Zipaquirá se vistió de amarillo para recibir al campeón del Tour de Francia. Ese mismo color que Gabriel García Márquez representó en sus mariposas de ‘Cien años de Soledad’.
La gente guardó la camiseta de la Selección Colombia para lucir el ‘maillot’ del Team Ineos. Ciclistas aficionados, habitantes del municipio y niños que sueñan con ser como Egan Bernal llenaron la plaza de Zipaquirá vestidos como campeones de la ‘Grande Boucle’.
El zipaquereño de 22 años no solo unió a una región, sino a un país entero. Su triunfo se convirtió en uno de los hitos deportivos más importantes de la historia de Colombia y eso se vio reflejado en el recibimiento que le realizó la Federación Colombiana de Ciclismo y la Alcaldía de Zipaquirá.
Las calles también hicieron parte de la fiesta. Las paredes de las casas expresaron su propia emoción al vestirse de colores. Los balcones sostenían las banderas de Colombia y Zipaquirá, que ondeaban al ritmo del viento y parecían bailar para recibir al mejor ciclista colombiano de la actualidad - según el ranking de la Unión Ciclista Internacional (UCI) -.
[caption id="attachment_1156362" align="alignnone" width="1024"]
Foto: Andrés Lozano[/caption]
Desde muy temprano, 6:00 de la mañana, la emoción y la ansiedad se empezó a sentir desde Bogotá. De allí partieron cientos de ciclistas y de automóviles vestidos de amarillo para ser testigos del homenaje al campeón de la segunda Gran Vuelta del año.
Las carreteras entre Bogotá y Zipaquirá parecían uno de los escenarios de las competencias ciclísticas más importantes del mundo. Decenas de personas se desplazaron en su "caballito de acero” al municipio que vio crecer a Egan.
Al llegar, la plaza principal ya contaba con gran parte de sus habitantes y seguidores, esos mismos que horas después iban a corear el nombre de Egan Bernal en repetidas ocasiones.
Ciclistas de vieja data y artífices de que hoy Colombia sea potencia mundial en la disciplina, llegaron al lugar para ver y felicitar a uno de sus pupilos. Excorredores como Efraín “El Zipa” Forero, Fabio Parra, Mauricio Soler, Martín “Cochise” Rodríguez y ‘Lucho’ Herrera se hicieron presentes en el evento y engrandecieron la celebración.
Las horas pasaban y la ansiedad aumentaba. La plaza se iba llenando a medida que en el reloj pasaban los minutos. Al mismo ritmo de quienes iban tarde y corrían hasta el lugar para ser testigos del homenaje de su compatriota.
La gente, impaciente y expectante, coreaba el nombre de Egan con esas mismas ganas que cuando lo vimos cruzar la línea de meta, de la mano de su compañero Geraint Thomas, proclamándose campeón.
A las 10:00 de la mañana las sirenas de la policía dieron aviso de la presencia del hijo de Zipaquirá en la plaza central del municipio. Las sonrisas empezaron a aparecer en cada rostro de las personas que se acercaron al lugar, a media que el ciclista se asomaba portando su licra y su camiseta amarilla.
[caption id="attachment_1156357" align="alignnone" width="1024"]
Foto: Andrés Lozano[/caption]
Al pisar la tarima, Zipaquirá explotó de emoción y orgullo. Bernal alzó los brazos, así como lo hizo en los Campos Elíseos (París, Francia) al finalizar campeón del Tour. Miró detenidamente a cada colombiano que fue a acompañarlo en su celebración.
Total asombro se alcanzó a percibir en su rostro al ver el color amarillo impregnado en los cuerpos de sus compatriotas y las paredes de su tierra.
“Estoy orgulloso de ser colombiano, cundinamarqués y zipaquereño”, fueron las palabras del ‘escarabajo’.
Agradeció a su familia y a su novia por la paciencia y el amor hacia él; a sus amigos por acompañarlo en los entrenamientos; y al país, por haberlo empujado cada mañana hacia su victoria.
Hoy Colombia celebra y sonríe junto a él. Hoy el país aclama su nombre como el himno Nacional se aclama a las 6:00 de la tarde, todos los días.
Egan Bernal, ese nombre y ese corredor no solo quedará plasmado en un mural de Zipaquirá, sino también en la memoria de todos los colombianos que fuimos testigos de su hazaña.
[caption id="attachment_1156361" align="alignnone" width="1024"]
Foto: Andrés Lozano[/caption]
Foto: Andrés Lozano[/caption]
Desde muy temprano, 6:00 de la mañana, la emoción y la ansiedad se empezó a sentir desde Bogotá. De allí partieron cientos de ciclistas y de automóviles vestidos de amarillo para ser testigos del homenaje al campeón de la segunda Gran Vuelta del año.
Las carreteras entre Bogotá y Zipaquirá parecían uno de los escenarios de las competencias ciclísticas más importantes del mundo. Decenas de personas se desplazaron en su "caballito de acero” al municipio que vio crecer a Egan.
Al llegar, la plaza principal ya contaba con gran parte de sus habitantes y seguidores, esos mismos que horas después iban a corear el nombre de Egan Bernal en repetidas ocasiones.
Ciclistas de vieja data y artífices de que hoy Colombia sea potencia mundial en la disciplina, llegaron al lugar para ver y felicitar a uno de sus pupilos. Excorredores como Efraín “El Zipa” Forero, Fabio Parra, Mauricio Soler, Martín “Cochise” Rodríguez y ‘Lucho’ Herrera se hicieron presentes en el evento y engrandecieron la celebración.
Las horas pasaban y la ansiedad aumentaba. La plaza se iba llenando a medida que en el reloj pasaban los minutos. Al mismo ritmo de quienes iban tarde y corrían hasta el lugar para ser testigos del homenaje de su compatriota.
La gente, impaciente y expectante, coreaba el nombre de Egan con esas mismas ganas que cuando lo vimos cruzar la línea de meta, de la mano de su compañero Geraint Thomas, proclamándose campeón.
A las 10:00 de la mañana las sirenas de la policía dieron aviso de la presencia del hijo de Zipaquirá en la plaza central del municipio. Las sonrisas empezaron a aparecer en cada rostro de las personas que se acercaron al lugar, a media que el ciclista se asomaba portando su licra y su camiseta amarilla.
[caption id="attachment_1156357" align="alignnone" width="1024"] Foto: Andrés Lozano[/caption]
Al pisar la tarima, Zipaquirá explotó de emoción y orgullo. Bernal alzó los brazos, así como lo hizo en los Campos Elíseos (París, Francia) al finalizar campeón del Tour. Miró detenidamente a cada colombiano que fue a acompañarlo en su celebración.
Total asombro se alcanzó a percibir en su rostro al ver el color amarillo impregnado en los cuerpos de sus compatriotas y las paredes de su tierra.
“Estoy orgulloso de ser colombiano, cundinamarqués y zipaquereño”, fueron las palabras del ‘escarabajo’.
Agradeció a su familia y a su novia por la paciencia y el amor hacia él; a sus amigos por acompañarlo en los entrenamientos; y al país, por haberlo empujado cada mañana hacia su victoria.
Hoy Colombia celebra y sonríe junto a él. Hoy el país aclama su nombre como el himno Nacional se aclama a las 6:00 de la tarde, todos los días.
Egan Bernal, ese nombre y ese corredor no solo quedará plasmado en un mural de Zipaquirá, sino también en la memoria de todos los colombianos que fuimos testigos de su hazaña.
[caption id="attachment_1156361" align="alignnone" width="1024"] Foto: Andrés Lozano[/caption]
