Pasaron diez años de utilizar un seudónimo - Juampis González - en sus presentaciones para que Alejandro Riaño decidiera darle vida propia a este personaje que representa al "típico rolo" que critica desde la comodidad. El comediante histriónico compartió con Kienyke.com su historia y la del personaje que se convirtió en un alter ego.
Riaño habló con el medio sobre su trayectoria como humorista de una manera muy fluida y con cariño. Empieza recordando que empezó desde los 13 años en un taller en el que trabajaba a diario con artistas de la talla de Gonzalo Valderrama, Luis Eduardo Arango y Catalina Palomino. En aquel entonces, se sentía como una mascota porque además de ser el único que tuvo que pagar el curso, era un amateur y lo tenían que empujar constantemente para aprender, mientras que ellos ya lo sabían todo y él se quedaba esperando su momento de finalmente lucirse.
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Después de graduarse de teatro, comentó que muchos lo llamaban para hacer novelas, sin embargo, nunca aceptó nada que tuviera que ver con la pantalla chica, porque para Alejandro Riaño lo que más le apasionaba y le sigue apasionando es estar de frente con las personas, "las cosas en vivo y en directo son distintas", incluso dice que al final ya solo era un libreto más que tenía que aprenderse para presentar su guión ante un público, "después de ahí me fui cansando y fui mutando a este personaje que tenía ahí y no lo explotaba", haciendo referencia al nacimiento del jocoso Juanpis Gonzalez.
El protagonista de esta historia se cansó tanto de tener que responderle a alguien por su trabajo, hasta que llegó el día en que tomó la decisión de trabajar para él mismo, y de esta manera no tener que darle explicación alguna, solo proyectarse en beneficio de su propia satisfacción.
"Decidí trabajar con mis cosas, mis proyectos y ahí fue cuando arrancó lo de Juanpis y en el trayecto he ido poco a poco abandonando lo otro", comentó el humorista bogotano.
Al momento de hablar se su alter ego, (teniendo en cuenta que a veces la gente no lo diferencia) lo hizo con un estimación profunda, realzando lo mejor de los dos mundos. En uno es una persona común y corriente, con una relación prospera, que pronto dará fruto a una bebé, tiene un restaurante con en compañía de su entrañable familia, llamado "El Portico" y vive de llevar sonrisas a teatros desde diferentes puntos de la geografía colombiana, por otro lado, está el personaje típico gomelo bogotano que hace sarcásticas críticas a todo lo que acontece o se relaciona con la realidad colombiana. Pero ester rolo mostró unas características específicas, "en este caso, me refiero al rolo del que he hablado por lo menos unos diez años en mi show. El típico rolo petardo, que vive de apariencias, al que los papás todavía lo mantienen. El común que vive del qué dirán", confirmó que este personaje es una de esas personas que lo reprocha todo, desde una posición bastante cómoda, porque al no haber vivido ciertas situaciones, por no haber "salido de las naguas" de sus padres, alguien que hace ver al mundo como una serie ficticia en la que todo es color de rosa.
Se burló de esta figura de mentiras al decir que es uno de esos que se regodean expresando "¿Usted no sabe quién soy yo?", señal mediática colombiana del engreído, que anda por las nubes y termina parado por la policía. Esto describe exactamente al carácter de Juanpis porque es alguien que cualquiera se puede encontrar por las calles del país. [single-related post_id="921160"] Así comenzó "el boletín del gomelo", titulado por él mismo Alejandro Riaño, su único creador. Inició haciendo chistes de cómo él montaría bus si no sabía ni siquiera cuánto costaba y sobre todo, preguntándose si el bus de casualidad lo dejaba puerta a puerta. Siendo una persona clasista, racista, está en el momento en que la gente puede llamarlo "pobre", "lobo" y no pasa nada, sin embargo cuenta sorprendido que se ha encontrado con comentarios en donde la gente lo crítica porque piensan que lo que dice es verdad y no es así.
"Una vez salí diciendo que era una nota que ya hubiese llegado el fraking a Colombia, que me parecía perfecto que se fuera a acabar con nuestra propia naturaleza. Los comentarios que recibí eran: qué me pasaba algo, que cómo pensaba de esa manera y yo lo único que hacía era reírme. O sea no sean imbéciles, eso es lo que el personaje quiere mostrar, solo lo hace en forma de sarcasmo. Es una crítica, por eso es en forma de burla".Alejandro Riaño declaró que él sabe muy bien en lo que se está metiendo y que muchas personas pueda que no entiendan muy bien sobre este tipo de chistes, "yo sé que hay gente que no sabe que soy yo, Alejandro Riaño como comediante sino que creen que es un personaje real", comentó para este medio digital. Más combinaciones de tiempo. Al terminar de hablar se le escuchó un suspiro, aclarando lo orgulloso que se siente por haber creado una parte de él en tan poco tiempo. "Con tan solo menos de 70 publicaciones, ya tenemos más de 127 mil seguidores en la red social de Instagram. Nunca pensé que iba a ser tan rápido", algo que pensó en una tarde de diciembre dio frutos fácilmente. También afirmó que ha crecido a tal punto que "ahora, estoy a pocos días de firmar con una disquera muy grande en México para seguir con el personaje", como ejemplo de lo fructífero de este personaje y haciendo entender qué hablar Juanpis González para rato. https://www.youtube.com/watch?v=ZubkxoRvE6Y En el video Juanpis González su objetivo es mostrar la importancia de entender que no todo es cómo se ve en redes sociales. A través de un viaje a Cartagena que hace con sus amigos quiere demostrar a sus seguidores que él no se puede poner a viajar en bus porque le da alergia, así que solamente puede viajar en avión. "Va mostrando a través de algunas escenas donde el man no tiene un peso y que solo quiere aparentar, por eso al final del video, en el momento de pagar la cuenta en el yate en Cholón, se tira al mar porque no tiene cómo pagarla" expresa el comediante. Las expectativas de Juanpis González van aumentando, ya que es un personaje que a pesar de parecer superficial, es un ejemplo sarcástico de un tipo de hombre colombiano muy específico, que ayuda a aliviar a través del humor esa idea de sentirse obligados a aparentar algo que no existe, en vez de aceptar y disfrutarse tal cual se es.