La ´Tía Resentilia Rebolledo’ es un personaje que nació en redes sociales en diciembre de 2019 de la mano de la abogada Carolina Navas, quien siempre soñó con ser humorista. Las plataformas digitales le permitieron crecer de a poco y al día de hoy cuenta con más 160 mil seguidores en TikTok.
“La Tía es una mezcla de anécdotas de muchas personas que han pasado por mi vida: jefes, vecinos, mis abuelos, mis tíos y toda esta mezcla de personajes muy tradicionales, con dichos populares y que tenemos todos en las familias”, asegura.
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‘Resentilia Rebolledo’ es una mujer viuda, de más de 50 años, que se caracteriza por sus apreciaciones acidas sobre diversos temas. Lo suyo es la murmuración, el chisme y la defensa de los ideales conservadores y tradicionales. Su difunto esposo se llamaba Elías y era estéril, así lo asegura la tía en sus presentaciones.
Sin embargo, a pesar de su carácter imprudente, se ha ganado el cariño no solo de los jóvenes, quienes más utilizan las redes sociales, sino también de los adultos; muchos de los cuales se identifican con ella. La idea original era hacer una burla satírica de las personas que van a misa, pero al mismo tiempo hacen comentarios inapropiados de la gente que los rodea.
Carolina se atrevió a lanzar su contenido sin importar los pocos seguidores con los que contaba en ese momento y sin prestar atención a los comentarios en su contra por ser abogada, una profesión “sería” en donde el humor pareciera no tener cabida.
A pesar de todo eso, un día tomó su celular, lo puso en modo selfie y comenzó a dar a conocer a doña Resentilia, un personaje que cada vez se hace más famoso y que incluso obtuvo el premio mayor participando en el reconocido programa Sábados Felices. Por su participación en dicho programa le llovieron críticas de amigos, familia y clientes, no entendían como una abogada que lucha por justicia en distintos ámbitos, podía al mismo tiempo pararse en un escenario a contar chistes a la vista de todo un país en televisión.
A la par de llevar procesos de divorcio y sucesiones, Carolina hace humor; se toma su trabajo muy enserio, pero su deleite es hacer reír. “A los 20 soñaba con ser fiscal, hoy en día sueño con ser una gran comediante en este país”, asegura.
Es por eso que desde hace cuatro años cambio las prioridades en su vida; comenzó a dejar de lado el derecho en busca del sueño de niña. Estudió actuación para adaptar su cuerpo al humor y dejar de lado la postura seria del derecho, y también se preparó en una escuela de stand up comedy.
“Me enamoré de mi carrera porque así fue me fue bien, trabajé en el sector público en el sector privado, me desarrollé como profesional, me especialicé, pero ya en la crisis de la mitad de la vida me salí y dije mi sueño de niña era estar en un escenario”, relata.
“La comedia que es mi gran pasión actualmente ha ido ganando un espacio porque es lo que lo que quiero hacer y es mi proyecto de vida dedicarme ciento por ciento al humor”, agrega.
Actualmente piensa más en chistes que en leyes, ella misma reconoce que su día a día transcurre imaginando escenarios, creando rutinas y buscando el humor en cualquier lado. “El comediante tiene una adicción a crear chistes, es un trabajo de 24 horas”.
El machismo en el mundo de la comedia
Las caras reconocidas del humor en Colombia siempre han sido hombres, el machismo en estos ámbitos se da en líneas generales por la facilidad que tiene el género masculino para hablar de ciertos temas sin censura. Los hombres pueden hablar de sexo, de suegras, de la histeria de las mujeres, de infidelidades y hasta de su familia, sin ser señalados de irresponsables o imprudentes.
En cambio, una mujer que habla de su sexualidad y que se atreve a maldecir a sus hijos y su esposo, así sea en clave de humor, no goza de la misma aceptación. La mujer sumisa, protectora de su familia, amante de su maternidad y despojada de deseos, no deja de ser muchas veces un requisito, incluso en el mundo de la comedia.
“Es duro remarla en un ámbito tan machista, donde la mujer ya entra teniendo que demostrar que es buena a pesar de ser mujer, como si el ser mujer fuera un obstáculo”, expone.
Según cuenta Carolina Navas, algunos espectadores han cuestionado que la Tía Resentilia hable mal de su fallecido esposo Elías y exponga abiertamente su esterilidad. Y no es para menos que los ataques vengan precisamente a causa de poner en cuestión uno de los “atributos más importantes” de los hombres: la virilidad.
“Si toda la vida el humor tradicional ha hablado de la mamá, de la histeria de las mujeres, de lo chismosas que somos y de esos estereotipos que se nos han pintado antes, por qué no hablar del marido y los hijos”, cuestiona la humorista.
Ni hablar de los cuestionamientos a los que se enfrenta por asistir a bares desde hace cuatro años para realizar sus presentaciones y dejar en casa a esposo e hijos, teniendo en cuenta que estos lugares son la gran vitrina de los humoristas para ensayar sus rutinas y darse a conocer.
Sin embargo, Navas se ha sobrepuesto a todas esas circunstancias y su deseo es ir por más. Desde el pasado 12 de marzo presenta su show “Oigan a mi tía” en el Teatro Santa Fe. El personaje principal es Resentilia Rebolledo y comparte escenario con la comediante María Fernanda Cárdenas.
“Es una obra hermosa que le hace homenaje a estas señoras que no tienen un día. Hay día de la madre, día del padre, de los enamorados, pero no hay un día de la tía, una figura muy representativa en nuestra cultura tradicional colombiana”, asegura.
De argumentar en despachos judiciales para convencer a jueces, a hacer comedia en grandes escenarios para convencer a una audiencia. Así transcurre el sueño de Carolina Navas, una mujer que quiere convertirse en la humorista más importante del país, irrumpiendo en espacios en donde históricamente los hombres han sido protagonistas.