Colombia es conocido a nivel mundial por ser uno de los principales países en producir y comercializar café, de acuerdo con World Markets and Trade del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), esta nación actualmente ocupa el tercer lugar en la cosecha y comercialización de este grano.
Durante el conversatorio Colombia es café: presente y futuro de la economía del país’, organizado por Kienyke.com y Foros K, el director de investigaciones económicas de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), José Leibovich, explicó que la producción de este producto está determinada por variables climatológicas:
“El fenómeno de la niña que estamos viviendo en estos días nos ha afectado el volumen de producción de café. El ciclo anual depende de unos periodos de lluvia en los que se da el crecimiento y fortalecimiento del grano, y de una temporada de sequía en la cual se produce esa floración”, enfatizó Leibovich.
Este factor, ligado a las consecuencias de la pandemia produjo una disminución en la producción cafetera del 7 % (cifra publicada por la FNC). Por lo anterior, algunos emprendedores que trabajan con este producto tuvieron que implementar estrategias que permitiera subsanar las deficiencias generadas.
“La primera estrategia que, nosotros como caficultores, hemos aplicado es el trabajo comunitario; esto ha permitido que comercialmente podamos cumplir con unos volúmenes y estándares de calidad que son importantes para la industria en el exterior. Adicionalmente, tuvimos la posibilidad de trabajar en temas de turismo con rutas cafeteras, senderismo y posadas rurales”, indicó durante el evento Diana Flórez Mora, caficultora y cofundadora de Sué, reservas del cacique.
Bajo esta misma línea, Carlos Mario Gallego, caficultor desde hace 30 años y gestor del proyecto Colombia Coffee Tree, señaló el proceso que realizó para sobrevivir a las dinámicas del mercado y sacar provecho de la cadena de valor del café.
“Apuntamos hacia la calidad y mejorar la sostenibilidad de la finca a través de certificaciones utilizadas a nivel mundial. Hoy tenemos cinco sellos que nos dan un valor agregado; los ingresos en café suelen ser marginales, así que decidimos crear este proyecto llamado Colombia Coffee Tree que busca que cualquier persona en el mundo sea productor de café en el país y bajo esa premisa difundimos esa pasión que sentimos al ser productores de este grano”, precisó Gallego.
Cosechas que resultan de la tecnología
La producción de café también se genera a través del manejo de datos que permitan al agricultor tener conocimiento y tomar decisiones acertadas para su cosecha. Juan David Ortíz, fundador de Agroitec, partió de este hecho para crear un software que permita obtener información de “manera precisa y clara. Antiguamente el caficultor todo lo llevaba en su mente, la idea es buscar tecnologías ya existentes para ayudar en ese proceso”
Asimismo, expuso que actualmente “las TICS juegan hoy un papel muy importante porque le dan ese toque y valor agregado a la caficultura. Cuando hablamos de certificación, uno de los procesos más complejos para el agricultor es el de llevar a que sus registros comprueben y justifiquen toda la trazabilidad de su café”.
En este sentido, Andrea Pineda, colaboradora en el área de desarrollo de Telefónica Movistar, resaltó la importancia de implementar herramientas tecnológicas que le permitan un uso efectivo, eficiente y responsable de su producción.
“Una de las mayores herramientas para el crecimiento es el poder de la información. El agricultor en este sentido puede identificar si va a llegar a la meta o tomar decisiones para la producción de su cosecha con base a los cambios ambientales”, puntualizó.
Partiendo de este enfoque, las tecnologías no solo se han convertido en un instrumento para la organización y gestión de datos, sino también contribuyen a la promoción de buenas prácticas dirigidas a la sostenibilidad social, ambiental y económica del país.
Lo anterior trae consigo un posicionamiento en el mercado internacional como principal productor de café, al tener en cuenta aspectos que lo destacan entre consumidores de talla global como lo son: la responsabilidad cívica, conciencia ambiental, productividad, trazabilidad y calidad del producto que es exportado.