En las últimas horas la presentadora Ana Karina Soto y su esposo, el actor, Alejandro Aguilar revelaron la difícil situación que enfrentan como familia luego de que descubrieran hace unas semanas que hackearon las cámaras de seguridad de su hogar donde quedaron registros de su vida cotidiana, además de su intimidad.
De acuerdo al relato de la pareja, el 4 de enero recibieron un correo electrónico que traía adjuntos varios videos donde claramente se violentaba su intimidad, así lo dieron a conocer Ana Karina y Alejandro en medio del programa matutino del Canal RCN, ‘Buenos días Colombia’, donde además comentaron las acciones legales y el proceso que se ha adelantado con la unidad de delitos cibernéticos de la Policía
"Una situación muy jarta y es que hackearon las cámaras de seguridad de nuestro apartamento. Ese material nos llegó a través de un correo. Nos sentimos totalmente vulnerados, atacados, sorprendidos. De inmediato tomamos la decisión de hacer la denuncia", mencionó la presentadora de 41 años agregando que el asunto del correo decía: ‘Observándote’: “Las primeras imágenes que enviaron eran mías, vistiéndome y desvistiéndome”.
- Lea también: A menos de un mes del parto, Laura Tobón presume su figura
- Además: Novia de Anuel AA muestra el lujoso anillo de compromiso
El dramático relato ha hecho que varios compañeros, colegas, familiares y amigos de la pareja se hayan pronunciado sobre está situación, calificándola como aberrante y violenta empezando por los presentadores de ‘Buenos días Colombia’.
Este lamentable hecho, no ha sido el único que ha tenido que enfrentar Ana Karina Soto, pues años atrás también la también modelo fue víctima de acoso y violencia luego de que se viralizó un video íntimo que afectó su vida personal.
La pareja que ya lleva más de diez años unida, manifestó que esta situación que enfrentan como familia seguramente era el drama de muchas otras personas o mujeres, por lo que habían decidido visibilizar su caso para así hacer un llamado a las autoridades y a las personas sin escrúpulos a quienes el acoso y el abuso no les parecía un delito.