Pese a que la lucha por la igualdad de género es uno de los temas más hablados hoy en día y hay muchas organizaciones alrededor del mundo que la han abanderado, aún sigue teniendo tabú en muchos entornos familiares y sociales.
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Aún así, el feminismo le ha otorgado un gran progreso a la sociedad colombiana y ha hecho ver a las mujeres como personas sujetas de derecho. La lucha de cada generación es diferente y aún queda mucho por hacer para esta comunidad.
Florence Thomas es una gran activista y psicóloga francesa que llegó a Colombia en los años 60 y le ha aportado gran parte de sus conocimientos a esta población. Estuvo hablando en KienyKe.com sobre aquellos temas que aún para muchos son incómodos de hablar.
En primer lugar, Thomas señaló el aborto fue un tema que empezó a ser hablado solo hasta después de los años 50, antes de eso las jóvenes y señoras tenían que recurrir a abortos clandestinos.
Así mismo, en 1994 se llevó a cabo una Conferencia Mundial de Población y Desarrollo, en El Cairo -Egipto-, en la que se establecieron por primera vez normas sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
En muchos países del mundo se ha logrado legalizar completamente la interrupción del embarazo, aunque en otros aún existe un gran atraso al ser completamente ilegal sin excepción de ninguna causal.
En cuanto a Francia, la primera legalización fue muy temprana: en 1995, mientras que en Colombia fue aprobada apenas en 2022 gracias a un fallo de la Corte Constitucional, proyecto de ley que había sido tumbado más de nueve veces en el Congreso.
Desde esta perspectiva, Thomas señala que llegó a Colombia alrededor de los años 60 y se topó con un gran contraste entre la sociedad colombiana y la francesa: “Acá no encuentro mujeres, encuentro mamás”.
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¿A qué hace referencia lo que dice la activista? Bueno, en Francia para los años 60 ya habían salido a la luz grandes pensadoras de género como Simone de Beauvoir y ya muchas mujeres habían obtenido un rol activo en la sociedad. Por el contrario, en Colombia el feminismo aún era un tema tabú y el único papel que tenían las mujeres desde muy temprana edad era ser madres y dedicarse a la crianza.
Ante esta gran desigualdad, Thomas sintió la necesidad de hablar con la comunidad y cambiar ese pensamiento para que pudiesen hablar sobre sus derechos abiertamente y participar en la sociedad como lo hacían los hombres.
“A Colombia llego con una maleta llena de debates. Yo no llego feminista, uno no nace feminista, uno se hace feminista; pero encuentro un país tan patriarcal y tan machista que yo digo: ‘Va a tocar hacer algo’”, afirmó la activista.
Fue así como inició la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres, una conferencia creada en la Universidad Nacional por Thomas en la que se reunían varias activistas para hablar del aborto y de cómo podrían obtener la legalización, además de cómo crear oportunidades equitativas en el ámbito laboral, social y político.
De esta manera, las jóvenes empezaron a entender su papel en la sociedad y buscaron la forma de alzar la voz. Sin embargo, la activista argumentó que fue muy difícil empezar a hablar con ellas y que muchas simplemente se aburrían.
En el caso de las mujeres de clase popular la tarea fue mucho más fácil, puesto que “no tenían nada que perder”, mientras que con la población de clase alta era mucho más complicado, pues tenían todo un estatus social y un estilo de vida otorgado por sus esposos que no querían dejar a un lado para hablar de feminismo.
“Ellas al final de las conferencias se acercaban y me decían: ‘Yo no te entiendo, Florence, yo no me siento discriminada’”, dijo Thomas haciendo referencia a que los privilegios que tenían las absorbían tanto que no lograban ver la sociedad tan desigual en la que vivían.
¿Qué pasa entonces con el feminismo moderno?
En los años 60, la lucha de las feministas se centraba no solo en hablar de aborto por primera vez, sino que también se buscaba que las mujeres pudiesen estudiar, trabajar, votar y todo aquello que les diera la misma participación que tenían los hombres.
Hoy en día se puede hablar de feminismo con mucha más libertad y la comunidad cuenta con muchos más derechos que antes, pero las problemáticas han cambiado y Colombia tiene un gran atraso en aquellos ámbitos que en el primer mundo están avanzados.
Por ejemplo, la educación sexual sigue siendo un tema tabú en nuestro país, pese a la gran importancia que tiene para el desarrollo: “Más de 4 mil niñas menores de 14 años son madres en Colombia”.
Es una cifra bastante alarmante que se centra sobre todo en la población de bajos recursos, en las comunidades indígenas y en todas aquellas regiones en donde aún no se habla abiertamente sobre métodos anticonceptivos ni de sexualidad.
Ante esto, Thomas argumentó que el sistema de salud y judicial en Colombia es tan precario que por eso se justifica que la legalización del aborto se haya establecido hasta las 24 semanas de gestación.
Muchos ciudadanos juzgaron que era un tiempo muy prolongado para la interrupción de un embarazo, pero, según la entrevistada, las condiciones en las que viven muchas mujeres en Colombia requieren que se les otorgue este derecho.
Es por esta razón que hoy en día uno de los objetivos del feminismo es vencer los estigmas que siguen existiendo alrededor de la sexualidad de la mujer y acabar con la violencia de género ejercida por el patriarcado.
¿Qué piensa Florence Thomas sobre los feminismos de esta generación?
En pleno 2023 existen varias corrientes de feminismo creadas por las activistas de las nuevas generaciones. Incluso, el feminismo radical no reconoce a las mujeres transgénero como mujeres y bajo este concepto se argumenta que no hacen parte de esta lucha.
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Ante esto, Thomas señaló que existen varios matices para las mujeres trans. En el caso de los deportes, no se puede ser completamente incluyente puesto que hay una desigualdad física y hormonal que pone en ventaja a los individuos transgénero por encima de las deportistas biológicamente femeninas.
Sin embargo, aclaró que no se deben desconocer por completo de esta lucha y que tienen que tener los mismos derechos que las mujeres biológicas.
Entre otros temas que son debate para las corrientes modernas, Thomas manifestó que los hombres no pueden ser feministas ni siquiera en esta generación que se habla tanto de la equidad de género, ya que tienen un contexto histórico muy diferente que no les permite apersonarse de la lucha de las mujeres.
“Que no me pidan que yo me defina con algo, yo soy feminista y punto (...) Hay un gran problema generacional con los feminismos (...) pero me parece que hay un peligro de fragmentación”, afirmó la entrevistada.
Así mismo, Thomas explicó que las feministas contemporáneas no reconocen la historia como deberían, puesto que fueron las grandes pensadoras quienes les inculcaron estos pensamientos a la sociedad desde hace muchos años: Simone de Beauvoir, Virginia Woolf, Betsabé Espinal, entre otras.
En conclusión, son muchos los debates entre las feministas contemporáneas y las tradicionales. Florence Thomas fue una de las primeras pioneras en dejar la semilla de la lucha de género en Colombia y a raíz de eso han surgido muchas más. Pese a que se ha logrado un gran avance, aún no es momento de guardar silencio ni de sentirse satisfechas, ya que todavía quedan un montón de cosas por las que se debe persistir.
