Algunas personas, sin importar su avanzada edad, han cumplido su aspiración de ser bachilleres o profesionales; todo un logro de superación.
Muchos lo han hecho -un poco tarde- por falta de tiempo y compromisos en su juventud, por lo que con mucho orgullo han recibido su título después de varias décadas de espera.
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Sin embargo, a pesar de que muchos puedan pensar que esta clase de logros solo se dan en algún estrato social en particular, hay un caso en el mismo Congreso de la República en el que su protagonista no tiene ninguna prevención en revelar que hace pocos años, y después de muchos intentos fallidos, logró obtener su título profesional.
Se trata del senador del Centro Democrático, Ernesto Macías, quien se graduó en el 2007 como Comunicador Social. Tenía entonces 51 años de edad.
En diálogo con Kienyke.com, el congresista reveló este detalle y otros de su vida.
-¿Cómo fue el proceso para obtener su título de profesional?
La política tuvo que ver en eso. Yo estaba estudiando Comunicación Social en la época en que los alcaldes eran nombrados a dedo, y me nombraron alcalde. Y a pesar de que todos mis profesores y mis compañeros me decían que no lo hiciera, acepté con la condición de que volvería pronto. Lo cierto es que nunca volví a la carrera.
Después volví a iniciar los estudios y entonces resulté elegido en mi departamento diputado, y hasta ahí llegó la carrera. Posteriormente ingresé y dije: ahora no vuelvo a salir hasta que no me gradúe, y gracias a Dios lo logré ya viejo en el 2007, a los 51 años.
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-¿Qué otras cosas le apasionó hacer cuándo fue joven?
Mi vida ha estado llena de sobresaltos, de los buenos por fortuna. Incursioné en el sector agropecuario, en medios de comunicación, e incursioné muy joven en la política. Fui concejal de mi pueblo, Garzón (Huila). Dije que iba a estar un período en el Concejo, y resulta que estuve doce años. Posteriormente fui alcalde, secretario de Gobierno del Huila, también diputado. Yo también producía los diarios que salían cuando se podía, hacía programas de opinión en Radio Garzón.
-¿Qué hobbies tiene?
Me fascinan todos los deportes. Practiqué fútbol aunque fui mal futbolista. Pero soy aficionado viendo fútbol. También practiqué baloncesto y voleibol. De igual manera, nadie me puede desconcentrar viendo una carrera de ciclismo, que los jóvenes califican hoy como lo más aburrido que hay, y yo soy feliz viéndolas.
También me apasiona la lectura, aunque no soy de los que se lee dos o tres libros a la semana, pero si soy un buen lector.
-¿Para usted cuál es el balance del Congreso en esta legislatura?
El balance del Congreso en este primer período legislativo es malo. El Congreso no fue productivo para el país. Por el contrario, aprobó unas normas que van a ser lesivas para el país, como la reforma tributaria, el equilibrio de poderes que ha sido una perdedera de tiempo.
-¿Cómo cree que le fue al Centro Democrático en estos seis meses de debut en el Congreso?
Para el Centro Democrático fue satisfactorio, pues se vio una oposición estudiosa, muy dedicada a su trabajo, y aspiramos que así sea el resto de los cuatro años. La disciplina impuesta por el Centro Democrático hacia el interior y afuera es un ejemplo para el Congreso y para la democracia.
En diálogo con Kienyke.com, el congresista reveló este detalle y otros de su vida.
-¿Cómo fue el proceso para obtener su título de profesional?
La política tuvo que ver en eso. Yo estaba estudiando Comunicación Social en la época en que los alcaldes eran nombrados a dedo, y me nombraron alcalde. Y a pesar de que todos mis profesores y mis compañeros me decían que no lo hiciera, acepté con la condición de que volvería pronto. Lo cierto es que nunca volví a la carrera.
Después volví a iniciar los estudios y entonces resulté elegido en mi departamento diputado, y hasta ahí llegó la carrera. Posteriormente ingresé y dije: ahora no vuelvo a salir hasta que no me gradúe, y gracias a Dios lo logré ya viejo en el 2007, a los 51 años.
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-¿Qué otras cosas le apasionó hacer cuándo fue joven?
Mi vida ha estado llena de sobresaltos, de los buenos por fortuna. Incursioné en el sector agropecuario, en medios de comunicación, e incursioné muy joven en la política. Fui concejal de mi pueblo, Garzón (Huila). Dije que iba a estar un período en el Concejo, y resulta que estuve doce años. Posteriormente fui alcalde, secretario de Gobierno del Huila, también diputado. Yo también producía los diarios que salían cuando se podía, hacía programas de opinión en Radio Garzón.
-¿Qué hobbies tiene?
Me fascinan todos los deportes. Practiqué fútbol aunque fui mal futbolista. Pero soy aficionado viendo fútbol. También practiqué baloncesto y voleibol. De igual manera, nadie me puede desconcentrar viendo una carrera de ciclismo, que los jóvenes califican hoy como lo más aburrido que hay, y yo soy feliz viéndolas.
También me apasiona la lectura, aunque no soy de los que se lee dos o tres libros a la semana, pero si soy un buen lector.
-¿Para usted cuál es el balance del Congreso en esta legislatura?
El balance del Congreso en este primer período legislativo es malo. El Congreso no fue productivo para el país. Por el contrario, aprobó unas normas que van a ser lesivas para el país, como la reforma tributaria, el equilibrio de poderes que ha sido una perdedera de tiempo.
-¿Cómo cree que le fue al Centro Democrático en estos seis meses de debut en el Congreso?
Para el Centro Democrático fue satisfactorio, pues se vio una oposición estudiosa, muy dedicada a su trabajo, y aspiramos que así sea el resto de los cuatro años. La disciplina impuesta por el Centro Democrático hacia el interior y afuera es un ejemplo para el Congreso y para la democracia.
