Después de 17 años de una relación que siempre se mantuvo en la esfera de lo discreto y lo sólido, Marcela Carvajal confirmó el fin de su matrimonio con Beto Gaitán, entrenador físico y empresario del mundo fitness. En una entrevista con la revista Aló, ella habló abiertamente, y por primera vez, sobre la separación y los motivos que la llevaron a tomar una de las decisiones más difíciles de su vida.
A lo largo de los años, la actriz compartió con sus seguidores pinceladas de su vida familiar, siempre con un tono amoroso y agradecido. Uno de los momentos más recordados fue su emotivo mensaje del Día del Padre, publicado el 16 de junio del año pasado, donde elogió con ternura el rol de su ahora ex como padre de sus hijas:
“Mejor papá para mis hijas no pude escoger, gracias por ser un papá espectacular. Better father for my daughters impossible! Thank you (¡Un mejor papa para mis hijas imposible! Gracias)”.
Ese mismo día, también extendió su afecto al abuelo paterno de sus hijas, Enrique Gaitán, en un gesto que mostraba la cercanía y el cariño que definía a esta familia.
Sin embargo, detrás de esa imagen pública, la actriz ya empezaba a enfrentarse a una realidad compleja en su vida íntima.
¿Por qué se separó Marcela Carvajal de Beto Gaitán?
En un acto de esperanza y compromiso, Carvajal y su familia se mudaron a Estados Unidos, buscando un cambio de entorno que pudiera revitalizar su relación. “Pensé que, si cambiábamos de entorno, si mirábamos hacia adelante en otro lugar, de pronto las cosas se sentirían distintas… pero no fue así”, confesó.
Ese movimiento, más allá de geográfico, fue emocional. Un último intento por reconectar, por salvar una historia compartida. Pero la distancia no hizo desaparecer las grietas. Con serenidad, la actriz reconoció que algo ya no funcionaba y que, pese a los esfuerzos, lo mejor era dar un paso al costado.
La ruptura, explicó Carvajal, no fue abrupta ni dramática, sino un proceso introspectivo lleno de preguntas, silencios y mucha valentía. “Creo que cualquier mujer u hombre que haya atravesado por esto entiende lo difícil que es”, dijo. “Son procesos muy personales y distintos, pero todos requieren mucha fuerza. En mi caso, llevaba mucho tiempo sintiendo que algo no estaba bien, y tomar la decisión de separarme fue también un acto de amor propio”.
Más allá del dolor, la actriz ha encontrado en este proceso un camino de reconexión consigo misma. Con la misma madurez con la que construyó su familia, hoy se da permiso para reconstruirse desde otro lugar.
Lejos de palabras de reproche o resentimiento, Carvajal expresó profundo respeto hacia Beto Gaitán, a quien sigue considerando una figura valiosa en la vida de sus hijas y en la suya propia. “A pesar del final de nuestra relación, sigo valorando profundamente a Beto como el padre de mis hijas y como alguien que fue esencial en mi vida”, aseguró.
