vaya y venga, porque internet es, tantas veces, alcantarilla informativa. Pero que periodistas que se asumen serios caigan en la trampa de la noticia falaz, es grave.
En la derrota, común es esto. Se ensucia el vestuario, se inventan conflictos, aparecen las discrepancias en las convivencias, hay miradas de reojo y directa o indirectamente se señalan culpables. Los técnicos, víctimas propiciatorias. Todo por la intolerancia a los resultados. Por el tóxico mensaje que llega desde los micrófonos exigiendo victorias o títulos, sin jugar los partidos.
El pasto.
Gane o pierda, mi elogio al Deportivo Pasto y quienes los dirigen. Objetivo básico, al arrancar el año, cuando despidieron 23 jugadores, era salvar la categoría. Lo consiguieron con derroches de entusiasmo y capacidad de sacrificio. Luego, apuntaron más alto: clasificar, y lo lograron. Al final el sueño de un titulo, como contra Santa Fe en 2012 o en la coronación de 2002. No hay metas imposibles cuando se fortalece la moral de un grupo.
En Pasto nadie toca el violín. Todos trabajan a destajo, con el overol puesto. Razones mas que suficientes para codearse con el éxito.
La juvenil
Quedarse en el camino, cuando hay futbol, es fracaso. Le sucedió a la selección Colombia juvenil. Demagogia desde la dirección técnica, falta de gol y errores defensivos imputables a la ausencia de trabajo calificado. La juvenil de Colombia y otra decepción. Tanta algarabía, tanta justificación y los objetivos inconclusos.