KienyKe.com conoció la dramática situación que vivió, Ekha Moab Wills García, ingeniera ambiental, quien impidió el desalojo que le iban a realizar a su abuela, una mujer invidente de 96 años.
Moab contó que la casa donde vive su abuela con su familia, en el barrio Bosque Popular, localidad de Engativá, fue otorgada a una hija extramatrimonial de su abuelo, quien falleció en el 2012. Consuelo Alexandra Ruiz Cuesta, había abierto un proceso de sucesión en el año 2015 en el que se declaró única heredera de la vivienda.
Un juez le asigno el 100% de los derechos sobre la casa a Consuelo, que luego ella hipotecó y adquirió una obligación económica con una persona, que posteriormente abrió otro proceso de embargo ejecutivo. Luego se llevó la casa un remate donde fue comprada por otra persona que ahora hacia el reclamo con documentos la vivienda familiar de Ekha.
El juez indicó que con camiones de mudanza y pie de fuerza, prosegía el desalojo, porque el propietario nuevo solicitaba la vivienda.
La familia se enteró de esta situación por un recibo del impuesto predial, en el que figuraba como titular Consuelo, ahora era la familia de Ekha, quienes acudian a la ley, con una demanda de petición de herencia. Pues los hijos sabían la existencia de la hija extramatrimonial y reconocían que algún proceso de la vivienda debían hablarlo con ella, pero la sorpresa fue saber que ella había reclamado en su totalidad la herencia.
Tras esta desafortunada situación, Ekha decidió hacer una denuncia pública a través de Facebook, con el fin de buscar ayuda por la situación tan injusta, pues como ella lo afirmó, “mi familia estaba más afuera que adentro”.
“La comunidad del barrio nos auxilió mucho, porque que es que nosotros llevamos en esa más de 70 años, mi abuelo fue fundador del barrio”, a partir de esto se conoció que la vivienda ya era considerada patrimonio sentimental de la familia.
Ekha es muy creyente y consideró como un milagro la fecha de la audiencia para contestar la demanda que colocaron sus tíos. Pues estaba para el 17 de agosto y el desalojo el 10 de agosto, lo que postergó el infortunio de ver como la casa la desocupaban personas ajenas.
En la audiencia el juez reconoció que eran otros herederos los que reclamaban el domicilio, con pruebas se demostró que eran sus abuelos los dueños de la casa, lo que tumbó el proceso que había realizado Consuelo a espalda de la familia.
Finalmente, solo queda el amargo recuerdo de esa situación, pues como lo aseguró ella fue, “una situación realmente genera un daño muy fuerte emocional, porque mi familia era angustiada en qué momento los van a venir a sacar, en que momento los van a echar”. Moab dijo que la denuncia es muy importante, porque recibió ayuda de vecinos, abogados y personas que querían de alguna manera contribuir para que sus abuelos no fueran desalojados.
“Es un llamado también a las entidades judiciales, porque las entidades se encargan como de recibir los papeles, nunca comprueban, en este caso no fueron a la casa y fueron a mirar quien vivía”, dijo Ekha, que ahora le tiene más confianza a las redes sociales porque es un medio que también informa.