El Ministerio de Vivienda continúa celebrando sus 10 años de fundación, cumplidos apenas el pasado 4 de mayo y celebrados en octubre. Durante todo ese tiempo, dicha cartera ha tenido que enfrentar duras vicisitudes en su labor de garantizar el acceso a vivienda de los colombianos, así como la mejora de su calidad de vida, infraestructura, desarrollo territorial urbano y rural, la inclusión de iniciativas sostenibles en la construcción, entre otras cosas.
A eso se le suma, por lo menos en la gestión actual, retos relacionados con la pandemia y las desigualdades que se generaron, o profundizaron, en el marco de la crisis sanitaria y algunos desastres naturales de gran envergadura como el huracán Iota y la avalancha de Mocoa en 2017, reconstrucciones que han estado al mando del actual ministro de Vivienda, Jhonathan Malagón.
Precisamente sobre este panorama, el funcionario se pronunció en la apertura del Foro de Ministros y Autoridades Máximas de la Vivienda y el Urbanismo de América Latina y el Caribe (Minurvi), asegurando que en medio de la pandemia (quizá más que nunca), “la vivienda se convirtió en nuestro todo”.
La afirmación del director de cartera no es para nada descabellada. Solo en Colombia, por ejemplo, se compraron más de 120 mil viviendas durante el primer semestre de 2021, generando un crecimiento del 43% con respecto al mismo periodo del año anterior y convirtiendo al país en uno de los que más compras ha registrado por millón de habitantes, según las cifras de Camacol.
Las cosas así, MinVivienda estima que eso “equivale a un nivel de 2.400 viviendas vendidas por millón de habitantes”, lo que pone al país por encima de la compra de vivienda en países como Estados Unidos, España o Brasil. Eso, a pesar de que se podría pensar de que la tendencia fuese contraria, teniendo en cuenta la afectación económica por el coronavirus.
A eso hay que sumarle, que según Camacol se inició la construcción de 77.216 viviendas durante el primer semestre y que de acá al cierre del año se prevé la venta de 160.980 viviendas de interés social (VIS) y 71.315 viviendas de interés prioritario.
Acceso a vivienda y programas sociales
Más allá de la compra de vivienda, hay que también pensar en las iniciativas específicas que ha adelantado el Ministerio para garantizar el acceso de los ciudadanos a una vivienda digna. Precisamente, uno de los programas insignia de la institución es “Casa digna, vida digna”, con el que ha logrado impactar a más de 600 mil hogares en términos de transformaciones, otorgamientos de títulos de propiedad y entrega de equipamientos.
Entre otras cosas, Malagón señala que van más 200 programas de ordenamiento territorial actualizados y se cuenta con más de 14 mil hectáreas de suelo habitadas, así como han sido beneficiados tres de los 4.6 millones de colombianos sin acceso al agua con el programa “Agua al campo y agua al Barrio”. Sin embargo, está claro que estas cifras requieren de un análisis mucho más pausado, teniendo en cuenta que hay departamentos como la Guajira que difícilmente obtienen este valioso recurso.
A la par, el Ministerio de Vivienda continúa adelantando programas como “Vivienda Gratuita”, “Mi casa ya” o “Jóvenes propietarios”, en el que sirve como fiador para los jóvenes interesados en acceder por primera vez a una vivienda de interés social.
De acuerdo con Daniel Gómez, subdirector general sectorial del Departamento Nacional de Planeación (DNP), entidad encargada entre otras cosas de hacerle evaluaciones de impacto a programas como Vivienda Gratuita o Mi casa ya, señaló que estas iniciativas han permitido cambiar el balance de las cosas para los más vulnerables.
“Los resultados son realmente impresionantes. Se reduce el déficit de vivienda en el 66%, el acceso a servicios públicos también mejora 38,8% para acceso a gas natural, 20% en acueducto, 29% en alcantarillado y 9,5% en recolección de basuras. La posibilidad de ser una familia pobre para los beneficiarios cae un 55% y el 26% de sufrir privaciones del hogar”, señaló Gómez.
No obstante, para nadie es un secreto que los dos desafíos más importantes en materia de vivienda siguen siendo la Reconstrucción de Providencia y Mocoa. Mientras las críticas llueven por el lento avance, el Gobierno reporta el avance del 60% en el archipiélago tras el desastre de Iota, mientras en Mocoa la situación es mucho más compleja pues a cuatro años de la tragedia algunos ciudadanos aún no tienen definido el destino de su hogar.
Sobre este tema, incluso la Contraloría General de la República tuvo que tomar cartas en el asunto para hacer veeduría sobre los recursos destinados para la reconstrucción de Mocoa, un monto que se ubicaría por encima de los 53 mil millones de pesos. Igualmente, indica que el avance total de los proyectos es del 0,63%.
Está claro, entonces, cuál debería ser la hoja de ruta del Gobierno en materia habitacional. Retos, éxitos y fracasos de 10 años de acciones relacionadas con el derecho de los colombianos a tener una vivienda digna.