En medio de la relativa calma que se vive en las calles por las medidas decretadas por varios municipios del país que restringe el tránsito de ciudadanos para evitar el contagio masivo por el nuevo coronavirus, una serie de protestas dentro de varios centros de reclusión alarmaron a habitantes y obligaron a la fuerza pública a reaccionar por amotinamientos.
Al parecer un dragoniante del INPEC falleció y varios prisioneros resultaron heridos, aunque el balance completo y oficial de lo que pasó este 21 de marzo no se conoce aún.
Todo empezó al rededor de las 9 de la noche cuando se empezaron a escuchar gritos y golpes dentro de cárceles como La Picota y La Modelo en Bogotá, pero también en prisiones de Ibagué, Medellín, Jamundí y Boyacá.
A través de las redes sociales varios vecinos de estos centros carcelarios empezaron a compartir fotos y videos de lo que lograban escuchar desde sus casas. Muchos angustiados por la situación pedían ayuda inmediata por parte de las autoridades.
En otros videos se logra ver que desde los centros penitenciarios en Bogotá se iniciaron conflagraciones y son los mismos presos quienes alertan de lo que están viviendo.
"Esto es lo que está pasando, nos van a matar por pedir un derecho a la vida", grita un hombre en medio del fuego que inició en uno de los pisos de una cárcel.
Desatada la emergencia la Defensoría del Pueblo llegó a la cárcel La Modelo con el fin de mediar entre los reclusos y los guardias del INPEC.
"Defensoría busca establecer un canal de medición entre las personas privadas de la libertad y los guardias de la cárcel La Modelo de Bogotá", señalaron.
Asimismo dialogaron con los habitantes de los barrios aledaños al centro penitenciario que decidieron salir de sus casas con el fin de proteger sus hogares en caso de que se presentara una fuga.
Alerta en cárceles de otras zonas del país
Así como en Bogotá en cárceles de de Ibagué; Cómbita, de Boyacá; la cárcel de Palmira y la de Jamundí, en La Dorada, Caldas y también las cárceles de Pedregal y Bellavista en Medellín.
En el último caso el alcalde de esa ciudad Daniel Quintero dio parte de tranquilidad a los ciudadanos asegurando que la Policía Metropolitana y el Esmad estaban enfrentando los amotinamientos.
¿Por qué iniciaron las protestas en las cárceles del país?
El pasado 18 de marzo el Movimiento Nacional Carcelario-MNC a través de un comunicado llamó a las autoridades a que atiendan a la población carcelaria que por malas condiciones de higiene podría fácilmente contagiarse por el Covid-19.
"Es valido recordar que el sistema penitenciario y carcelario colombiano vive en la precariedad; situación que se ha manifestado en el hacinamiento del 53% a nivel nacional, y donde los y las prisioneras no tienen condiciones dignas para supervivencia", se lee en el comunicado.
Según cifras del INPEC de los 134 establecimientos carcelarios que tiene le país 114 tiene hacinamiento. En el país hay en total 121.300 presos y la capacidad de las cárceles es para atender a 80.763.
Dada la situación en las cárceles del país y el temor que existe por la llegada del coronavirus, los reclusos decidieron coordinar estas protestas que tenían a la cacerola como protagonista pero que finalmente muchas se salieron de control y llegaron a ser un intento de motín.
Esta población pide que el Gobierno Nacional analice las siguiente peticiones:
- Se declare la emergencia carcelaria a nivel nacional.
- Permitir otro tipo de pena privativa, diferente a la intramural, para mujeres embarazadas y lactantes, sindicados y sindicadas y personas de la tercera edad, con el fin de descongestionar las cárceles y evitar riesgos de salud en esta población vulnerable.
- Declarar el acuartelamiento del personal de guardia del INPEC, sobre quienes no se tiene el control de los espacios que transitan en el exterior de las cárceles; así como optar por las medidas de prevención e higiene necesarias para entrar a los centros.
- Garantizar el acompañamiento de los entes de salud del Estado, en cabeza del ministerio de salud.
- Se garantice el abastecimiento de los “expendios” con productos alimenticios no perecederos, que complementen la deficiente dieta alimentaria que brindan en las cárceles.