Los colombianos no están irritados directamente con la existencia de las Farc. Los colombianos están indignados por el reconocimiento de las Farc como organización política sin resarcir sus delitos, y de la deslegitimación del Estado para actuar y sancionar criminales coherentemente.
No fue el proceso de paz, fue la forma como se manejó, se 'modificó' y se implantó a la brava y sin la aprobación de la gente. Y mucho se habló del plebiscito que nos robaron sin vergüenza, ni escrúpulos, pero se omitió la voluntad de los que mandamos (la prole) con la famosa frase, “el fin justifica los medios” cuando realmente se justificaba una paz para ganar el Nobel.
Nos arrebataron no solo la democracia, nos quitaron lo social del Estado de derecho; nos subieron los impuestos, entre otras cosas, para subsanar el gasto irracional del gobierno (y la familia) Santos. Nos robaron empresas, elecciones y nos llenaron de corrupción mientras nos hablaban de decencia y de honestidad.
Nos dijeron que no habría impunidad, que no les darían salarios, que no habría curules gratis, que el pueblo decidía y el pueblo no decidió; que "el tal paro agrario no existía” y que era “normal” que los mega puentes se derrumbaran; que nos pedirían perdón, que dirían la verdad, que repararían a las víctimas y que devolverían a los niños. Que las Farc repararían, si, y salieron con traperos viejos...
Que los dineros de Odebrecht no escogieron presidente, y que las cortinas y almendras eran necesarias en el palacio. Nos robaron los impuestos de la educación y la salud para vestir a la primera dama y llevarse a pasear a los perros y gatos de Anapoima.
Que la paz llegaba sí o sí, pero la paz nunca llegó, entre otros lugares, a la Guajira ¡con tantos niños muriendo de hambre!
Por otro lado las malas lenguas como las de Samper (un presidente tan corrupto en nuestra historia) expresaban que Colombia no estaba lista para la paz, y otras, de las más bravas, que las víctimas tenían que aprender a convivir con sus violadores. Sin embargo Colombia no estaba - ni está- lista para una paz sin verdad, justicia e impune.
Lo cierto es que Colombia no estaba dispuesta a soportar más cinismos del actual presidente ni de permitir más mentiras. Peor aún, ¡nos mandaron a abrir nuestras mentes! Y yo replico, no se puede abrir la mente sin abrir los libros de la historia, del pasado colombiano y del terrorismo que nos azotó por casi seis décadas.
La resistencia a la campaña de Timo es el resultado de toda la frustración ciudadana contra Juan Manuel Santos. Es el resultado de todas las mentiras, de la vergüenza que nos promueve al tenerlo como presidente y su horrible desempeño como comandante de las Fuerzas Militares.
La culpa es de Santos por darle prioridad al victimario y no a la víctima; por apoyar la campaña del terrorismo y no en contra de la delincuencia, de proporcionar dinero para la campaña de las Farc y no para reparar a los secuestrados y sus familias.
Pero, la culpa no es solo de Santos. Las Farc creyeron poder pasearse rimbombantes por el territorio colombiano. Escucharon el minúsculo porcentaje de las voces de Twitter que los aclamaban y se les olvidó que llevan seis décadas de desprestigio. Creyeron que todas las mentiras era una carga para Santos y que harían campaña cínicamente sin pagar, sin responder, sin decir la verdad, sin reparar y sin pedir perdón.
Santos sabía que esto se avecinaría, no de gratis prohibió inmediatamente después de robarse las elecciones y el plebiscito, el porte de armas.
Después de todo, ahora les queda claro a Santos, a las Farc y a Petro: La inconformidad comenzó y con huevos, porque los colombianos somos valientes y merecemos ser tratados con dignidad. El mensaje, sin embargo, es claro. En Colombia no nos dejamos imponer los ideales de izquierda ni nos dejamos gobernar por terroristas y criminales.
En inglés hay un dicho que dice, dejen a los perros que duermen descansar.
Feliz día, hoy abordando mi vuelo hacia la Florida para disfrutar del sol, el mar y del ceviche. Mañana, a escuchar la charla de Iván Duque, Juan David Vélez y Álvaro Uribe y contarles de ella.
Así me despido, hoy desde Filadelfia, mañana desde Miami.
@donajodona
Fueron por votos y les dieron huevos
Vie, 09/02/2018 - 11:11
Los colombianos no están irritados directamente con la existencia de las Farc. Los colombianos están indignados por el reconocimiento de las Farc como organización política sin resarcir sus delito