Ni la plata ni la cuca.
Lo relató Yuberjen Martínez, el boxeador campeón, cuando evocando su infancia, rescataba pasajes pintorescos de su vida deportiva. Vendía cucas (galleta negra) y por entrenar oculto, en contravía de su padre pastor de iglesia, regresaba en la noche, sin cucas y sin plata.
Picante detalle, como muchos, en la distendida ceremonia en la que Ernesto Lucena, director de Coldeportes, destacó la inminencia del Ministerio del deporte, medalla de oro institucional, como lo llamó, y el impulso al programa Colombia país de atletas, con el objetivo de multiplicar desde la niñez, en metódica y escrupulosa búsqueda por regiones, los campeones del presente y el futuro en Colombia.
Acto este, sin la solemnidad característica, en la que los deportistas fueron protagonistas, con anécdotas que relevaron la adrenalina pura de la competencia. No era humor, era risa natural con sus graciosas intervenciones.
Trascedentes fueron los anuncios sobre “Becas por impuestos”, programa hecho realidad, que busca el aporte empresarial para mitigar las necesidades económicas de tantos deportistas sin recursos y el deseo de que el código penal castigue sin piedad el dopaje, enfermedad deplorable en los campos del deporte.
Un video motivador, que habla por si solo,(lo encuentras en www.coldeportes.gov.co) fue expuesto entre aplausos, con la idea de promover campeones, trasladando el deporte del escritorio a las canchas, con acciones mas que con palabras.
Todo ocurrió en simultánea con el nuevo triunfo de Caterine Ibarguen, que a esa hora rubricaba con un éxito más su portentoso dominio en la liga Diamante.
Una caída, una oportunidad, fue frase frecuente en la ceremonia, si se quieren cambiar los llantos de la derrota por las sonrisas del triunfo. Es Lucena auténtico, sin imposturas o demagogias.