No tendría en la titular de mi equipo soñado a Cristiano Ronaldo. Tengo de él la imagen de un tipo obstinado, orgulloso, que no se deja mandar de nadie. Pareciera que su ego le hace creer que siempre tiene la razón y creo que hasta en su forma de caminar expide agresividad, defectos que no soporto en otros porque residen en mí. De todas formas quería saber si podía encontrarle la gracia a su forma de jugar y, de paso, caer en el error en que estaba. Revisando videos fui a parar en uno de esos agujeros negros de internet y duré horas yendo de un lado al otro por medio de tímidos clics.
La habilidad que muestra Cristiano cuando lleva el balón cerca a la línea, marcado por dos o tres defensas, es impresionante. Levanta la pierna derecha y la mueve rápidamente de un lado a otro, parece una broma, pero de verdad logra zafarse de los que lo están presionando. Hay otras imágenes en las se va cayendo pero sigue corriendo, peleando contra la gravedad. Me gusta su lucha hasta el último momento. “Un buen obstinado”, pienso.
Es como ser madre soltera. A veces hay que hacer cosas que para los demás parecen imposibles o difíciles. Las situaciones acosan hasta el punto en que uno cree que va a perder el control del balón y lo único que hay que hacer es concentrarse y recordar todos los entrenamientos de la vida, no perder el foco y actuar, anotar. Como cuando este año, en medio de un partido de la Champions League, Ángel Di María, desde el lado izquierdo de la cancha hace un centro y se encuentra con el salto increíble de Cristiano, que cabecea y le hace gol a su exequipo, el Manchester United, usando la camiseta del Real Madrid.
Luego vi sus actuaciones con Portugal. Recordé que en el Mundial Sudáfrica 2010 hubo un escándalo que lo involucraba. En octavos de final su equipo saldría eliminado por España, con gol de David Villa. Luego vendría el escupitajo. Yo creo que todos recuerdan esa imagen porque la repitieron a más no poder, Cristiano salía muerto de la piedra de la cancha y escupía mientras miraba a un camarógrafo. Cuando termino de ver por tercera vez el video miro al lado derecho de la pantalla, donde salen las recomendaciones de YouTube para continuar con mi búsqueda, y veo un cuadrito que lleva el título “Cristiano Ronaldo ya es papá, Iá é pai, Is a Dad”.
No sabía eso. Me apuré y busqué las noticias de la época. Encontré que decidió hacerse cargo de su hijo él solo y tiene la custodia completa, a pesar de que su familia no está de acuerdo porque, según ellos, un hijo debe ser criado por un papá y una mamá. Me devuelvo y le doy "play” al video: veo a su sobrino caminando sobre lo que parece una cancha, sosteniendo un bebé; Cristiano lo alza y comienza a hablarle con una voz aguda, sonríe todo el tiempo con su boca y sus ojos. Los míos se llenan de lágrimas. Cristiano de verdad es papá.
Desde hace cuatro años me hago felicitar el Día del Padre. Este sería el quinto pero ahora se me hace ridículo. Esta mañana, cuando desperté, decidí que iba a dejar de ser tan pendeja. Quizás ese tipo de comportamientos pueden llegar a afectar a esa persona que tanto queremos, o tal vez no es importante gritarle al mundo que soy papá y mamá al mismo tiempo. Quizás solo importa susurrarle a V. lo mucho que la quiero, y reconocer en los demás las grandes virtudes que poseen.
Feliz día del padre, Cristiano.
@SandSuarez
Cristiano Ronaldo, el papá titular
Sáb, 15/06/2013 - 17:01
No tendría en la titular de mi equipo soñado a Cristiano Ronaldo. Tengo de él la imagen de un tipo obstinado, orgulloso, que no se deja mandar de nadie. Pareciera que su ego le hace creer que siemp