
Adriana Díaz, una mujer que se hizo viral en Colombia tras compartir en redes sociales sus crisis nerviosas y situaciones de salud mental, vuelve a estar en el centro de la conversación pública. Diagnosticada en 2022 con esquizofrenia paranoide y trastorno bipolar, su caso ha generado preocupación entre los usuarios de redes y ciudadanos que piden atención médica adecuada y respeto hacia su delicada situación.
El pasado viernes 11 de abril, Adriana fue internada en la Clínica del Country en Bogotá, tras experimentar un aumento significativo de los tics nerviosos y parálisis facial. Desde la habitación del hospital, la joven publicó varios videos donde denuncia sentirse víctima de abuso médico y psicológico, aludiendo a una supuesta conspiración en su contra.
“Así estoy cuando grabo como está de destruida la neuroplasticidad del cerebro”, expresó en un video en el que se la ve haciendo muecas involuntarias. Según Adriana, estos movimientos son producto de un deterioro cerebral que estaría siendo provocado por terceros.
Denuncias desde el hospital
Díaz compartió que su ingreso al hospital fue traumático. Asegura que otros pacientes en la sala de espera se burlaron de ella con gestos ofensivos. Una vez internada, afirmó que fue inyectada sin su consentimiento con sustancias desconocidas y que incluso los alimentos que consumió podrían haber estado alterados.
“Dije que iba a comer acá en el hospital porque me parece increíble que estas personas me dieran drogas en los alimentos... luego esta enfermera me inyectó suero, pero yo me estoy sintiendo peor”, denunció con evidente angustia en redes sociales.
Además de estas graves acusaciones, Adriana ha insistido en que se enfrenta a un plan orquestado por su madre y otras personas para asesinarla y cobrar un supuesto seguro de vida en Estados Unidos. Según sus declaraciones, taxistas, modelos en vallas publicitarias e incluso agentes de policía estarían implicados.
Un caso que refleja la fragilidad del sistema de salud mental
El caso de Adriana Díaz ha encendido las alarmas sobre el tratamiento que reciben las personas con condiciones psiquiátricas en Colombia.
A pesar de estar bajo tratamiento, su percepción alterada de la realidad y las constantes denuncias en redes sociales han generado un debate sobre hasta qué punto debe intervenir el Estado para protegerla, no solo de posibles amenazas reales, sino también de sí misma y del juicio público en internet.
En varias de sus publicaciones, Díaz expresa miedo constante de ser encerrada nuevamente y asegura que “todos la odian”. Lamentablemente, ha recibido comentarios en redes que incitan al suicidio, lo que ha hecho más evidente la necesidad de una regulación efectiva frente a contenidos sensibles y al acoso digital.
Llamado a la empatía y al acompañamiento profesional
Actualmente, Adriana permanece internada en la Clínica del Country bajo observación médica. Aunque la joven asegura estar “muy enferma y mal de su cerebro”, también insiste en que es una persona normal que solo necesita ayuda para frenar el supuesto plan en su contra.
El caso ha movilizado a muchas personas en redes que piden tanto intervención institucional como empatía social. La salud mental sigue siendo un tema tabú en muchas comunidades, y situaciones como la de Adriana evidencian lo frágil del sistema de atención para pacientes con trastornos mentales graves.
En medio de las acusaciones, los síntomas visibles y la angustia que transmite, lo único claro es que Adriana Díaz necesita ayuda integral, tratamiento especializado y un entorno que le garantice seguridad y dignidad.