Han pasado nueve años desde que encendió una cámara con menos de tres megapíxeles en un computador de escritorio en su habitación. Esas cuatro paredes atraparon el nacimiento de un nuevo mundo: YouTube, que le abrió el camino al infierno y al cielo de la fama.
"Soy real", dice con la carcajada sarcástica que lo caracteriza. Una sudadera gris y una camiseta negra cubren los más de 200 tatuajes en su cuerpo. Es una adicción que cree no superar. Dice no ser un ejemplo para nadie, pero en redes sociales tiene más de tres millones de seguidores.
Nicolás Arrieta, el polémico Nicolás Arrieta, ya no concede entrevistas. No confía en los medios. Hizo una excepción porque creyó que había verdades por contar. El momento llegó.
El youtuber de 27 años llega a las instalaciones de KienyKe.com en medio del sol bogotano de las 3:00 de la tarde. El pelo morado es atajado por unas gafas de sol. En su cuerpo se evidencia el oro, que brilla para dejarse notar. Un reloj, una expansión de unos ocho milímetros en la oreja izquierda, un aro en la nariz y un ostentoso anillo en el dedo corazón de su mano derecha reflejan su gusto por los lujos.
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Nicolás sabe que lo primero, y tal vez lo más importante, es romper el silencio sobre las acusaciones de las que fue señalado por cinco de sus exparejas. Todas grabaron videos que se hicieron virales en la red acusándolo de ser un maltratador psicológico.
"Mi postura es que sigo libre. No hubo un proceso debido, nunca me llegó una citación de la Fiscalía. La denuncia se hizo en redes y sin mencionar mi nombre. Me dijeron que abriera un proceso por calumnia pero no le iba botar energía a eso. Tampoco hice un video porque hubiera entrado al juego. Si hubieran querido lo habrían hecho de forma legal y no fue así", responde.
Afirma tener pruebas contundentes como capturas de pantalla, chats, audios, entre otros elementos, para defenderse en caso de que algún día lo requiera. Continuó tranquilo y dejó atrás comentarios como: "Se salvó por ser hijo de un senador y tener poder".
VIDEO DE NICOLÁS ARRIETA
https://www.youtube.com/watch?v=sXzfoneU53U&feature=youtu.be
Estos mensajes le causaron gracia al influenciador. Contó que hace más de cinco años vive sin su familia y que no depende de sus papás. Samuel Arrieta, su progenitor, fue concejal de Bogotá y senador de la República. Tiene buena relación con sus seres queridos, pero "juntos y no revueltos". Sus temas personales los maneja él mismo.
Como evidenció en los primeros minutos de la entrevista exclusiva con este medio, ha tenido momentos malos. Ha visto de cerca el abismo. Por poco cae a un pozo sin retorno; y la vida, o lo que sea que haya sido, lo agarró para que no dejara de escribir su camino.
[caption id="attachment_1017086" align="alignnone" width="1024"] Foto: Andrés Lozano[/caption]
Tener dinero desde muy joven lo llevó a los excesos en Colombia y otros países en los que ha residido como Estados Unidos y Argentina (donde estudió producción cinematográfica en la Universidad de Palermo). El abuso del alcohol, que pudo fácilmente truncarle su carrera, y gastos costosos como un Camaro de 25.000 dólares (más de 80 millones de pesos) lo arrastraban a la perdición. Las drogas también eran parte de su vida. Vivía en tres mundos paralelos: el real, en las redes sociales y bajo los efectos de las sustancias psicoactivas. Habló despacio de este pasado y sus ojos negros oscuros se cristalizaron. Evitó detallar más sobre este tema. Los recuerdos muchas veces pesan.
"Algún día contaré más sobre esto. No es fácil y me muestro como soy... una persona normal", expresó con la madurez que le ha traído estar en las "duras y las maduras".
Es por ese motivo que Nicolás no acepta críticas sobre su contenido, para muchos obsceno y grotesco para menores de edad. Aclaró que su material va dirigido a mayores, a los que lo apoyaron desde que inició la aventura en YouTube, a los 18 años: "Los padres deben hacerse responsables de lo que ven sus hijos, no yo. Mi objetivo es que mis seguidores (adultos) vean mis videos".
Le escriben y lo comparan con otros youtubers que lo triplican en seguidores a pesar de tener menos tiempo en el mundo digital. Dispara, sin importar el tamaño de la bala, que no le interesa tener más, sino tener una cantidad real. No da nombres pero aseguró que otros influenciadores alteran sus números para llegar a las marcas y, por ende, al dinero.
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No se rasga las vestiduras, ni lo piensa dos veces, para expresar lo que piensa de otros colegas. Incluso ha publicado videos contra Kika Nieto, una influenciadora que le genera malestar "por hacer contenido porno miseria (malo/viral) con el objetivo de ganar seguidores sin mostrarse como es". "No la conozco en persona y eso no me impide criticar lo que no me parece bien".
Nicolás Arrieta: entre las tinieblas y el paraíso de YouTube
Sáb, 19/01/2019 - 03:49
Han pasado nueve años desde que encendió una cámara con menos de tres megapíxeles en un computador de escritorio en su habitación. Esas cuatro paredes atraparon el nacimiento de un nuevo mundo: Y