El documental sobre La toma: una comunidad que resiste en el Cauca

Sáb, 26/10/2024 - 07:30
Conozca la historia detrás de La Toma, documental colombiano que retrata la resistencia de una comunidad minera en el departamento del Cauca.
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Créditos: cinecorto.co

En el corazón del Cauca, un territorio marcado por la resistencia y la memoria colectiva, se ha gestado una historia poderosa. Sebastián Ocampo, un realizador audiovisual y su padre han dedicado más de una década a retratar las luchas de la comunidad de La Toma, un pueblo que se ha levantado contra la presión estatal y de las multinacionales. 

Tras recibir el reconocimiento de mejor largometraje en la 14ª edición de Festiver, Ocampo compartió en una entrevista con Kienyke.com sus reflexiones sobre el proceso creativo detrás de este largometraje que muestra la vida de quienes habitan este territorio, retratando con paciencia como es un día desde que sale el sol hasta que se oculta.

La génesis de este proyecto se remonta a la investigación que llevó a cabo el padre de Sebastián, Enrique Ocampo Castro, un antropólogo que se adentró en la comunidad hace más de 15 años. 

El director había estado de viaje, y apenas regresaba a Colombia. Un retorno del que resultó este documental:  "Cuando volví a Popayán en 2019, comprendí que había una historia que debía ser contada", comentó Ocampo, quien decidió retomar el proyecto que su padre había comenzado.

En medio de la conversación, Ocampo, director de este largometraje recordó cómo su padre deseaba documentar las luchas y esperanzas de los tomeños, pero la exigencia de presentar un texto académico lo llevó a abandonar el proyecto audiovisual:

“Era doble trabajo”, explica Ocampo, “y mi papá no podía hacer ambas cosas”. Sin embargo, la semilla quedó sembrada en su interior. Cuando Ocampo regresó a Popayán se sintió atraído por las historias de resistencia que aún resonaban en La Toma: “Eso hay que mostrarlo”, pensó entonces. 

La idea de crear un documental surgió de la necesidad de visibilizar la resistencia de la comunidad frente a los embates de la minería a gran escala. “Es fundamental mostrar cómo estas comunidades interactúan con su entorno y organizan su resistencia”, dijo Ocampo.

Así comenzó a armar un proyecto que finalmente se concretó gracias a la financiación de FSE.  Sin embargo, el camino no fue sencillo. La pandemia interrumpió los planes, pero Ocampo encontró una manera de acercarse a la comunidad, que, según él, vivió la crisis de manera diferente:  “Nunca usaron tapabocas; tenían su comida en casa, así que no pasaron las mismas necesidades que en las ciudades”.

La toma: retratando la resistencia

Entrar a La Toma fue una experiencia de reencuentro para Ocampo, quien había trabajado con la comunidad en el pasado. “Fue fácil socialmente”, dice. A pesar de su cercanía, la filmación en sí misma fue un desafío. La idea inicial era realizar un cortometraje, pero la complejidad de las historias y el ritmo de vida de la comunidad llevaron a Ocampo a transformar el proyecto en un largometraje: “Las distancias y las jornadas eran extenuantes”, relata, “y grabar bajo tierra, en las minas, fue agotador”.

El equipo de grabación se hospedó en la misma casa que su padre había utilizado durante su investigación. Este lazo de confianza facilitó la integración con la comunidad:

“Era como irse a quedar a la casa de un amigo”, comenta Ocampo, agregando que  a medida que el equipo se estableció, las tomas espontáneas comenzaron a fluir pues para él, a veces, lo más auténtico y revelador surgía de esos momentos no planeados, capturando la esencia de la vida diaria en La Toma.

A medida que avanzaba la conversación, Ocampo compartió su motivación principal: el deseo de documentar la resistencia de una comunidad que se ha negado a ser desplazada por intereses externos. 

“Su sentido de pertenencia es fuerte”, señala. “Son tomeños, y no se dejarán sacar de su territorio”. Esta idea tan clara por preservar la cultura y el entorno es el corazón del documental, que se convierte en un espejo para otras comunidades que enfrentan desafíos similares.

Los riesgos a los que están expuestos los habitantes de La Toma

Sin embargo, el contexto no está exento de peligros. Ocampo admite que, aunque su equipo no experimentó situaciones de riesgo significativas durante el rodaje, la comunidad sí enfrenta amenazas constantes de actores externos: “Las multinacionales seguirán presionando. No hay un respiro en la lucha”, advierte. 

Ocampo enfatiza que los protagonistas del documental ya estaban expuestos antes de su filmación, y que su valentía es parte de su historia de resistencia: “No hay cambios en el orden público en La Toma, al menos no por ahora”, asegura, aliviado de que, a pesar de las tensiones, la comunidad sigue firme.

A lo largo de la charla, Ocampo revela su perspectiva sobre el proceso de creación. “No me consideraba un productor”, dice con una sonrisa: “Aprendí a la fuerza”. 

El rodaje fue una experiencia intensa, marcada por largas jornadas y la necesidad de adaptarse al ritmo de vida de la comunidad. Ocampo reconoció que, inicialmente, el proyecto iba a ser un cortometraje, pero la profundidad y la complejidad de la historia exigieron un formato más extenso. “La cotidianidad de La Toma no se puede capturar en poco tiempo; hay demasiado que contar”, reflexionó.

La falta de experiencia en la producción y la necesidad de financiar la inscripción a festivales le enseñaron duras lecciones sobre el mundo del cine. A pesar de los desafíos, su compromiso con el proyecto sigue intacto. “Quiero que se muestre y que se reconozca la lucha de la comunidad”.

Aunque Ocampo ha estado involucrado en diversos proyectos, su pasión sigue radicando en los temas sociales y ambientales. “Lo que me mueve es contar historias que importen. Quiero seguir trabajando en temas que me muevan y que tengan un impacto real”, dice. En el futuro, aspira a dirigir proyectos que toquen esos mismos temas, quizás relacionados con el café, un campo que ha capturado su interés recientemente.

Sobre esta comunidad, Sebastián Ocampo menciona que “El territorio está en constante cambio, pero el sentido de pertenencia de la comunidad se mantiene fuerte”, mencionó esperando que este trabajo documental pueda inspirar a otras comunidades que enfrentan desafíos similares, ofreciendo un espejo donde puedan reflejar sus propias luchas.

Finalmente para Ocampo, un buen documental se fundamenta en la autenticidad de sus personajes y en la claridad de su relato. “El mensaje tiene que llegar”: “Un buen documental debe tener unos buenos personajes, debe tener un relato que permita que el documental sea legible y entendible y llegue a los demás”.

Así, la historia de Sebastián Ocampo, y su documental sobre La Toma se convierte en un testimonio no solo de la lucha de una comunidad, sino también de la necesidad de dar voz a quienes a menudo son silenciados. En cada fotograma, el eco de la resistencia se siente más fuerte, recordándonos que la lucha por la justicia y la identidad continúa, tanto en el Cauca como en el resto de territorios en donde la presión de las multinacionales sigue latente.

Creado Por
Ana Prada
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