Claudia López llegó a la alcaldía de Bogotá con el apoyo de 1.109.362 colombianos que creyeron en sus propuestas y sobre todo, en su personalidad para llevar las riendas de la capital del país.
Muchos de ellos votaron por la candidata del partido Verde en rechazo al modelo del mandatario saliente Enrique Peñalosa, pero la realidad es que lejos de los discursos de campaña; las obras y la gestión que realice la actual alcaldesa seguirán la línea de la Bogotá impopular pero eficiente. Obras que venían y se deben terminar, contratos que se deben cerrar, así como decisiones con un impacto fiscal importante se vislumbran en el futuro cercano de Claudia.
Para empezar, la alcaldesa no solo tuvo que aceptar la adjudicación del Transmilenio por la Av. 68, obra que había prometido no hacer, sino que además, le tocó sacar al ESMAD en las marchas que tuvieron lugar el 21 de enero apenas a un mes de su llegada al Palacio de Liévano, incumpliendo otra de sus promesas de “no sacarlo para la movilización social” afirmación que dio en entrevista con Juan Manuel Reyes en diciembre del 2019.
Pero esto es solo el comienzo. Por ahora, la troncal de Transmilenio por la carrera Séptima, -otra obra que dijo no continuar- está suspendida por un juez pero de levantarse la sanción, no le quedaría de otra que adjudicarlo a menos que decida enfrentar la demanda que se le vendría por las expectativas que generó la obra que ya cuenta con 26 ofertas recibidas. ¿La alcaldesa de la consulta anticorrupción sería capaz de asumir una de las mayores sanciones por detrimento patrimonial de la ciudad? Amanecerá y veremos…
Pero su viacrucis no acaba aquí. Sumemosle otras dos “perlas” que dijo Claudia en su camino a la Alcaldía:
El 24 de octubre de 2019 en el debate realizado por Citytv la candidata afirmó que “iba a congelar en el primer año el incremento a la tarifa del predial y a las basuras” promesa que por ahora quedo en el tintero pues este año ambos impuestos presentan alzas. Aunque bueno, démosle el beneficio de la duda, pues en estos días afirmó “que iba a hacer todo lo posible por mantener el valor en el segundo semestre” óigase muy bien, “todo lo posible”, muy sagaz con sus alocuciones para no comprometerse si el valor finalmente aumenta.
Una de sus banderas de batalla “el metro hasta Suba y Engativá” una que a juicio personal era imposible de cumplir, es otra de sus propuestas que por ahora no cuenta con sustento fiscal, técnico ni político.
Para llegar a estas dos importantes localidades, tiene que estructurar el proyecto y esperar que la Nación en cabeza del presidente Iván Duque apruebe financiar el 70% de la obra que según Andrés Escobar gerente de la empresa Metro costaría alrededor de 7,7 billones de pesos y tardaría aproximadamente 2 años en su sestructuración. Si señores, ese pequeño detalle que Claudia ignoro contar en campaña era que la ampliación del Metro no dependía exclusivamente de ella.
Y bueno, ahora vemos un camino donde centenares de obras serán inauguradas en esta administración, muchas de ellas criticadas y satanizadas en el discurso de campaña de Claudia pero que hoy y en un futuro próximo se dará cuenta que no podrá detener.
Los que no votamos por ella le pedimos que haga un análisis técnico más que político del impacto de frenar o torpedear muchas de las obras que vienen en curso.
Por el bien de la ciudad espero que le vaya bien a Claudia, creo que en su primer mes, la ciudad y la dinámica pública le han demostrado que alentar las tribunas ciudadanas de odio y populismo pueden ser efectivas para ganar pero contraproducentes para gobernar.
