La caída del capo de una poderosa Bacrim del norte colombiano bien podría ser considerado el más duro golpe a la delincuencia que se ha registrado en el país recientemente.
Con apoyo de las autoridades de Brasil, la policía colombiana consiguió capturar a Marcos Figueroa García, alias ‘Marquitos’, el ‘patrón’ de la ilegalidad en La Guajira y el Cesar.
Fue el encargado de brindar apoyo bélico a narcotraficantes, contrabandistas y traficantes de combustibles que llenaron de pimpinas de gasolina a muchos pueblos y ciudades de la región, ante la mirada impotente -y para algunos cómplice- de algunas autoridades.
El dossier de ‘Marquitos’ también incluye su autoría en extorsiones, asesinatos, masacres y hasta en permear a políticos en sus actividades irregulares.
Muchos creen que sus influencias sobrepasaron La Guajira y El Cesar, alcanzando a otros departamentos del Caribe. Estiman las autoridades e investigaciones independientes que sus tentáculos arroparon a políticos, autoridades policiales y hasta judiciales.
El ventilador lo prendió la senadora de Alianza Verde y abanderada de las denuncias contra la ‘parapolítica’, Claudia López. De hecho resulta curioso que un día antes de este golpe policial, dicha legisladora sostuvo una aireada disputa en el Senado con el director de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino.
En una parte de la discusión, López recordó que había denunciado irregularidades en la Policía del Cesar por presuntos vínculos con Figueroa, y que en cambio los oficiales señalados habían recibido un traslado o el retiro.
“Denunciamos con nombre propio a quien era su protegido en la Policía del Cesar. Y ¿qué hizo usted? ¿Juzgarlo, Investigarlo? No. Trasladarlo como premio; eso fue lo que usted hizo, esa fue su valerosa acción anticorrupción en un caso que el país conoce perfectamente: el cartel del narcotráfico, gasolina y Bacrim en el que están metidos el exgobernador ‘Kiko’ Gómez y el señor Figueroa”, le dijo la congresista a Palomino.
Poco después de conocerse la captura de ‘Marquitos’, la senadora escribió en Twitter: “Captura Marquitos no debe desviar atención ni acción contra funcionarios corruptos que trabajan con él y su Bacrim y se quedarán con sus rentas”, y agregó: “Estructura política de bacrim Marquitos/Kiko sigue casi intacta, sus primos Genneco en Cesar y herederos en Guajira y Congreso la mantienen”.
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De inmediato salió a la prensa a especificar sus denuncias, en las que señaló al senador José Alfredo Gnecco (la quinta mayor votación en el partido de La U) y a Antenor Durán Carrillo, representante a la Cámara por La Guajira quien se lanzó por el movimiento Autoridades Indígenas de Colombia y consiguió 47.484 votos, la segunda más alta votación del departamento.
Los supuestos tentáculos en el Congreso
Los orígenes del presunto vínculo entre Gnecco y Marcos Figueroa comienzan con las relaciones que el delincuente tuvo con el exgobernador de La Guajira Juan Francisco 'Kiko' Gómez, quien está en prisión acusado de homicidio y vínculos con grupos irregulares. La justicia probó las relaciones de Gómez con Figueroa por medio de grabaciones de sucesivas llamadas telefónicas.
De acuerdo con la Fundación Paz y Reconciliación, Gnecco es uno de los abanderados políticos de ‘Kiko’ Gómez. Además es sobrino de Cielo Gnecco, madre del actual gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, y prima de ‘Kiko’ Gómez.
En su historial también se destaca que José Alfredo es hijo de Lucas Gnecco Cerchar, quien además de ser primo de ‘Kiko’ fue condenado por la Corte Suprema a 24 años de cárcel por prevaricato y celebración indebida de contratos cuando fue gobernador de 1992 a 1995 y de 1998 al 2000.
Entre tanto, Antenor Durán fue la fórmula a la Cámara de la campaña de Gnecco para las elecciones legislativas de este año. Durán, de acuerdo a Paz y Reconciliación, “goza del apoyo de la estructura política de Kiko Gómez, su campaña es financiada por la familia Gómez Cerchar y el sector de gasolineros del sur de La Guajira quienes hacen parte de la estructura criminal de Marcos Figueroa. Públicamente dice financiarse de su negocio familiar, la ganadería. Públicamente, también hace campaña junto a José Alfredo Gnecco y tienen su comando político en predios del antiguo narcotraficante Manuel Salas Rosado”.
Durán es esposo de Astrid Ariza, diputada de La Guajira por el Partido Liberal quien consiguió ser presidenta de la Asamblea departamental en 2012, cuando Francisco Gómez aún actuaba como gobernador.
