De acuerdo con un documento llamado “Menores en el conflicto: ¿reclutamiento o trata de personas?”, de las investigadoras Mónica Hurtado y Lorena Del Castillo, de la universidad de La Sabana y del Rosario respectivamente, habría todavía en las filas de las Farc alrededor de 2 mil menores de edad reclutados.
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La información la obtuvieron a partir de datos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar que, entre 1999 y 2015, ha atendido 5.708 menores provenientes de distintos grupos armados ilegales, y de ellos el 60% fueron enlistados en las Farc.
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Las investigadoras encontraron la cifra durante un trabajo académico en el que justificaban que el reclutamiento de menores en el conflicto armado es un delito de trata de personas, y no solo un acto de enlistamiento ilegal.
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Este estudio también se conoce dos meses después de que las Farc se comprometieran a no reclutar a más menores de 17 años, y negaran que en sus filas abundaran niños o adolescentes.
"Existe una verdad incómoda que no se está discutiendo en La Habana: Reclutar niños en el conflicto es un delito de trata (…) Los jueces y fiscales del país están desconociendo los instrumentos internacionales firmados por Colombia y la legislación nacional al no declarar el reclutamiento de menores, pese al marco jurídico que existe, como un delito de trata”, sostuvo una de las investigadoras, la profesora de La Sabana Mónica Hurtado.
El informe también menciona que los niños son un excelente motín para la guerra: Se someten más fácil que los adultos, se adaptan con rapidez a contextos distintos y son idóneos para espiar al enemigo o servir de “carritos” para el transporte de drogas.
Las Farc se comprometieron a no reclutar a menores de 17 años. Antes, según ellos, se llevaban a sus filas a mayores de 15 años, pero no de menos edad. Denuncias sugieren algo diferente.
La trata, en el contexto del conflicto, se tipifica cuando hay traslado de la víctima y existe explotación. “El traslado del menor suele darse desde su lugar de origen hacia el campamento u otros destinos. Por la naturaleza misma del conflicto, los niños reclutados no tienen un solo lugar de llegada sino que son itinerantes”, explica Hurtado.
Las académicas entienden que existe confusión sobre la tipificación penal en este delito. “… pero actualmente hay consenso internacional cuando se está ante un caso de trata. En el caso del conflicto colombiano, los niños realizan distintas actividades que benefician al actor armado ilegal al que pertenecen: Combaten, secuestran, minan campos, extorsionan y ejecutan labores de ranchería, cocina y logística”, añadieron en su informe.
Atender a más de 2 mil niños y adolescentes reclutados
En el caso de un eventual acuerdo de paz en La Habana, el Icbf recibiría alrededor de 2 mil menores de edad que hoy hacen parte de las Farc, según el estudio.
“Probablemente a estos niños, niñas y adolescentes que se desvinculen del conflicto no les serán imputados cargos por los delitos cometidos durante su permanencia en las Farc. Sin embargo, ¿qué pasará con aquella población joven que ingresó siendo menor de edad y que en el momento de desmovilizarse ya tendrá 18 o más años?, ¿Seguirán siendo perseguidos por la ley?, ¿Merecen cárcel o reparación?”, cuestionan las autoras.
“Desde nuestra perspectiva, estos jóvenes son victimarios porque han cometido delitos en el marco del conflicto, pero también son víctimas de trata en tanto fueron reclutados siendo menores de edad y no tuvieron oportunidades de dejar la organización, salvo que escaparan corriendo grandes riesgos. Sin duda, la mejor solución para detener esta tragedia es acabar el conflicto armado, y en buena hora el reclutamiento forzado de menores está sobre la mesa de La Habana. El anuncio de las FARC de no reclutar menores de 17 años es un compromiso que puede empezar a detener la victimización de niñas, niños y adolescentes”, concluyeron.
Queda en el tintero el tratamiento en justicia transicional y reinserción para estos jóvenes en caso que se conviertan en excombatientes. ¿Castigo o reparación como víctimas? El debate está servido.
Las Farc se comprometieron a no reclutar a menores de 17 años. Antes, según ellos, se llevaban a sus filas a mayores de 15 años, pero no de menos edad. Denuncias sugieren algo diferente.
La trata, en el contexto del conflicto, se tipifica cuando hay traslado de la víctima y existe explotación. “El traslado del menor suele darse desde su lugar de origen hacia el campamento u otros destinos. Por la naturaleza misma del conflicto, los niños reclutados no tienen un solo lugar de llegada sino que son itinerantes”, explica Hurtado.
Las académicas entienden que existe confusión sobre la tipificación penal en este delito. “… pero actualmente hay consenso internacional cuando se está ante un caso de trata. En el caso del conflicto colombiano, los niños realizan distintas actividades que benefician al actor armado ilegal al que pertenecen: Combaten, secuestran, minan campos, extorsionan y ejecutan labores de ranchería, cocina y logística”, añadieron en su informe.
Atender a más de 2 mil niños y adolescentes reclutados
En el caso de un eventual acuerdo de paz en La Habana, el Icbf recibiría alrededor de 2 mil menores de edad que hoy hacen parte de las Farc, según el estudio.
“Probablemente a estos niños, niñas y adolescentes que se desvinculen del conflicto no les serán imputados cargos por los delitos cometidos durante su permanencia en las Farc. Sin embargo, ¿qué pasará con aquella población joven que ingresó siendo menor de edad y que en el momento de desmovilizarse ya tendrá 18 o más años?, ¿Seguirán siendo perseguidos por la ley?, ¿Merecen cárcel o reparación?”, cuestionan las autoras.
“Desde nuestra perspectiva, estos jóvenes son victimarios porque han cometido delitos en el marco del conflicto, pero también son víctimas de trata en tanto fueron reclutados siendo menores de edad y no tuvieron oportunidades de dejar la organización, salvo que escaparan corriendo grandes riesgos. Sin duda, la mejor solución para detener esta tragedia es acabar el conflicto armado, y en buena hora el reclutamiento forzado de menores está sobre la mesa de La Habana. El anuncio de las FARC de no reclutar menores de 17 años es un compromiso que puede empezar a detener la victimización de niñas, niños y adolescentes”, concluyeron.
Queda en el tintero el tratamiento en justicia transicional y reinserción para estos jóvenes en caso que se conviertan en excombatientes. ¿Castigo o reparación como víctimas? El debate está servido.
