Asociaciones campesinas protegen recursos naturales

Lun, 19/08/2019 - 03:17
En la década de los noventa, la Línea Amarilla nació como una estrategia comunitaria de las juntas de acción comunal (JAC) organizadas en la región del Magdalena Medio –especialmente aquellas q
En la década de los noventa, la Línea Amarilla nació como una estrategia comunitaria de las juntas de acción comunal (JAC) organizadas en la región del Magdalena Medio –especialmente aquellas que limitan con el complejo ecosistémico de la serranía de San Lucas–, con el objetivo de establecer un límite entre las áreas de colonización campesina y aquellas destinadas a la conservación y protección ambiental, para lo cual pintaron una serie de árboles con una línea de pintura amarilla. De esta manera, en las zonas establecidas para la conservación, el campesinado no puede talar, expandir la frontera agrícola, cazar, hacer minería ni ninguna otra actividad que implique la intervención sobre el bosque. En sus inicios la iniciativa también contó con el apoyo de las guerrillas de las Farc y el Eln como actores clave que acompañaron la propuesta de conservación ambiental y respaldaron las restricciones de uso establecidas. [single-related post_id="1161646"] Este es uno de los procesos ambientales analizados por Vivian Julieth Calvo Pérez, magíster en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien estudió cómo el campesinado de la ZRC del Valle del río Cimitarra (ZRC-VRC) ha desarrollado prácticas y procesos ambientales que han contribuido a mejorar las condiciones de vida de la población, al tiempo que se han protegido y conservado los biomas presentes en el territorio. La investigación se planteó como un estudio de caso que buscó dar cuenta de las prácticas y los procesos ambientales presentes en el territorio. Dentro de las herramientas utilizadas se resaltan la aplicación de entrevistas semiestructuradas con diferentes actores de la ACVC, la cartografía social, la etnografía y la revisión de fuentes de información secundaria. Aunque la investigadora se encontró con ocho procesos –unos relacionados con el fortalecimiento de los esquemas de ordenamiento territorial, otros con reactivación de la cultura y el saber campesino, con apuestas agroecologías e infraestructura verde– en la actualidad no todos tienen el mismo nivel de avance ni los mismos resultados, pues presentan condiciones espacio-temporales distintas. Por eso se centró en los dos procesos que se encuentran más fortalecidos: el ordenamiento ambiental de la Línea Amarilla y la investigación ambiental para la caracterización biológica en ciénagas y humedales, un proceso de investigación ambiental comunitario adelantado en 2015 y 2017 por la ACVC en conjunto con Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNNC).

Ordenamiento ambiental

Según explica la magíster, la investigación comunitaria para la conservación es un proceso ambiental que ha ido de la mano con la consolidación de la Línea Amarilla. La primera ha significado para la organización una figura de ordenamiento ambiental que favorece la conservación de la serranía de San Lucas, mientras que la investigación ambiental también permitió el reconocimiento de la complejidad de los socioecosistemas ubicados por fuera de la Serranía, como los humedales y las ciénagas. Esta caracterización marcó un hito importante, porque a la zona nunca habían entrado biólogos o profesionales ni instituciones, lo que significó el ingreso por primera vez de actores externos a un territorio que eventualmente era recorrido por las guerrillas y conservado solo por los acuerdos y mandatos comunitarios de la ACVC. A finales de 2018 PNNC publicó los resultados, entre los que se destacados el alto número de especies endémicas, la diversidad de especies de aves, mamíferos grandes y medianos, macroinvertebrados, herpetos, pequeños mamíferos, coprófagos y mariposas, que para la investigadora también son una muestra del éxito de iniciativas de protección de los campesinos, como la Línea Amarilla. Además se recogió material vegetal fértil y biológico con información de macroinvertebrados, escarabajos coprófagos, mariposas diurnas, herpetofauna, aves, mamíferos pequeños, medianos y grandes primates. Algunos de los ejemplares fueron colectados enviarlos a instituciones académicas que tuvieran procesos de investigación relacionados o museos que pudieran albergar la información. Las instituciones que tienen hoy el material obtenido en la caracterización de la Serranía son: el Jardín Botánico de Medellín, Museo de Historia Natural de la Universidad de los Andes, Herbario Nacional Colombiano, Instituto de Ciencias Naturales, Herbario de la Universidad del Tolima, la Colección Entomológica de la Universidad de Caldas, el Museo de Entomología de la Universidad del Valle, la Colección Entomológica del Instituto de Ciencias Naturales de la UNAL, la Colección Teriológica de la Universidad de Antioquia y el Instituto Alexander von Humboldt. Las principales contribuciones de los procesos ambientales identificados en la investigación fueron la protección a las especies endémicas y otras especies animales y vegetales de la serranía de San Lucas; protección a los ciclos de reproducción de las especies acuáticas y al ciclo hidrológico de la Serranía, los humedales y ciénagas. También se hizo evidente una defensa al proyecto territorial campesino con el desarrollo de acciones para integrar o adaptar el modo de vida campesino y la conservación ambiental, además del manejo integral de la zona en función de una territorialidad campesina que planifica teniendo en cuenta los factores ecosistémicos y culturales del entorno. Con la información de Agencia UN
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