Sus días nunca son iguales, así como en uno puede estar estampando camisetas, al otro está reunida con el presidente expresando su preocupación por los temas ambientales del país. Es la cabeza en Colombia de una de las organizaciones más importantes del mundo que lucha por el bienestar del planeta. Sin embargo, el reto no la amilana. Sabe que éste es un momento en el que el medio ambiente está en la agenda mundial.
Cuando se habla de Greenpeace se hace referencia a la organización ambientalista más importante del mundo. Cuenta con presencia en más de 40 países y Colombia es uno de ellos. Silvia Gómez es la mujer que lleva las riendas de la ONG en el territorio nacional, donde los retos son cada vez mayores a pesar de los avances.
"Desde que tengo memoria me han interesado los temas ambientales. Trabajé 10 años en la Amazonia colombiana con comunidades indígenas con las que aprendí mucho de lo que sé hoy en día. Después, mientras me encontraba trabajando en el Ministerio de Cultura, supe que Greenpeace quería abrir sede en Colombia y estaban buscando a alguien, así que apliqué y fui elegida", cuenta Silvia a KienyKe.com.
Esta mujer que no oculta su orgullo por trabajar en una organización totalmente independiente y en la que puede decir las cosas como son, se declara como una amante de la naturaleza, las causas ambientales y lo digital. Por esto, será uno de los jurados del Premio Nacional de Periodismo Digital, una herramienta que para ella ha permitido democratizar la información.
"Nosotros hemos realizado bastante trabajo desde lo digital. Por eso me gusta mucho el Premio Nacional de Periodismo Digital. Sin duda alguna, las plataformas digitales están cambiando la manera como estamos accediendo al conocimiento, a la información, es una forma de democratizar la realidad y que las personas se sientan parte de las cosas".
Silvia nació en Bogotá, ciudad que a pesar de ser la capital de Colombia, sentía que no se adaptaba a lo que quería para su vida. Quería más. Quería viajar, conocer, enfrentarse a otras realidades, explorar la biodiversidad, llegar a lugares remotos y ver qué se podía hacer. Sin embargo, en su hogar no entendían de dónde había salido todo ese espíritu aventurero.
"Sentía que mi vida en Bogotá era muy reducida y desde ahí nació el interés por viajar, entender el país y terminé estudiando antropología. Entenderse a uno mismo es algo muy complejo. Después llegaron todos los cuestionamientos sobre de qué vas a vivir, qué peligro ser antropólogo, ir a la Amazonia, la guerrilla, me dijeron que porqué no estudiaba derecho o economía, pero yo tenía muy claro que no. Lo que quería era trabajar con la gente, estar en territorios remotos, comprender el valor de la naturaleza", expresa la directora de Greenpeace Colombia de forma enfática.
A pesar de que en principio intentaron persuadirla para estudiar algo diferente, hoy en día esas mismas personas son las más orgullosas por su trabajo y lo que ha logrado. Siempre hubo mucho respeto, comprensión, admiración, pero hoy sus logros son compartidos. Todos hacen parte de Greenpeace, después de todo, se dieron cuenta de que tenían que cambiar sus patrones de vida.
Una mujer de retos
Cuando le dijeron que Greenpeace estaba buscando director en Colombia, no dudó en postularse. Sabía que el reto era mayúsculo, pero a Silvia siempre le ha gustado afrontarlos. No fue fácil estudiar antropología mientras sus seres queridos intentaban hacerla cambiar de opinión. Tampoco lo fue estar 10 años en la Amazonia. Sin embargo, es una mujer de desafíos y actualmente su nombre se asocia a varias de las causas ambientales más importantes del país.
Su primer reto en la organización fue proteger los páramos de la minería. Después la lucha contra el asbesto, una batalla compleja, pero que no duda en asegurar que con el pasar del tiempo la ganarán.
"Empezamos por proteger los páramos de minería de carbón para exigirle a las autoridades que revocaran las licencias a varias de las empresas más importantes, y logramos que la corte constitucional sacara una sentencia en la que prohibía la minería en páramos", comenta Silvia con orgullo.
Ahora el gran desafío es la lucha contra los plásticos de un solo uso. Esos elementos como pitillos, bolsas pequeñas y demás, que se implementan una vez y generan gran daño en los ecosistemas.
Mientras tanto, para Gómez son varios los retos que debe asumir tanto la ciudadanía como el periodismo en materia ambiental. Empoderarse, informarse y sobre todo, involucrarse más en las cosas. No obstante, las autoridades también tienen desafíos como cuidar y proteger el medio ambiente, al igual que aquellos que toman las banderas de estas causas.
Por: Andrés Romero Cuesta