KienyKe llamó insistentemente al senador Gnecco para conocer su respuesta a las nuevas acusaciones, pero las llamadas no fueron contestadas en su celular ni oficina. Por su parte, Antenor Durán respondió a través de Twitter a las denuncias de la senadora López, a las que calificó de “canalladas y calumnias”.
“La Senadora Claudia López debe saber que llevo más de 33 años en política y jamás he tenido relación ni con corrupción, ni con el delito (…) Las canalladas y calumnias de la senadora Claudia López parecen asociarse con los enemigos políticos que democráticamente hemos derrotado”, escribió inicialmente.
“Ni Kiko Gómez, ni nadie, jamás podrá decir que he recibido plata para hacer política en La Guajira. La senadora @CLOPEZanalista deberá probar ante la Justicia sus infamias. No conozco, y jamás he tenido relación con el señor Figueroa”, añadió.
Los tentáculos en gobernaciones y demás autoridades
La senadora López también insistió que, más allá de los presuntos vínculos con congresistas, ‘Marquitos’ Figueroa pudo haber contaminado a instituciones gubernamentales regionales y de seguridad. “Bacrim Kiko/Marquitos tiene varios policías, Alcaldes, Gobernadores Guajira/Cesar, RepCamara y Senador. No se nos hagan los locos con eso!”, sostuvo la legisladora por Twitter.
Además del procesado Francisco ‘Kiko’ Gómez, la investigadora asegura que “el país sabe perfectamente que quien ganó las elecciones en Guajira era promovido por ‘Kiko’ Gómez y esta Bacrim”. La referencia tiene que ver con José María Ballesteros, quien reemplazó a ‘Kiko’ en el poder tras elecciones atípicas hace algunos meses.
Marquitos Figueroa estaba encargado de las redes que traficaban con droga hacia Venezuela y con gasolina hacia Colombia, dicen las autoridades.
Respecto a la posibilidad de que la estructura de ‘Marquitos’ alcanzara a mandos policiales, el mismo general Palomino lo reconoció: “No puedo ocultar una verdad; hemos tenido que capturar policías por participación en actos corruptos y criminales", dijo en una rueda de prensa.
Sin embargo la senadora López hacía referencia a mandos que, en vez de ser procesados, habrían sido trasladados de esa región a otra.
En octubre del año pasado, cuando avanzaba el proceso contra ‘Kiko’ Gómez, la entonces analista López denunció que la Policía de la Guajira y del Cesar habían “obstruido” la captura del gobernador y permitido la fuga de Figueroa". En ese momento se estimó que el delincuente había huido a Venezuela.
Con esas denuncias, Claudia López también advertía que su vida corría peligro, por lo que poco después debió salir del país.
Entonces los comandantes de policía eran Élber Velasco (La Guajira) y Juan Pablo Guerrero (El Cesar). En noviembre de ese mismo año, Velasco fue nombrado comandante de Policía del Tolima, mientras que Juan Pablo Guerrero fue apartado de la institución pero al gozo de buen retiro. Por las denuncias de Claudia, los oficiales aseguraron que entablarían una demanda en su contra.
¿Qué tendrá por decir 'Marquitos' Figueroa?
‘Marquitos’ Figueroa es procesado por un centenar de crímenes, entre ellos contrabando, concierto para delinquir y extorsiones.
Se cree que su actividad delincuencial comenzó tras unirse con el hacendado guajiro Jorge Gnecco Cerchar, considerado uno de los hombres más poderosos de la región y cuyo linaje, como ya se dijo, mantiene mucho poder.
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Con Jorge Gnecco habrían apoyado la conformación de grupos paramilitares, pero después terminarían en una guerra contra su exsocio Rodrigo Tovar Pupo, alias 'Jorge 40', uno de los más temidos líderes ‘paras’ de la región, según el portal Verdad Abierta.
Desde ese hecho, Gnecco se propuso controlar las rutas del narcotráfico en esa zona del país que colinda con Venezuela. Su trabajo era brindar seguridad a sus clientes exportadores de droga y garantizar la importación ilegal de gasolina y mercancía de contrabando.
Muchos estiman que si Figueroa se sometiera a la justicia y pudiera recibir beneficios a cambio de verdad, desnudaría una serie de tentáculos que estallarían en un nuevo escándalo político, el cual no solo tumbaría a alcaldes y gobernadores, sino hasta congresistas, al estilo la 'parapolítica'.
Una posibilidad para garantizar que hable podría ser la amenaza de extradición; quizá se decida a negociar su salida o permanencia en el país, a cambio de dar uno de los más escandalosos testimonios de los últimos años.
Los poderosos tentáculos de ‘Marquitos’ Figueroa
Jue, 23/10/2014 - 12:12
La caída del capo de una poderosa Bacrim del norte colombiano bien podría ser considerado el más duro golpe a la delincuencia que se ha registrado en el país recientemente.
Con apoyo de las aut
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