Firmar la destitución de Petro no fue tarea fácil. A las manos del presidente-candidato, Juan Manuel Santos, llegó una de las ‘papas calientes’ más complejas que ha tenido que sortear, esencialmente por el hecho de que cualquier decisión que tomara podría influir en su carrera por la reelección.
Tras intentar salvarse por la vía jurídica, el alcalde de Bogotá Gustavo Petro recibió la noticia de que su pelea no había sido admitida por el Consejo de Estado. Este pronunciamiento dejaba en firme una sanción contundente contra el mandatario: su destitución inmediata y la inhabilidad por 15 años para ejercer cargos públicos.
El hecho daba luz verde para que la Procuraduría radicara en Palacio de Nariño una solicitud para ejecutar su decisión disciplinaria. En menos de diez días, el presidente Santos debía firmar la orden para que Petro abandone el palacio Liévano.
Pero de repente se sumó otra complejidad, para muchos esperada. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) decidió otorgar medidas cautelares extraordinarias a favor del alcalde Petro, a pocas horas de conocerse la decisión del Consejo de Estado. De acuerdo con la Corte Constitucional, las decisiones –así sean transitorias– tomadas por órganos internacionales y reconocidas Colombia tienen efecto vinculante. En otras palabras, el Estado estaría obligado a acatar una sugerencia de este organismo de la OEA que pide no castigar al líder capitalino.
El presidente Santos duró un día dándole vueltas en su cabeza al caso Petro, porque en definitiva era él quien tenía que decidir si hacía caso a la CIDH, o si la ignoraba para firmar la penalidad impuesta por el procurador Ordóñez. Finalmente decidió lo segundo.
Santos estuvo analizando como candidato a la reelección porque hay un grupo de votantes que podría ganar y otro que está en riesgo de perder. Con la determinación tomada, Santos debe estar sumando y restando si la firma de la destitución altera sus potenciales votantes o no.
“Es difícil saber la profundidad del efecto que tendrá el caso Petro en la campaña de Santos, pero presumir que lo va a afectar es lógico”, advierte el analista político, docente universitario y escritor Enrique Serrano.
Según él, el impacto no será decisivo pero puede hacer tambalear la popularidad del mandatario y hacerlo acreedor a una eventual lluvia de críticas de los opositores que están atentos a cualquier pronunciamiento.
El dilema
Todo apunta a que Santos pensó en actuar con la mentalidad de jefe de Estado mas no necesariamente como aspirante electoral. Las apuestas daban ventaja a que Santos terminaría desestimando la sugerencia de la CIDH y optaría por firmar la destitución e inhabilidad contra Gustavo Petro, como lo anunció en la tarde del miércoles.
“Es un dilema porque cualquier lado por el que opte Santos iba a tener consecuencias. Pero las consecuencias serían menores si el presidente respetase el funcionamiento del Estado interno y acatase la sanción e la Procuraduría. La CIDH solo formula recomendaciones, pero no son perentorias”, dijo Serrano a KienyKe.com.
A esta probabilidad se suman voces que indican que Santos no ganará lo suficiente por aceptar el castigo a Petro y que en cambio el procurador Alejandro Ordóñez sería el vencedor.
“Los adeptos que están a favor de Petro ya tienen más o menos el voto de Santos asignado porque él ha hecho varios guiños hacia la izquierda. Pero no es el Procurador el que ganaría; me parece que es una interpretación bastante partidista. Son las instituciones las que ganan porque deben seguir funcionando. En cambio desacatar el fallo del Procurador es producir un desorden interno que el propio Santos ha estado tratando de evitar en los últimos meses, porque ¿con qué argumento habrá que desacatar la orden del procurador y seguir dejando gobernar a Petro en esa especie de indefinición? Eso si daría pie a la oposición para mostrar que no hace respetar el funcionamiento normal del Estado”.
¿Y si hubiera favorecido a Petro?
El analista político y consultor de Razón Pública, Ricardo García Duarte, cree que la decisión de Santos no tiene porqué tener un efecto especial en su caudal electoral porque las elecciones presidenciales se están configurando bajo la “lógica del voto mayoritario de opinión”.
No obstante, evaluando escenarios, García advierte que al mandatario le convenía más decidirse por acatar las medidas cautelares de la CIDH.
“Es mejor que decida como estadista y como estadista tendrá que pensar en la imagen de Colombia en el exterior. En la Corte Constitucional hay reiteradas sentencias en el sentido que hay que acoger las solicitudes de la CIDH. De pronto se va por ahí y dice que cumple con la Corte Constitucional (…) Santos, en términos electorales lo que pierde con una medida la gana con otra. Lo que pierde con el uribismo lo pierde con el petrismo, y viceversa”.
Sin embargo, según sus cábalas, decidirse por destituir a Petro en Bogotá podría molestar al votante petrista que sentiría afecto hacia él en su reelección. Mientras que si hubiera acogido la decisión de la Comisión de Washington incomodaría al elector uribista “no en proporciones muy grandes y sin efectos sobre él, porque esa votación ya está amarrada en primera vuelta (por Óscar Iván Zuluaga o Marta Lucía Ramírez)”.
¿Qué pasará con el voto ‘petrista’ que se desencante de Santos?
El especialista político Ricardo García estima que los votos que Santos eventualmente pierda por no salvar a Petro se dividirán en varias fuerzas.
“Yo creo que ese voto petrista se divide en el voto en blanco, en el voto a Clara López (Candidata del Polo) y el de Peñalosa. Hay que tener en cuenta que el voto petrista no es un voto muy disciplinado”, anotó.
Candidatos a la presidencia que compiten contra Juan Manuel Santos y esperan cautivar el voto molesto por la decisión de Santos.
Los candidatos Óscar Iván Zuluaga y Marta Lucía Ramírez no tienen mucho que ganar de ese voto inconforme con la decisión de destituir a Petro. Tampoco se espera que feliciten la determinación del gobernante, pero al menos considerarán una ventaja que el gobierno capitalino no esté en manos de un crítico del uribismo como Gustavo Petro.
Pero la consecuencia que algunos analistas como Enrique Serrano y Ricardo García Duarte temen es que Gustavo Petro pretenda arremeter contra Santos, por no haber acogido las medidas cautelares que le hubieran permitido llegar hasta la revocatoria.
“Lo que preocupa es que Petro se meta directamente con el Paro Agrario. Eso sí puede perjudicar a Santos. Recuerde el bajón a Santos del año pasado por ese paro. (Gustavo Petro) se acercará a los campesinos -si lo llegan a destituir- y generaría un daño al presidente Santos si logra encender un nuevo Paro Agrario en esta campaña”, dijo García.
“Un escenario así, de utilizar a sectores sociales contra Santos, podría ser dañino al Presidente y su reelección. Pero podría resultar más dañino para el propio Petro si los levantamientos sociales tienen consecuencias de orden público o daños para la ciudadanía”, advirtió Enrique Serrano.
Twitter: @david_baracaldo
El 'efecto Petro' en la campaña presidencial
Mié, 19/03/2014 - 13:12
Firmar la destitución de Petro no fue tarea fácil. A las manos del presidente-candidato, Juan Manuel Santos, llegó una de las ‘papas calientes’ más complejas que ha tenido que sortear, esencia